Usted está aquí: jueves 1 de diciembre de 2005 Cultura Presentación estelar en la FIL de la nueva novela de Elena Poniatowska

Discípulos de Scherer desmenuzan la intensa y fecunda trayectoria del periodista

Presentación estelar en la FIL de la nueva novela de Elena Poniatowska

El tren pasa primero narra ''cómo se nos fue el país, vagón por vagón'': Jesusa

Rosario Ibarra y Othón Salazar merecen un tratamiento literario similar al de Vallejo, dijo la escritora

JAIME AVILES ENVIADA

Ampliar la imagen La directora esc�ca Jesusa Rodr�ez y la periodista Elena Poniatowska, vestidas de maquinista y tehuana, respectivamente, durante la presentacion de El tren pasa primero, nuevo libro de la colaboradora de La Jornada en el contexto del encuentro editorial de Guadalajara FOTO Arturo Campos Cedillo Foto: Arturo Campos Cedillo

Guadalajara, Jal., 30 de noviembre. La del martes fue la noche del patriarca en el banquete de los hijos, a los que iba llamando por su nombre, uno a uno, para agradecerles los dones de toda una vida. A punto de subir a la cumbre de los 80 años (los cumplirá en abril), Julio Scherer García reconoció ''la gran lección de Elena" (Poniatowska), ''la ayuda espiritual de Enrique" (Maza), ''el vigor moral de Carlos" (Monsiváis), ''el consuelo, el alivio y la fortaleza de Miguel Angel" (Granados Chapa) y ''la amistad de Vicente" (Leñero), que ''mantendremos hasta que uno de los dos fallezca".

A Monsiváis también le dijo: ''Carlos, tengo miedo de que un día, por sus múltiples compromisos que lo tienen siempre ocupado, se aleje mucho de mí". La calurosa confesión contrastó con uno de los aforismos de Scherer, citado en la primera parte de la ceremonia por el propio Monsiváis: ''Yo nunca mando a mis amigos a la chingada, ellos se van solos".

Durante el homenaje que le rindió la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, para celebrar con honores su obra editorial, el ex director general de Excélsior y director fundador de Proceso, fue deconstruido por sus discípulos en el examen de su intensa y fecunda carrera periodística. Poniatowka dijo que es ''el sello moral de nuestro gremio". Maza, en la alocución más breve, contrastó la existencia de ''Julio, el hombre, además del periodista".

La amistad por encima de todo

Monsiváis desarrolló una secuencia de anécdotas, en progresión cronológica, desde ''1961 o 62", cuando conoció a Scherer (''si va a escribir lo que se le ocurra, haga que sus ocurrencias parezcan noticias"), hasta hoy (''la ropa sucia nunca se lava"), un periodo en el que Scherer (''cuente lo que ve, ya tendrá tiempo de contar lo que sabe") pudo ver ''más que nadie, jóvenes promesas convertirse en tristísimas realidades viviendo en mansiones no despreciables", algo que actualmente, cuando ''todo se acompaña del sufijo gate, como Pemexgate o videogate", se explica tal vez porque la televisión ''no entiende de hijastros".

El discreto recordatorio de que el más poderoso medio de comunicación del país no ha tocado ni con el pétalo de un comentario los numerosos y crecientes casos de tráfico de influencia cometidos por los hijastros de Vicente Fox, hizo a Granados Chapa evocar, de forma un tanto oblicua, la campaña que la Presidencia de la República ha montado contra Julio Scherer Ibarra, hijo de Scherer García, a raíz de las denuncias de Proceso referentes a la persona y los vástagos de Marta Sahagún.

Tras la intervención de Leñero, que también relató anécdotas, Scherer declaró que para él nada en la vida ha sido más importante que la amistad, contradiciendo su vieja leyenda, recuperada por Monsiváis, de que para él siempre fue preferible ''perder un amigo que una noticia". Ante más de 300 personas que aplaudieron a rabiar todo -incluso a Leñero cuando derramó un vaso de agua-, Scherer dijo que ''después de creer que los hijos son la culminación del amor, descubrí que el amor a los amigos es aún más grande".

En la atestada sala Juan Rulfo, donde el homenaje al gran periodista se alargó más de lo previsto, se había reunido el lado izquierdo de la FIL. Si en el fin de semana predominaron los expositores de derecha, con Mario Vargas Llosa al frente, ahora tocó el turno a la gente crítica, partidaria de los derechos humanos, del antimperialismo, de la democracia y de López Obrador, gente que después de escuchar a Monsiváis y Granados Chapa se quedó a la presentación de la novela más reciente de Poniatowska, El tren pasa primero.

Subirse a todos los trenes

Vestida de tehuana, Poniatowska, quien se definió como ''la princesa Caramelo de la canción de Cri-Cri", leyó fragmentos de su obra acerca del movimiento ferrocarrilero de los años 50, y Jesusa Rodríguez, disfrazada de maquinista, le transmitió por vía oral preguntas escritas del público, entre ellas una de Rosa Beltrán: ''¿Qué trenes dejaste ir por miedo?" Ni tarda ni perezosa Elena dijo que desde chica se subió a todos los trenes sin pensarlo, ''pero el único que ya se me fue es el de la vida".

Para Jesusa, la novela incita a reflexionar ''cómo se nos fue este país, vagón por vagón, y por qué no pudimos evitar la venta de Telmex, o de Ferrocarriles, y cómo le haremos para impedir la de Pemex". Elena, a su vez, reveló que esta ficción está inspirada en la vida de Demetrio Vallejo, su temporada en Lecumberri junto a Valentín Campa y David Alfaro Siqueiros, con los que no se llevaba bien, y subrayó que otros personajes como Othón Salazar y Rosario Ibarra de Piedra merecen un tratamiento literario similar, porque ''son los grandes héroes modernos de México".

 
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