Usted está aquí: jueves 1 de diciembre de 2005 Política Elogia Fox el compromiso del GDF con los indígenas

Llama a construir un país más tolerante y justo

Elogia Fox el compromiso del GDF con los indígenas

ROSA ELVIRA VARGAS, PATRICIA MUÑOZ Y ANGEL BOLAÑOS

La víspera de entrar en su sexto y último año de gobierno, Vicente Fox dedicó el día a difundir los logros de su administración y a renegar de 70 años de "imposición y autoritarismo", recordándole a la gente que antes del año 2000 en México no había poderes ni contrapesos que limitaran al Presidente y que las decisiones públicas se tomaban a espaldas de la sociedad.

Por segundo día consecutivo realizó una gira por el Distrito Federal. En la Secundaria Anexa a la Normal Superior, la mejor escuela pública del país en ese nivel, Fox escribió un mensaje en el libro de visitas, que dice textualmente: "Felicidades a una gran escuela que a (sic) formado una gran comunidad educativa", y su firma.

En su afán de emprender proyectos hasta el último día de su mandato, el Presidente espera que el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, le haga "el milagrito" de conseguirle 6 mil millones de pesos -o "de repente" 12 mil-, porque tiene en mente dos programas para el año próximo: poner piso firme a todas las casas del país que carecen del mismo, y/o ubicar a todas las secundarias del país a la altura de la que visitó ayer, donde pidió al maestro del laboratorio de matemáticas, José Pablo, que le diera "uno de esos", cuando el docente ofreció un 10 de calificación a sus alumnos.

Entre proclamas en favor de un México sin discriminación a las comunidades indígenas y de lograr un país más tolerante, justo, grande y fuerte, Fox exaltó a la "nueva escuela mexicana", los frutos de la democracia que, insistió, arribó en 2000, y reafirmó su compromiso de actuar hasta el último día de su mandato orientado por
el interés de la nación y proteger "el patrimonio de los más pobres".

La jornada empezó con un desayuno en casa de Claudia Cleofas Félix, en la colonia Roma -quien preparó tamales, atole de arroz y frijoles-, y sus hijos Francisco, Adriana, Juana y Claudia, así como Manuel y Fidencia, para convidar al presidente Fox y al gobernante capitalino Alejandro Encinas. Ella, indígena ñañú, es una de los beneficiarios de un programa habitacional para etnias instrumentado por el Gobierno del Distrito Federal.

El Instituto de Vivienda del Distrito Federal y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas edificaron el complejo habitacional para 47 familias, que habitaban un predio de alto riesgo, especialmente diseñado para el grupo con un área comunitaria donde sus habitantes conviven y elaboran artesanías.

En la primaria Alberto Correa, donde toman clases niños indígenas, principalmente, el mandatario pidió a los medios de comunicación abrir sus señales, páginas y frecuencias a la literatura, las tradiciones y el análisis social, económico y político que desarrollan las etnias del país.

Abogó por el respeto y fomento a las lenguas indígenas y defendió la multiculturalidad del país, aunque él llamó a los escolares "amigochas y amigochos".

Fox Quesada reafirmó los buenos términos de la relación de su gobierno con las autoridades locales. "Me permito públicamente felicitar al jefe de Gobierno del Distrito Federal" por sus programas de apoyo a los indígenas, dijo.

Luego del mediodía, la agencia estatal de noticias Notimex difundió una "colaboración especial" del presidente Fox con motivo del quinto año de su arribo a Los Pinos. "Tengo una visión muy clara del México que estamos construyendo", inicia el texto. Enseguida plantea su ilusión de alcanzar un México con profesores "que nunca dejen de aprender y estudiantes que no se conformen con pasar el año". Un país en el que nadie esté desprotegido en una enfermedad, e instituciones con autonomía para hacer su trabajo.

"Un México sin excusas y con proyectos" donde todos jalen parejo. En suma, un país de ganadores, de ciudadanos que no dejen que nadie decida por ellos. Planteamientos que de aspiraciones "pasaron a ser el rumbo de mi gobierno", dijo Fox.

Al llegar a este punto, el Presidente hizo un recuento de lo que, desde su visión, fueron los "males de México" en más de 70 años: una Presidencia con decisiones irrebatibles, sin poderes ni contrapesos que los limitaran y donde las decisiones públicas se tramaban a espaldas de la sociedad, con una prensa silenciada "por las buenas o por las malas". Una época donde los gobernantes "nos endeudaban a todos y utilizaban los recursos del Estado para beneficio propio", y a los ciudadanos sólo les quedaba soportar las dolorosas crisis y devaluaciones.

Hace cinco años, señaló Fox, "quienes amamos este país dijimos basta, y el país inicio un camino democrático, honesto y transparente". Están quedando atrás el autoritarismo y el populismo. Todo ha sido mérito de la sociedad y sus organizaciones, de los gobiernos locales y de los poderes de la Unión. Para concluir, Fox envió un velado mensaje: el avance es evidente, y aunque hemos recorrido una gran distancia, necesitamos dar continuidad a este cambio que estamos impulsando todos.

 
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