Usted está aquí: jueves 17 de noviembre de 2005 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

La sinhueso

Habladurías sin freno

Fox: otro viaje

PRI: pedacitos de lengua

LAS LENGUAS ANDAN sueltas (cual demonios). Así lo denunció ayer, entre berrinche y pataleo, el presidencial espinito meneado a quien llevó casi al borde de la ruptura de nervios el que se hable de los dineros públicos puestos al servicio del clóset de su esposa. Indignado porque se pretende inhibir el Area de Libre Comercio de la Señora Marta -AL CArajo los trapos viejos-, el cachorro de zorro (hizo verso sin esfuerzo imperial) se lanzó, sin nombrarla, contra la diputada perredista Malú Micher, dispuesto el Quijote de la Falda a evitar que sigan produciéndose calumnias "del tamaño del mundo" en relación con el gasto indumentario recatado, parco, casi monástico, de su venerable Dulcinea de Celaya (o Chongo de Zamora, según se quiera escoger de la carta de postres del restaurante típico autodenominado La pareja de ambos cuatro).

LA SOLTURA DE la sinhueso (se habla aquí de un órgano muscular situado en la parte superior del cuerpo, no en la media) va más allá de los sabidos cambios locales de ánimo que experimenta el Paciente de la República (sobre todo cuando son abordados asuntos espinosos o meneados de la señora Falda, aunque ayer también hubo escenas lacrimosas a la hora en que el jefe del Estado mexicano denunció que la oposición le jugó "rudo" durante cinco años, sobre todo ese personaje al que él consideraba todo un caballero de los técnicos, el malvado Roberto Madrazo). Desde ayer (¡oh a cargo del Instituto Matías Romero, formador de cuadros diplomáticos mexicanos!), la primera lengua del país está nuevamente en el escenario de sus mejores éxitos: el extranjero, en esta ocasión ofreciendo sus gustadas improvisaciones excéntricas en Corea del Sur, tapanco oriental que ya en junio de 2001 aplaudió el chistecito aquel de que el guanajuatense con síndrome de dispersión política se ofrecía para reunificar a las ambas cuatro Coreas. ¡Chente ataca de nuevo!, y abiertamente ha dicho (sin pelos en la lengua, pues) que va a los foros internacionales dispuesto a defender a los mexicanos y su dignidad "a capa y espada", una especie de Capitán Ala-Triste, mosquetero del Libre Comercio decidido a trenzarse en duelos de esgrima verbal con cualquiera que ofenda a la Casa Bush y a sus fieles escuderos.

NO HUBO, DESDE luego, poder alguno que pudiese refrenar los previsibles riesgos de un viajero lenguaraz. Los legisladores le dan vueltas al asunto, temerosos de que los electores castiguen a los partidos y a los políticos que impidan a un presidente desbocado salir más al extranjero. Resulta tragicómico, por ejemplo, releer la nota escrita el 15 de junio de 2001 por Andrea Becerril en La Jornada: "Las fracciones de PRI y PRD en el Senado de la República analizan una serie de propuestas encaminadas a que esa cámara ejerza un papel mucho más activo en la defensa de la política exterior mexicana y vigile que las acciones del Presidente de la República se ajusten a los principios tradicionales del país en la materia". Junio de 2001: "No puede permitirse que Fox siga haciendo el ridículo en el extranjero. Es claro que si se hubiera puesto a consideración de los legisladores que el objetivo de ir a Asia era ser intermediario en la reunificación de las dos Coreas, no le hubiéramos autorizado el viaje", dijo el entonces coordinador de los senadores perredistas, Jesús Ortega (hoy dedicado a otros menesteres electorales más importantes). La priísta Laura Alicia Garza Galindo, presidenta de una de las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado, consideró que esa cámara está obligada a analizar "con más detenimiento las solicitudes del Ejecutivo para viajar al exterior, y exigir que después de cada viaje Fox presente un informe escrito de resultados". Noviembre de 2005: nada han hecho ni el Senado ni la Cámara de Diputados, y, por tanto, el Presidente en busca de reunificaciones neuronales sigue saliendo impunemente del país: las lenguas andan sueltas.

AUN NO SON recogidos los pedacitos de lengua que por mordérsela dejaron los contendientes que participaron en una batalla radiofónica lopezdóriga, pero ya los diligentes miembros de la nomenclatura madracista se apresuran a botar del tricolor a una emblemática profesora deslenguada. La suspensión de derechos políticos es el inicio de un desenlace previsto de expulsión que, sin embargo, no cancelará la guerra actual. El aparato de control del sindicato magisterial sigue bajo el dominio de la hepática mentora, pero nunca antes Elba Esther se ha topado con cuñas del mismo palo priísta que estén dispuestas a alentar y financiar la oposición interna (¡vaya ironías de la vida: el madracismo dispuesto a impulsar disidencias democratizadoras en el SNTE!). Algunas de las batallas decisivas entre Gordillo y Madrazo se darán en busca del control de la estructura de operación electoral que históricamente ha beneficiado al PRI y que ahora se encuentra confusa y dividida. Parte del problema que tendrá Elba Esther para retener a su ejército electoral es el del reparto de privilegios y candidaturas: las aspiraciones políticas ya no podrán ser procesadas al interior del PRI, y las ofertas del panismo difícilmente podrán cubrir las cuotas mínimas deseadas por el gordillismo (a menos que el PAN estuviese dispuesto a ceder candidaturas privilegiadas a sus aliados caciquiles). Madrazo, por su parte, ha recibido una sopa de su propio apellido y, por más verbo que use, el sello de lengua larga que le ha sido impreso no podrá ser borrado ni con argucias propagandísticas de la campaña por iniciar.

Y, MIENTRAS HUGO Chávez deja de decirle a Vicente Fox "cachorro del imperio", pues ahora sólo se refirió a él como "aliado del imperio", y mientras el mexicano vuelve a tocar el punto venezolano a pesar de sus promesas de que dejaría el asunto en paz, ¡hasta mañana, en esta sección guadalupana que ya se alista para ver el 10 de diciembre la toma de protesta de Juan Diego López Obrador como candidato oficial del Partido del Tepeyac!

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