Usted está aquí: miércoles 30 de noviembre de 2005 Capital Operan sin permiso gotchas en el Ajusco

Operan sin permiso gotchas en el Ajusco

RAUL LLANOS SAMANIEGO

Para la Secretaría del Medio Ambiente del gobierno capitalino y para las autoridades de ecología de la delegación Tlalpan la proliferación de campos de gotcha en la zona del Ajusco ha cumplido una función primordial: frenar la mancha urbana; sin embargo reconocen la ausencia de reglas y controles específicos para su operación, pero se echan la bolita en cuanto a quién tiene la responsabilidad de evitar el impacto ambiental que causa ese juego.

En entrevista, Miguel Angel Olayo, director ejecutivo de Conservación y Restauración de Recursos Naturales de la secretaría, y Jesús Carrasco Gómez, director general de Ecología y Desarrollo Sustentable de Tlalpan, rechazan haber otorgado algún permiso o licencia para los campos de gotcha que proliferan como una plaga en los centros de recreación ubicados a lo largo de la carretera Picacho-Ajusco.

Olayo considera que esa actividad "representa un potencial amplio para darles alternativas" a los campesinos en el suelo de conservación "y no tengan que vender sus parcelas o bosques a inmobiliarias"; no obstante, comenta que, en cuanto a la afectación ambiental, todavía están "en proceso de monitorear; estamos en proceso de ir valorando cosas positivas y negativas y así determinar si pueden seguir operando o establecen acciones para mitigar el impacto".

Reconoce -como lo publicó ayer La Jornada- que en algunos campos de gotcha se instalaron no sólo autos y autobuses chatarra, sino también un avión, junto con llantas, tambores, tarimas y construcciones de cemento. Considera que algunas de esas estructuras están permitidas, siempre y cuando se muevan de manera continua para que no afecten la infiltración del agua.

Y cuando se le preguntó si un avión no genera una grave afectación ambiental, la respuesta fue: "si (el avión) es chatarra, es como si fuera un camión; es decir, se tiene que valorar primero si hay afectación o no. Además, no hay alguien que nos haya evidenciado el impacto de ese avión. Al haber situaciones de quejas, pues se procede".

-Entonces, si se mueve continuamente el avión ¿puede estar en esa zona de conservación?

-Pudiera ser que para atenuar los impactos haya que estarlo moviendo.

En relación con las bardas que se han construido en algunos campos de gotcha en el Ajusco, fue claro y directo: "debieron ser autorizados por la delegación".

Se desconoce el impacto ambiental

La cuestión es que ninguna de las empresas que han instalado áreas para la práctica de gotcha ha presentado un proyecto de impacto ambiental, ni ha tramitado permiso alguno para instalar carros o aviones, y mucho menos realizado estudios para determinar si las balas con pintura que se utilizan en ese juego son biodegradables. Y todas estas omisiones las confirman los mismos funcionarios.

Jesús Carrasco, a su vez, argumentó que la autoridad responsable de evaluar el impacto ambiental de ese tipo de actividades es la Secretaría del Medio Ambiente "y aquí no les damos permiso de ningún tipo".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.