Usted está aquí: sábado 26 de noviembre de 2005 Cultura Los recursos para el museo maya, ''ejemplo de asignación electorera''

Ni siquiera existe el proyecto, dice diputada del PRD

Los recursos para el museo maya, ''ejemplo de asignación electorera''

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Un ejemplo claro de que el presupuesto cultural se asignó a partir de ''ocurrencias" y con criterios partidistas electorales, es el Museo del Pueblo Maya, del que todavía no existe siquiera el proyecto y mucho menos el guión museográfico, pero al que diputados del PRI y PAN asignaron 22 millones de pesos.

La diputada del PRD por Yucatán, Marbella Casanova, integrante de la Comisión de Cultura en la actual legislatura, señala que hizo notar a los legisladores panistas que no se podía otorgar dinero para algo que no existía ni siquiera como proyecto.

La respuesta que recibió fue que contaba con ''el aval" del gobernador yucateco, militante del PAN, Patricio Patrón Laviada.

La diputada perredista recuerda que el presunto Museo del Pueblo Maya formará parte del proyecto Metropolis Sur, que incluye un aeropuerto y un zoológico, pero que ha sido severamente cuestionado y todavía no lo aprueba el Congreso local.

En un estado que cuenta con 4 mil sitios arqueológicos, es una irresponsabilidad ''construir un museo nada más porque se les ocurre; primero tienen que definirse sus características, quiénes intervienen, qué piezas contendrá, sus dimensiones, quién hará la museografía".

El problema es que ya se autorizaron 22 millones de pesos, ''que no sabemos a dónde van a ir a parar, porque se corre el riesgo de que el Congreso local no apruebe todo el proyecto".

A Casanova le parece uno más de ''ese tipo de proyectos de finales de sexenio". Recuerda, como ejemplo, que poco antes de concluir el interinato de Víctor Cervera Pacheco en Yucatán, se empeñó en trasladar el museo que estaba en el Palacio Catón a la ex penitenciaría Juárez.

''Se hizo de manera precipitada, no se llevaron a cabo los estudios correspondientes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dijo que no era factible, pero lo que le interesaba era demostrar que tenía un proyecto cultural."

A los pocos meses empezó a haber un problema de humedad. El museo terminó volviendo al palacio Catón: ''se invirtió mucho dinero, para nada. Ahí siempre ganan los gobiernos y los constructores".

En el supuesto de que el proyecto sea serio, reflexiona la diputada, ni los 50 millones que se pedían ni los 22 que se autorizaron alcanzarían.

Mientras tanto -abunda la legisladora- el INAH y el Instituto Nacional de Bellas Artes, cuyas aportaciones a la cultura nacional son incuestionables y cuentan con proyectos debidamente sustentados, enfrentarán serias restricciones presupuestales el próximo año.

''Es una lástima que no se destine presupuesto para cosas necesarias e importantes como la zona arqueológica de Chichén Itzá, que está en terrenos particulares que no se han expropiado por falta de recursos federales. Esas son prioridades."

Al tocar el asunto de ese museo en días recientes ante los medios de comunicación, el director del INAH, Luciano Cedillo, se limitó a decir que era necesario ''afinar el concepto, redefinirlo con mucha claridad".

 
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