Usted está aquí: sábado 26 de noviembre de 2005 Cultura Gustav Mahler en México

Gustav Mahler en México

La presencia en el país del barítono francés François Le Roux para interpretar como solista de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM) el ciclo de Canciones por los niños muertos, de Gustav Mahler, hoy a las 20 horas y mañana al mediodía en la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl (Insurgentes Sur 3000, entre Rectoría y Perisur) habilita una revisión somera de las versiones discográficas asequibles aquí de esas canciones monumentales por su parquedad, brillantes por su opacidad, tan llenas de belleza y de dolor, en la conjunción típica que hizo en toda su música Gustav Mahler, quien como pocos creadores ofició las bodas de Eros y Thánatos, amor y muerte, en todas sus obras.

Se trata de cinco canciones con acompañamiento orquestal a partir de poemas del escritor alemán Friedrich Ruckert. Son cinco joyas de la creación humana, donde lo bello adquiere alturas filosóficas, lo poético alcanza lo sublime y las emociones se elevan a la categoría de lo inefable. Es el germen de toda la monumental producción sinfónica de Mahler.

Una de las grabaciones más recientes es la que estuvo a cargo del barítono galés Bryn Terfel, bajo el sello Deutsche Gramophon, y que inicia con la Séptima Sinfonía de Mahler con la Philharmonia Orchestra, todo bajo la dirección del eminente maestro Giuseppe Sinopoli, quien por cierto tuvo una dulce muerte: falleció en 2001 mientras dirigía. Simplemente se desplomó en pleno podio, batuta en mano, a consecuencia de un infarto. Es decir, no sufrió.

La versión de Sinopoli, director mahleriano por antonomasia, pone de relieve la hondura -válgase la aporía- de la partitura con el registro de bajo-barítono de Terfel.

Es un referente oportuno para la versión que podremos escuchar esta noche y el mediodía de mañana en vivo con François Le Roux, quien en una entrevista que concedió a La Jornada, publicada en estas páginas el pasado miércoles, reflexiona y explica las diferencias conceptuales, de desarrollo e interpretación que existen de esta obra originalmente concebida para barítono y piano, y de la cual florece una discografía espléndida con voces femeninas y masculinas, las mejores de distintas eras, y que constituyen la materia prima del Disquero de hoy.

Pablo Espinosa

 
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