Acusa al gobierno estatal de incomunicarlo para que no declare a la prensa
Pretende el PRI eliminarme de la vida política de QR, asegura El Chacho
Cancún, Qr., 25 de noviembre. Desde la cárcel y a pocas horas de que un juez decida si le dicta el auto de formal prisión o lo deja en libertad, Juan Ignacio García Zalvidea, El Chacho, denunció que las autoridades suspendieron las líneas de los teléfonos públicos del penal municipal y hostigan a las personas que lo visitan, con el propósito de mantenerlo incomunicado.
En entrevista telefónica con La Jornada (desde el celular de una tercera persona), el ex edil de Cancún, aprehendido el domingo pasado, acusado de peculado por 125 millones de pesos contra el ayuntamiento local, insistió en culpar al ex gobernador de Quintana Roo, Joaquín Hendricks, y al actual edil de Cancún, Francisco Alor, de manipular al actual mandatario estatal, Félix González Canto, para que lo mantenga en prisión.
"Ya se comieron al gobernador (González Canto), lo están chamaqueando porque es muy joven", expresó García Zalvidea. Sentenció: "Cada día que yo esté en la cárcel pesará en su conciencia".
La principal queja del ex alcalde va dirigida al PRI porque, asegura, el fondo del asunto es eliminarlo de la vida política de Quintana Roo.
"Esto hay que tomarlo en un contexto general; desde el año pasado estuvieron atacando el ayuntamiento hasta tomarlo con violencia; después regresamos protegidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación", refirió.
Lo dicho por El Chacho tiene que ver con los hechos del 16 de julio de 2004, cuando personas del sindicato de taxistas y grupos ligados al PRI atacaron el palacio municipal, mientras la mayoría de los regidores renunció a su cargo y permitió que el Congreso del estado desapareciera el ayuntamiento y nombrara en su lugar un concejo municipal. La SCJN desconoció ese concejo. El 23 de agosto de ese año ordenó su salida del palacio municipal y el regreso de García Zalvidea.
"Lo que nos hacen es por el gran apoyo que tenemos de la gente en Quintana Roo. El objetivo final es el ataque a Andrés Manuel López Obrador, que comenzó cuando busqué contender para el Senado de la República; si no lo hubiera hecho, nadie me persiguiría", argumentó.
Según Juan Ignacio García Zalvidea, el gobierno estatal tiene la intención de incomunicarlo para que no haga declaraciones a medios nacionales, mientras que la prensa local lo está "linchando".
"Los teléfonos públicos de la cárcel están suspendidos, porque hace unos días pude hablar con una radio nacional y entonces los cortaron; además, a la gente que viene a visitarme la hostigan de más para que se desanimen", reveló.