Usted está aquí: miércoles 30 de noviembre de 2005 Opinión CIUDAD PERDIDA

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ortega desdeña encuesta, pese a que surgió de una

Alianzas para hacer fracasar a la izquierda

La treta concebida

PESE A los riesgos que ello implica, Jesús Ortega, quien mediante una encuesta de opinión fue electo de una terna precandidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, dijo no a esa posibilidad (la de la encuesta) y el domingo próximo, en una elección con alto grado de peligrosidad, el PRD abrirá otro episodio al desastre que han sido sus procesos internos.

PARA PROPIOS y extraños está claro que esa elección, desde ya, se encuentra contaminada, que manos ajenas a las del PRD y a las de los ciudadanos que simpatizan con la oferta política de esa organización intervendrán para tratar de marcar la preferencia que actúe en contra del precandidato presidencial perredista Andrés Manuel López Obrador.

JESUS ORTEGA negó ante la presidencia nacional del PRD que una encuesta como la que lo llevó a la precandidatura fuera el método para disipar los barruntos de enfrentamiento que persisten en ese instituto político.

ESTA CLARO que Ortega, el más priísta de todos los perredistas, se ha alineado con quienes pretenden hacer fracasar la posibilidad de que la izquierda, encabezada por López Obrador, llegue a la Presidencia de la República.

ESTA CLARO también que son dos proyectos diferentes de ciudad los que se han enfrentado en esta contienda y que, desde la trinchera de Ortega, se seguirán los pasos de Cuauhtémoc Cárdenas y otros innombrables, mientras que Ebrard se ha comprometido a continuar con el trabajo de López Obrador, que tanto daño hizo al neoliberalismo.

Y ES por eso que el conflicto se ha enconado. Ortega ha organizado una "operación bloqueo" que consiste en mantener, desde muy temprano el domingo próximo, largas colas de votantes que impidan a otros ciudadanos llegar a las urnas.

PARA ELLO va a echar mano de un importante grupo de vendedores ambulantes que llegarán a las casillas en grupos de cinco a ocho y harán trabajos de tortuguismo para tratar de desesperar a quienes vengan detrás de ellos para que abandonen la intención de sufragar.

ESTE ACUERDO lo alcanzó Ortega con los hijos de la señora Alejandra Barrios, a quienes prometió que en cuanto llegue a la jefatura de Gobierno promoverá la salida inmediata de la lideresa de ambulantes, presa desde octubre de 2003 acusada de homicidio.

CADA COMERCIANTE informal de la organización de la Barrios llevará entre cinco y ocho personas, a las que se gratificará con 150 pesos a cada una por los servicios prestados.

EL ASUNTO en todo este proceso es el peligro en que se pone, con la alianza descrita y las otras ya conocidas, el posible triunfo de López Obrador en la justa presidencial, aunque, como es obvio, esto no importa a los orteguistas.

YA SE acordó en el Comité Ejecutivo Nacional del PRD que se contrate a una empresa para hacer el conteo rápido de las votaciones del domingo y que los precandidatos estén, desde las ocho de la noche, en las oficinas de su partido para conocer esos resultados.

LO QUE hasta el momento no se ha acordado es cómo frenar las trampas y los enfrentamientos que suelen enmarcar este tipo de elección. Y es eso lo que preocupa de manera importante a la dirigencia nacional y de lo que ayer por la noche se hablaba en la misma sede del partido, sin que hubiera ningún acuerdo.

EN FIN, ya veremos cómo se preparan para esta guerra de un lado y de otro. Lo que parece indudable es la pregunta que se levanta en torno a los candidatos: ¿Cuál es la diferencia entre Marcelo y Jesús? La diferencia está en que Ebrard podría poner un Disneylandia en el Zócalo. ¿Y Ortega? Ortega ya lo transó.

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