Usted está aquí: viernes 18 de noviembre de 2005 Economía ECONOMIA MORAL

ECONOMIA MORAL

Julio Boltvinik

La pobreza en México (2000-2004)/ II

Pauperización de la pirámide social urbana

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

EN LA ENTREGA ANTERIOR mostré la evolución de la pobreza en México por el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) en el periodo 2000-2004. Me referí sólo a los resultados agregados del método en su conjunto, a lo que llamé pobreza integrada. A diferencia de los cálculos oficiales, producidos por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), que sostienen que la pobreza bajó en el país aceleradamente en el periodo, mis resultados, que pueden verse en el cuadro comparando en la primera columna de 2000 con la correspondiente de 2004, muestran un incremento en el número total de pobres de 79.167 a 85.156 millones1, un aumento de casi 6 millones de personas pobres. También se mostró que los dos tipos de pobreza que están creciendo más rápido -la pobreza urbana y la pobreza no indigente- son las desatendidas (o poco atendidas) por los programas de la Sedeso. Hoy desagrego las cifras (corregidas, véase nota al pie) en los componentes del MMIP (véase cuadro), que, como expliqué en la ocasión anterior, son: ingresos, NBI (necesidades básicas insatisfechas) y tiempo disponible. Este se combina con los ingresos para dar lugar a la pobreza de ingresos tiempo o LPT. LPT y NBI se combinan para obtener la pobreza integrada (MMIP).

LAS CIFRAS NACIONALES de 2004 muestran que en todos los componentes aumentó el número de pobres. Mientras el número de personas viviendo en la pobreza de ingresos-tiempo pasó de 75.075 a 80.847 millones, incremento un poco mayor a 5 millones, en NBI la cifra de pobres pasó de 68.507 a 74.447 millones, un crecimiento de casi 6 millones. De esta manera, la elevación en la pobreza integrada que mide el MMIP se explica por el aumento muy similar de los dos componentes principales. Algo similar se aprecia en el aumento de LPT, que se explica por movimientos de orden de magnitud similares en la pobreza de ingresos y en la de tiempo (mientras la de ingresos aumentó en poco más de 4.8 millones al pasar de 70.053 a 74.447 millones, la de tiempo creció en 5.8 millones). Veamos si esta homogeneidad se mantiene al mirar los resultados de la indigencia y la pobreza no indigente a nivel nacional, y en la composición de los cambios en los medios urbano y rural.

EL CRECIMIENTO DEL número de personas pobres (MMIP) se explica, sobre todo a nivel nacional, por el aumento en 5.4 millones de los pobres no indigentes, que pasan de 38.263 a 43.645 millones, mientras los indigentes aumentan sólo en 600 mil personas. La relativa estabilidad del número de indigentes a escala nacional se explica por una fuerte baja de la indigencia por NBI (cercana a los 3 millones de personas), una muy leve disminución en la indigencia de ingresos (poco más de 600 mil personas) que, sin embargo, al combinarse con un aumento muy sustancial de la indigencia de tiempo, de más de 3 millones de personas, se traduce en un aumento de la indigencia de ingresos-tiempo de casi un millón de personas.

SIN EMBARGO, ESTOS resultados de la indigencia a nivel nacional se derivan de comportamientos antitéticos entre el medio urbano y el rural. Como puede apreciar el lector en el cuadro, el número de personas que viven en la indigencia en el medio urbano aumentó en todos los componentes en cifras que, en los casos mínimos, rondan los 2 millones de personas, lo que explica un aumento muy fuerte en la indigencia urbana integrada (MMIP) de casi 3.5 millones de personas, equivalente a 16.6 por ciento. En agudo contraste, la indigencia rural en NBI disminuye dramáticamente: de 17.154 a 12.449 millones de personas (una baja de 4.7 millones de personas). Por su parte, cae la indigencia rural de ingresos de manera menos dramática, en 2.7 millones, lo que conduce a una baja de casi 3 millones en la indigencia rural integrada (MMIP), casi exactamente lo opuesto de lo ocurrido en el medio urbano. Ya comenté en la entrega anterior que es muy dudosa esta evolución casi milagrosa del medio rural durante cuatro años de un gobierno que no se puede caracterizar por su impulso al desarrollo rural. Una manera de apreciar esta dramática evolución, que sólo se puede lograr por errores o manipulaciones estadísticas, es sumando los pobres no indigentes y los no pobres del medio rural por NBI, que constituyen la población no indigente. Esta población pasó en sólo cuatro años, dos terceras partes del sexenio, de 7.69 millones a 12.793 millones, aumento de 5 millones equivalente a 66 por ciento. Es decir, que a este ritmo, en 2006 el gobierno foxista habría duplicado la población no indigente del medio rural, logrando en seis años lo mismo que la nación habría alcanzado en toda la historia previa del país. Es evidente que las cifras rurales están distorsionadas y que la evolución que muestran es falsa.

LA POBREZA NO INDIGENTE, por su parte, aumentó en ambos medios y en todos los componentes, como se aprecia en el cuadro. Mientras en el medio rural esto se explica porque una parte sustancial de los que dejaron de ser indigentes pasaron a ser pobres no indigentes (otra parte habría pasado a ser no pobre) -una fuerte, aunque inverosímil mejoría en la estratificación social-, en el medio urbano el crecimiento de los pobres no indigentes se explica por la baja absoluta de los no pobres (que pasaron de 17.731 a 17.561 millones, una baja de 170 mil), de tal manera que todo el crecimiento poblacional más los que dejaron de ser no pobres, se tradujo en el aumento de la pobreza tanto indigente como no indigente, un em-peoramiento notable en la estratificación social. Esta imagen coincide con el comportamiento de otros indicadores agregados asociados al estancamiento de la economía, el desempleo, la precarización del empleo y la creciente polarización social.

RECORDEMOS QUE LA pobreza por NBI es el resultado de combinar las carencias de educación, salud y seguridad social, vivienda, condiciones sanitarias de la vivienda (dimensiones centrales del bienestar humano), con otras complementarias como bienes durables básicos en el hogar, acceso a fuentes de energía, teléfono y servicio de recolección de basura. En contraste con la dimensión de ingresos, en la cual pesan de manera dominante los ingresos obtenidos en el mercado, y del tiempo disponible que resulta del tiempo comprometido en el mercado y de las cargas de trabajo doméstico, la satisfacción de varias de las dimensiones de NBI se encuentran fuera del ámbito del mercado y están asociadas a servicios públicos gratuitos (educación y algunos servicios de salud) o servicios de carácter colectivo no estrictamente mercantil (algunos servicios de salud y toda la seguridad social). Como se observa en el cuadro, si bien la pobreza por NBI y por ingresos tienen niveles similares, la indigencia por NBI es radicalmente más baja que la de ingresos y es aún mayor la distancia respecto a la indigencia de ingresos-tiempo, particularmente en el medio urbano (14.221 contra 32.213 millones).

EL MERCADO PRODUCE más carencias extremas que la provisión pública de carácter no mercantil. Esto es algo muy conocido en la bibliografía sobre estados del bienestar, donde es central el concepto de desmercantilización. En la próxima entrega empezaré a explorar cada uno de los componentes del MMIP y explicaré no sólo los resultados, sino el sentido conceptual de las carencias identificadas.

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1 En las cifras que hoy presento en el texto y en el cuadro hay una leve diferencia con las mostradas en la entrega anterior. Ello se debe a que descubrimos (Araceli Damián y el que escribe) que en nuestras bases de datos de 2004 había ocho hogares muestrales (antes de expandir para obtener el universo) que habían quedado eliminados de los cálculos por falta de datos en algún indicador del MMIP. La mayor parte se pudo corregir, pero quedó un hogar sin corrección, en los cuales el problema parece provenir de la base de datos original de la ENIGH2004. Nuestro universo de personas es menor en 12 mil personas que el que aparece en las tabulaciones de la ENIGH2004 realizadas por el INEGI. Los nuevos datos de pobreza son más altos que los presentados la semana pasada en 140 mil personas. La diferencia se ubica exclusivamente en los indigentes urbanos, acentuando levemente las conclusiones obtenidas en la entrega previa de Economía Moral. Por un error en dicha entrega se cambiaron los puntos decimales por comas y se introdujo una errata en el aumento de la suma de pobres entre los dos años: dice 8.850 en lugar del dato correcto que es 5.850. Una disculpa al lector.

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