Preocupante, la represión en Chechenia: ONG
Grozny, 29 de noviembre. La violación de los derechos humanos en Chechenia, de acuerdo con recientes informes de organizaciones no gubernamentales, adquiere proporciones realmente preocupantes, aunque para el gobierno pro ruso parece ser una suerte de daño colateral del proceso de "normalización política" diseñado por el Kremlin.
El presidente nominal de Chechenia, Alu Aljanov, reconoce que hay "abusos" en este ámbito, pero por lo común quedan impunes los secuestros, las torturas, las desapariciones y las ejecuciones sumarias, que constituyen un elevado porcentaje de las denuncias que recogen estas organizaciones no gubernamentales.
Sin embargo, casi siempre los excesos contra la población civil acaban siendo presentados por las autoridades como un nuevo episodio exitoso de la lucha contra "el terrorismo independentista".
Se persigue a familias enteras de presuntos guerrilleros, lo que convierte en potencial víctima a cualquier persona por el simple hecho de que un pariente suyo pueda ser vinculado, con fundamento o sin él, a los grupos separatistas.
Quien sufre este tipo de represalia es retenido en cárceles clandestinas y torturado para que inculpe al familiar "sospechoso" o revele el sitio dónde el supuesto independentista pudiera estar.
Al parecer, los propios encargados de combatir la criminalidad continúan practicando con amplitud el secuestro de personas que nada tienen que ver con el separatismo. Lo hacen por alguna venganza de sangre o para pedir un rescate.
Pesimismo por el futuro
En las pláticas que La Jornada ha mantenido estos días en Chechenia, la mayoría expresa poca esperanza de que cambie en el corto plazo la situación de los derechos humanos, mientras se mantenga la impunidad de las fuerzas federales y los servicios de seguridad del gobierno local.
En este sentido, se esperaba aquí con especial interés el informe que presentó este martes el Parlamento de la vecina república de Osetia del Norte con las conclusiones de la comisión que investigó la tragedia de Beslán, ocurrida hace poco más de un año.
El informe dejó una impresión dual. Por un lado, acusa a los militares, la policía y los servicios de seguridad de negligencia por haber sido incapaces de evitar que un comando armado checheno recorriera medio territorio osetio para tomar como rehenes a mil 200 personas, y no 346 como decían las autoridades.
La comisión parlamentaria también considera que, al haber mentido sobre el número real de rehenes, los encargados de conducir las negociaciones con los secuestradores son responsables de la muerte de al menos los 20 hombres que fueron ejecutados al incumplirse la exigencia de que se diera a conocer la cifra exacta de retenidos en la escuela.
Pero por otro lado, bajo presión del gobierno ruso, desaparecieron del informe las conclusiones que había adelantado su presidente en el sentido de que durante el asalto a la escuela se utilizaron tanques, morteros y potentes lanzallamas.
El informe fue remitido a la comisión del Parlamento de Rusia que, a su vez, realiza una investigación propia y que presentará sus conclusiones al respecto a finales del próximo mes.