Usted está aquí: miércoles 30 de noviembre de 2005 Deportes Balas, bombas y fusiles fueron sustituidos por una pelota

El futbol se limpió las manchas de violencia y racismo para lanzar un mensaje

Balas, bombas y fusiles fueron sustituidos por una pelota

El Barcelona recibió con todos los honores al Equipo de la Paz integrado por israelíes y palestinos

Demostraron que es posible la convivencia en los pueblos que viven en guerra

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El actor Sean Connnery dio el saque de honor y se convirti� el padrino de este encuentro de la esperanza FOTO Ap Foto: Ap

Madrid, 29 de noviembre. Desde una cancha con el césped impoluto, el deporte más popular del mundo, el futbol, se limpió las manchas de violencia y racismo que muchas veces lo acompañan para lanzar un mensaje de paz a uno de los conflictos más sangrientos y atávicos del mundo: Medio Oriente.

En lugar de balas, bombas y fusiles había una pelota. Las murallas y la sinrazón de la guerra fueron sustituidas, al menos esta noche, por cánticos ansiosos de esperanza para el cese de tanta muerte absurda y odios enquistados.

El Barcelona, con su plantilla de lujo, recibió con todos los honores en su estadio Camp Nou al único protagonista de este partido: el Equipo de la Paz, integrado por jugadores de las dos regiones enfrentadas desde hace décadas: Israel y Palestina.

El resultado, 2-1 a favor de los anfitriones, fue lo de menos, ya que de lo que se trataba era de demostrar que es posible la convivencia entre los pueblos, inclusive entre los que viven en guerra desde hace tantos años.

La idea de este partido surgió hace tres años luego de una conversación en Barcelona entre el ex primer ministro israelí, Shimon Peres, con un publicista y socio del FC Barcelona, Luis Bassat, en la que se propusieron hacer algo a favor de la paz en Medio Oriente.

Germinación del proyecto

El proyecto fue germinando en parte gracias al apoyo del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, pero sobre todo por el empeño y la valentía de los protagonistas palestinos e israelíes de llevar a cabo un acto tan subversivo para los grupos de poder de sus enconados pueblos.

La idea original también siguió la senda de un proyecto similar que iniciaron hace más de cinco años el intelectual palestino Edward Said y el músico judío Daniel Baremboim, quienes decidieron crear, también contra corriente, la West Eastern Divan, popularmente conocida como la Orquesta de la Paz, al estar formada por jóvenes músicos árabes e israelíes.

El propósito era el mismo: romper con los odios enquistados y sembrar una semilla de pacificación y de esperanza en la región más sangrienta del planeta.

Con este mismo espíritu conciliador y de hermanamiento llegaron ayer a Barcelona los 20 jugadores del Equipo de la Paz, de los cuales 11 son israelíes y nueve palestinos. Varios de ellos nunca se habían visto.

Idan Tal, jugador de Israel, señaló que "para los dos países este partido significa que podemos hacer cosas juntos, primero en el futbol, luego... Lo más importante es que todos podemos jugar en el mismo campo, sobre el mismo césped. No importa la religión, la lengua, la raza. Para mí es igual un israelí o un palestino".

Dada la importancia del encuentro, el preámbulo al inicio del partido tuvo una fuerte carga simbólica. Primero salieron los dos equipos: el Barcelona con su tradicional indumentaria azulgrana, mientras el Equipo de la Paz, de blanco.

Posteriormente se entonó una bella canción del palestino Sail Murad y acto seguido se cantó el himno de la paz en hebreo, árabe y catalán, del músico israelí David Broza, por el conjunto palestino Sabreen y por el catalán Pep Sala.

Finalmente con los jugadores colocados en sus posiciones, el mítico actor Sean Connery dio el saque de honor y se convirtió en el padrino de este encuentro.

El Equipo de la Paz alineó de entrada a ocho israelíes y a tres palestinos: Davidovich, Nimni, Gershon, Tal, Abualia, Abuksis, Badir, Benado, Keisi, Mussa y Aluara, aunque a lo largo del encuentro jugaron todos los miembros del equipo.

También el FC Barcelona se tomó el partido como algo histórico y decidió alinear a todas sus estrellas; desde el recién nombrado Balón de Oro, Ronaldinho, además de Samuel Eto'o, Deco, Rafael Márquez y Lionel Messí, entre otros.

Durante el encuentro no hubo apenas faltas ni demasiados aspavientos de las estrellas del Barça, quienes se limitaron a disfrutar de esta cita histórica con humildad y respeto a los integrantes del Equipo de la Paz, que se estaban jugando la vida con su mera participación en el partido.

Al medio tiempo el cantautor uruguayo Jorge Brexler entonó una melodía propia titulada El moro judío, que resumía con nitidez el mensaje conciliador que pretendía el partido.

Además de las numerosas personalidades que asistieron al encuentro, entre quienes se encontraba el premio Nobel de la Paz, Mohamed el Baradei, el cotejo fue visto en directo por 18 mil personas, además de que fue retransmitido en directo en 172 países de los cinco continentes.

Los fondos que se recauden serán destinados, 50 por ciento al Centro Peres por la paz y el otro 50 al Centro palestino por la paz Abu-Suker.

Peres resumió en una frase el propósito del juego: "Los políticos se basan en las diferencias, mientras en el deporte, cuando un jugador es bueno, da igual su raza y su color.

"Sólo hay que ver el entusiasmo con el que los niños juegan al futbol, inclusive en tiempos de guerra prepara a la gente para la paz, al margen de los gobiernos. Aunque las dos son redondas, es mejor una pelota que una bala: una mata y la otra no".

 
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