Fue cerrado en 1998, pero ha provocado más de 70 casos de cáncer, aseguran
Colonos de Hermosillo exigen limpiar definitivamente un ex basurero tóxico
Hermosillo, Son., 18 de noviembre. Un grupo de vecinos interceptó a Raymundo López Vucovich, secretario de Salud estatal, para exigirle concluir la clausura del Confinamiento y Tratamiento de Residuos Tóxicos (Cytrar) debido a que, a siete años de su cierre, ha provocado graves problemas de salud, entre ellos más de 70 casos de cáncer, según los manifestantes.
De las 300 mil toneladas contenidas en varias celdas que permanecen a cielo abierto, recientemente fueron trasladadas a un confinamiento en Monterrey, Nuevo León, 2 mil 456 toneladas de desechos, que a juicio de los ambientalistas, han afectado a la población asentada en el sur de la capital sonorense.
Esa cantidad de residuos representa menos de uno por ciento del total; el resto permanece en el predio Las Víboras, situado a unos ocho kilómetros del casco urbano de la ciudad, cuando la norma oficial mexicana establece una distancia de por lo menos 25 kilómetros de las zonas habitacionales.
Debido a que el gobernador Eduardo Bours Castelo ha ignorado sus reclamos, los activistas efectuaron un plantón frente al palacio de gobierno en demanda de una limpia definitiva del lugar y una solución a los graves problemas de salud generados, como cáncer, lupus, enfermedades cardiorrespiratorias, abortos y malformaciones congénitas.
El secretario de Salud fue interceptado por mujeres integrantes de la agrupación No Alienados cuando salía de un encuentro con Bours Castelo.
En principio, el funcionario las ignoró y caminó hasta su automóvil. Sin embargo, las féminas le impidieron el paso, lo que lo obligó a descender del vehículo y atenderlas. Sólo se limitó a escucharlas y a rechazar que haya más de 70 casos de cáncer documentados en ese sector de la ciudad. "No son tantos", dijo irónico.
López Vucovich informó a los reporteros que el cáncer es la tercera causa de muerte en el estado y que los números que manejan los ambientalistas no son exactos; además, "no existen estudios que demuestren que Cytrar generó problemas de salud", dijo.
"Tenga misericordia", le pidió la señora Silvia Anaya. Con lágrimas, le narró cómo se han detectando casos de cáncer en mujeres y hombres así como graves problemas respiratorios en menores de edad, vecinos de las colonias Cuauhtémoc, Alamos, Adolfo de la Huerta, Valle del Marqués, I Griega y el fraccionamiento Perisur, asentadas a unos cinco kilómetros donde operaba Cytrar.
La coordinadora de la asociación de organismos no gubernamentales, Rosa María Oleary, sostuvo que el retiro de las 2 mil 456 toneladas de tierra contaminada que se encontraba a la intemperie sólo fue una medida que adoptaron las autoridades de los tres niveles de gobierno para "calmar" las protestas sociales, pues el sitio no ha sido limpiado, ya que toneladas de basura tóxica permanecen enterradas.
Manifestó que el sector salud de la entidad, en coordinación con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, debe realizar un estudio de cada una de las 70 personas que padecen cáncer, cuyas causas son adjudicadas a los daños provocados por Cytrar.
El confinamiento fue construido a mediados de los años 80 por la planta Ford y recibió la primera autorización del Instituto Nacional de Ecología (INE) el 7 de diciembre de 1988, otorgada a nombre de Parques Industriales de Sonora, con duración de cinco años y exclusivamente para atender residuos de empresas regionales.
A siete años de cancelada su operación, Rosa María Oleary lamentó que el "gobierno empresarial" haya ignorado la demanda de atender problemas de salud.