Usted está aquí: jueves 17 de noviembre de 2005 Mundo El futuro de LA y de EU depende de los inmigrantes

Entrevista a ANTONIO VILLARAIGOSA, ALCALDE DE LOS ANGELES

El futuro de LA y de EU depende de los inmigrantes

El objetivo: unir la ciudad social, racial y económicamente

"Es la diversidad que nos da la migración lo que nos convertirá en la Venecia del siglo XXI", afirma el primer edil latino en 133 años, y agrega a La Jornada: "En vez de militarizar la frontera, deberíamos reforzar las leyes laborales, de salud y de empleo..."

DAVID BROOKS ENVIADO

Ampliar la imagen Antonio Villaraigosa, alcalde de Los Angeles, en la entrega del Grammy Latino el pasado d�3 FOTO Reuters Foto: Reuters

Los Angeles, 16 de noviembre. Unos 133 días después de convertirse en el primer alcalde latino de Los Angeles en 133 años, Antonio Villaraigosa no deja de moverse, como si no hubiera tiempo que perder para hacer la historia del futuro y crear lo que llama "una Venecia del siglo XXI".

Su triunfo histórico fue resultado de su talento para crear alianzas entre diversos sectores, de su capacidad de negociación entre actores enfrentados, y de proyectar una visión de inclusión en una ciudad famosa por lo opuesto. Villaraigosa llegó no sólo porque 46 de cada 100 habitantes de Los Angeles son latinos (aunque sólo 22 por ciento de ellos están empadronados), ni porque hubiera llegado la hora de que esa presencia se tradujera en poder político, sino porque algunos dicen que representa, como afirma tal vez el observador más agudo de esta ciudad, Harold Meyerson, veterano periodista y columnista, "el político del futuro" en Estados Unidos.

Sus incesantes movimientos no sólo son observados por sus ciudadanos, sino por los ojos del país, ya que al triunfar Villaraigosa se convirtió en el político latino electo más prominente en el ámbito nacional, y en una de las principales figuras políticas progresistas en un país controlado por la derecha. Por lo tanto, aunque su terreno es local, su obra tiene impacto nacional e internacional, tanto por ser quien es como por el hecho de que su ciudad es una de las capitales del mundo globalizado.

Villaraigosa enfrenta este reto con gusto y energía, con una mezcla de pragmatismo político y la invitación constante a pensar en grande, sin temer a hablar de una gran visión nacional e internacional mientras abunda en los detalles cotidianos de la problemática de esta gran metrópolis. Mientras tanto, aquí y en el resto del país, sus simpatizantes y enemigos apuestan a si podrá cumplir con las enormes expectativas que ha generado.

Su visión es unir esta ciudad geográfica, social, racial y económicamente fragmentada, y superar la existencia de los "dos Los Angeles", uno para los privilegiados y otro para todos los demás. Pero para esto, sostiene, se necesita impulsar una nueva agenda de educación, empleo, desarrollo económico, vivienda y transporte en beneficio de todos los sectores, y no de los que hasta ahora se han beneficiado con la riqueza de Los Angeles. En una ciudad donde los latinos, los afroestadunidenses y los asiáticos son casi 70 por ciento de su población (los latinos representan casi 50 por ciento de la población total), sólo así se podrá evitar, dice, que "tengamos un sistema tipo apartheid donde seamos la mayoría pero la subclase a la misma vez".

En entrevista exclusiva con La Jornada en su oficina en el enorme edificio del ayuntamiento, Villaraigosa señala que sus orígenes y experiencia como hijo de migrantes (padre mexicano, madre mexicana-estadunidense), criado en los barrios pobres, testigo de violencia doméstica y en las calles, sindicalista del magisterio, defensor de libertades civiles, joven político que llega a ser presidente de la cámara baja del congreso estatal, concejal de la ciudad, bilingüe ("aunque hablo tal vez un poco como pocho"), y producto de las luchas de los latinos por los derechos políticos y civiles, le brindan la capacidad para abordar el abanico de desafíos de la segunda ciudad más grande del país. Eso, indica, ofrecerá un modelo para el resto de la nación, ya que está convencido de que en Los Angeles se juega el futuro de Estados Unidos.

Y ese futuro de esta ciudad y del país, afirma, depende en gran medida de los inmigrantes. "Es esa diversidad que nos da la migración, lo que nos convertirá en la Venecia del siglo XXI", afirma. En este contexto, agrega, "este país ha dependido siempre de un flujo constante de inmigrantes que otorgan la energía y el sentido de lo posible, eso que es tan importante para alcanzar nuestras aspiraciones".

Caminar hacia la legalización

Reitera su posición sobre el debate migratorio nacional: "Este país siempre ha dependido de un flujo constante de inmigración -todo Estado tiene leyes de migración- y en una nación bajo el imperio de la ley, tenemos el derecho de implementarlas. Este es un gran Estados Unidos, y en un gran Estados Unidos nuestras leyes deberían ser humanas, justas y respetar los derechos humanos y las libertades civiles, deberían promover la reunificación de familias y reconocer la aportación de los inmigrantes y, por lo tanto, ofrecer un camino hacia la legalización".

Abunda: "he dicho que en lugar de militarizar nuestras fronteras, mejor deberíamos reforzar nuestras leyes laborales, de salud y de seguridad en el empleo, multar a patrones que violan esas leyes, tenemos que ofrecer salarios dignos, invertir en los países que envían migrantes, como lo hizo Europa con Irlanda y España. Si uno sabe que hay zonas de México que expulsan migrantes, se debería invertir justo en esas zonas, la gente no llega aquí por gusto, sino porque no tienen qué comer".

Sobre el discurso polarizante en torno a este controvertido tema, Villaraigosa subrayó: "se tiene que hablar de por qué todo esto es tan importante; importa porque la fuerza de este país está en nuestra habilidad de integrar a esta gente que viene con sus esperanzas, su duro trabajo y su sentido de lo posible, y ayudarla a que lleven adelante a nuestro país". Cuando se le pregunta si él participará en este debate responde: "Sí, cuando sea apropiado, me involucraré en el debate nacional sobre migración".

De hecho, en un discurso la semana pasada en la gala anual de MALDEF, Villaraigosa declaró que ante aquellos que se disfrazan de "patriotas" y "Minutemen" (el término es de las milicias de los independistas de la revolución contra Inglaterra), para atacar a los migrantes: "tenemos que recordarle a los estadunidenses quiénes fueron los Minutemen reales... que hasta una mitad de los que lucharon en la revolución Americana fueron inmigrantes escoceses-irlandeses"; que desde entonces los patriotas reales han sido los inmigrantes de todas partes a lo largo de la historia estadunidense, y que todos los estadunidenses son hijos de inmigrantes. "Estados Unidos no fue construido por personas con fortunas. Fue hecho con el trabajo y los sueños de sus inmigrantes... los patriotas reales fueron aquellos dispuestos a sacrificarse por amor a este país".

Villaraigosa sabe que en los hechos es el alcalde no sólo de la segunda ciudad más grande del país, sino que también es alcalde de la tercera ciudad mexicana más grande del mundo. Para él, eso forma parte de la construcción de un nuevo futuro. "El hecho de que puedo hablar inglés y español y mi descendencia mexicana y estadunidense, nos ofrece la posibilidad de emplear nuestra diversidad para crear mayores vínculos económicos, sociales, culturales y educativos con México, eso es algo bueno. También lo haremos con los coreanos y otros", comenta.

Además de la enorme presencia de México, "la diversidad de Los Angeles es enorme", indica. "Hablamos unos 120 idiomas, tenemos unas 30 nacionalidades que tienen al número más grande de su población fuera de sus países; tenemos el tercer puerto más grande y el quinto aeropuerto más activo en el mundo, para vincular esta diversidad, mucha de la cual proviene de las economías emergentes de oriente y de los mercados emergentes del sur, la tarea es sumar todo esto para hacer de Los Angeles la Venecia del siglo XXI".

El cambio es la democratización

Villaraigosa reconoce que el gran desafío de la política estadunidense es su democratización, que lograr un cambio depende de la participación popular en el proyecto político de sus ciudades y su país. Vale recordar que a pesar de que su elección fue bautizada como "histórica", sólo poco más de 30 por ciento del electorado participó en la elección municipal.

"La única manera en la que se logra el cambio es empoderar a la gente, la única manera de hacer cambios fundamentales en las áreas que necesitamos hacerlo es construir un consenso -uno puede llamarlo movimiento-, pero un consenso sobre la necesidad del cambio. No se trata de elegir un alcalde, se trata de unir una comunidad. Lo importante para mí es empoderar a la gente y sumar fuerzas con una amplia gama de sectores que tienen un interés en esta ciudad para crear una visión común para el futuro", afirmó.

-Una gran ciudad es una que crece y prospera junta. Pero ¿esos sectores y movimientos que lo llevaron al triunfo, siguen moviéndose con usted, lo presionan para asegurar que cumpla con sus promesas?

-Ambas cosas, pero por ahora soy quien está definiendo la agenda, e instando a la gente a que promueva esta agenda a una escala mayor.

"Esa agenda se enfoca en educación, nuestra fuerza laboral debe tener la capacidad para competir en la economía global, y la de la informática. Demasiados no acaban sus estudios, 50 por ciento de los latinos y afroestadunidenses no acaban la preparatoria y juntos somos aproximadamente 60 por ciento de la población, los asiáticos son otro 10 por ciento. Enfocarnos en las escuelas es crítico para que podamos sobrevivir, para poder competir económicamente, pero también para que los latinos tomen su lugar apropiado en el liderazgo de esta ciudad", añade.

A la vez, dice, se deben "crear nuevas industrias de alta tecnología y altos salarios que nos pueden hacer líder en una economía globalizada. Tenemos el aire más contaminado en Estados Unidos, las tecnologías que debemos desarrollar para limpiarlo podrían ser utilizadas en la Ciudad de México, Sao Paulo, Seattle y Shangai.

"Para esto necesitamos la inversión en nuestra infraestructura para hacer crecer esta economía, eso implica construir nuestras escuelas, carreteras, el sistema de transporte público, para abordar los obstáculos que impiden el flujo de personas y bienes en Los Angeles. Pero también tenemos que ofrecer la vivienda que se necesita en esta ciudad donde sólo 12 por ciento de la población tiene con qué comprarse una casa de precio medio, y donde el sueño de ser propietario de una casa se está volviendo un sueño sólo para los prósperos", apunta.

En todos estos rubros, Villaraigosa detalla sus iniciativas, con nuevos esquemas de financiamiento público, nuevas prioridades para el presupuesto, lograr mayor inversión de fondos estatales y federales y nuevos acuerdos con la iniciativa privada que los obliga a incorporar prioridades sociales.

Ennumera los problemas de las decenas de miles sin techo y la "crisis de salud" que afecta a los pobres sin seguro, entre otras prioridades, que busca resolver mediante sus propuestas.

Esta ciudad de casi 4 millones de habitantes (más de 17 millones en la zona metropolitana incluyendo suburbios), con un gobierno con 22 mil empleados y un presupuesto anual de unos 6 mil millones de dólares -sería la economía 24 del mundo si fuera país-, es a la vez un micromundo que depende de la dinámica nacional e internacional.

Villaraigosa advierte "que ninguna ciudad puede resolver todos estos problemas, ya que son estructurales y requieren de la política estatal y federal. Por eso, como cualquiera que me haya escuchado sabe, estoy tratando de articular una agenda nacional que se centra en invertir en los centros urbanos, los cuales siempre han sido el motor del poderío económico de Estados Unidos, y ninguno de los dos partidos tiene una agenda urbana".

El plano nacional

"Yo he dicho a mis colegas demócratas que hemos perdido las elecciones (nacionales) en parte porque los candidatos republicanos son mejores al hablar al corazón de los estadunidenses, y nosotros (los demócratas) nos enfocamos principalmente en hablar a la cabeza, al cerebro. Tenemos que hablar sobre las aspiraciones de este país y las esperanzas, además de las ideas. Los demócratas tienden a hacer campaña sobre una larga lista de temas, y no hablan de la esperanza y los sueños de los ciudadanos. Yo gané por muchas razones, pero hablé sobre las posibilidades de Los Angeles como gran ciudad, sus esperanzas y promesa como una ciudad estadunidense".

Villaraigosa exhorta a un nuevo movimiento de derechos civiles a nivel nacional, enfocado en "la igualdad, equidad e inclusión", y uno que "continúe la lucha por el pueblo que enfrenta la discriminación en cualquier lugar, y en cualquier momento... y que también incluya una agenda más amplia por la equidad económica y el cambio". Los temas de educación pública, salud para las mayorías, vivienda y la lucha contra la "pobreza sistémica", el derecho efectivo al voto y por los derechos de los inmigrantes, subraya Villaraigosa, son los componentes de este nuevo movimiento por derechos civiles en este país.

En este lugar que ha sido llamado la primera ciudad "posmoderna", está a prueba si su nuevo jefe de gobierno podrá cumplir con su papel de "político del futuro" en un país tan agobiado por las fuerzas y los problemas del pasado.

 
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