Usted está aquí: sábado 19 de noviembre de 2005 Ciencias Urgente, invertir en nanociencia para no quedarnos rezagados

En México hay 250 investigadores interesados en el campo: Humberto Terrones

Urgente, invertir en nanociencia para no quedarnos rezagados

Anuncia que el Instituto Potosino de Investigación trabaja con nanotubos de carbono para lograr catalizadores

A debate las repercusiones económicas de estos trabajos, afirma el Colmex

ELIZABETH VELASCO

En México existen alrededor de unos 250 especialistas, de un total de 14 mil del Sistema Nacional de Investigadores, interesados en el desarrollo de la nanociencia y la nanotecnología, por lo cual sería importante que se emitiera una iniciativa para que este grupo pueda tener ciertos "nichos", mediante los cuales puedan aportar en beneficio de la economía mexicana, planteó Humberto Terrones, del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT).

La idea, dijo, es que en esos campos del nuevo conocimiento humano -en los cuales se manipula la materia viva y no viva a escala de átomos y moléculas-, se tenga un impacto importante en prácticamente todas las áreas de influencia de la nanotecnología, como en el caso de la creación de nuevos materiales, electrónica, salud, medio ambiente, biotecnología, educación y difusión.

Al participar en la conferencia Nanotecnologías: promesas y amenazas, en el Colegio de México (Colmex), el científico destacó que nuestro país, al igual que otras naciones en desarrollo, debe invertir recursos económicos no sólo públicos, también de la industria privada, para evitar quedarnos a la zaga en materia de ciencia y tecnología.

Destacó que el IPICYT trabaja actualmente con nanotubos de carbono (elemento esencial para la vida y presente en todos los seres vivos) para elaborar catalizadores, los cuales son muy importantes a escala mundial para la elaboración de diversos materiales.

"No obstante -dijo- faltan muchos recursos para ello, por lo cual es necesario hacer un llamado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y a los empresarios para que no nos suceda lo mismo que con la electrónica, donde se nos fue el tren".

En cuanto al impacto de la nanotecnología, Terrones comentó que aún se desconocen los alcances y efectos que tendrá en la humanidad, pero las implicaciones podrían ser similares a las que tuvo el descubrimiento de la electricidad, que hoy mueve las economías mundiales.

Como en el siglo XIX

Ilustró: "Quizá estamos en un momento parecido a lo ocurrido en el siglo XIX, cuando el padre del electromagnetismo, Michael Faraday (1791-1867), al concluir una plática sobre sus investigaciones, en la Royal Institution, fue abordado por el secretario de Hacienda de la Gran Bretaña, quien le preguntó: 'Usted realmente cree que la electricidad pueda tener un uso práctico', y Faraday respondió: 'Estoy convencido de que algún día se le pondrá un impuesto'. Hoy, sin la electricidad, no tendríamos el avance actual".

Dado que un mismo tipo de átomo puede formar estructuras distintas con propiedades totalmente diferentes, lo que se sabe de este tipo de ciencia y tecnología es sólo la "punta del iceberg".

Por su lado, Alejandro Nadal, coordinador del Programa de Ciencia, Tecnología y Desarrollo del Colmex, destacó que aún están a debate las perturbaciones económicas que este tipo de ciencias y tecnologías podrían tener, así como sus repercusiones en materia de seguridad ambiental, control social o daños a la salud humana.

A su vez, Pat Mooney, premio Nobel Alternativo, destacó que aún sin un amplio debate entre sociedad y gobiernos, "ya estamos rodeados de diversos productos nanotecnológicos, los cuales actualmente tienen un mercado de 50 mil millones de dólares a escala mundial, pero según la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos, el mercado de esos productos alcanzará el billón de dólares para el año 2011".

Nanotecnología en cosméticos y alimentos

De hecho, estos productos ya se encuentran en México en presentación de cosméticos y alimentos, sin que se conozca a fondo las repercusiones en la salud.

Mooney, pionero en el mundo por su trabajo en impactos sociales y ambientales a causa de la revolución biotecnológica, comentó que se tiene que actuar en cinco campos extremadamente importantes: por primera vez en la historia de la humanidad existe una patente para 33 elementos químicos de la tabla periódica -cuando el conocimiento es universal- y otras que ya se aplican en las industrias farmacéutica, de los alimentos y cosméticos. "¿Quién va a controlar a esas trasnacionales que están teniendo el poder sobre esta tecnología?"

En segundo lugar, quién va a establecer las normas para la seguridad en materia de salud y medioambiente; a la fecha ningún gobierno ha establecido regulaciones sobre 720 productos nanotecnológicos. El tercer aspecto son los impactos sociales por la sustitución de materias primas, los cuales podrían ocasionar un caos en el mercado mundial, en perjuicio de los países en desarrollo. Mientras que en el campo de la llamada genómica sintética, ya se puede crear vida artificial a partir de cero. Y, ¿quién va decidir sobre esto?

La sociedad a escala mundial, planteó Mooney, tiene que entrar a este debate para decidir el uso de la nanotecnología.

 
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