Usted está aquí: miércoles 16 de noviembre de 2005 Ciencias Se suicida uno de cada 10 esquizofrénicos: R. Lasser

Hay más de 52 millones de personas con la enfermedad

Se suicida uno de cada 10 esquizofrénicos: R. Lasser

CAROLINA GOMEZ MENA

Tenía alucinaciones sobre demonios y escuchaba voces que le ordenaban asesinar; también sentía que debía salvar al mundo. David Berkwitz, apodado el Hijo de Sam, fue un temible asesino serial de mediados de los 70. Nació en 1953 y fue condenado a 365 años de prisión. Los estudios médicos arrojaron que padecía una de las cinco principales enfermedades mentales: esquizofrenia.

Algunos de los síntomas característicos de este mal, que afecta a alrededor de uno por ciento de la población mundial, son las alucinaciones, las cuales se definen como experiencias sensoriales que se originan dentro del cerebro, en lugar de tener su origen en el exterior. Los pacientes esquizofrénicos a veces oyen voces (alucinaciones auditivas) o ven cosas (alucinaciones visuales).

Esas impresiones sensoriales los confunden porque no diferencian entre alucinaciones y percepciones reales; entonces, por ejemplo, al creer que las voces son reales, actúan en consecuencia con ellas.

No siempre ocurre, como en el caso de Berkwitz, que las voces les ordenen matar. No es regla que los esquizofrénicos tengan tendencias criminales, pero sí se ha detectado que cierto porcentaje de asesinos seriales muestran rasgos esquizofrénicos. Berkwitz fue diagnosticado como paranoico esquizofrénico, una de las cuatro clasificaciones diagnósticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Existen cuatro subtipos de la enfermedad

Según ésta existen cuatro subtipos de esquizofrenia: la paranoide, en la cual los sistemas afectados son el pensamiento y la percepción, y por tanto los síntomas son delirios, que en mayor medida son de persecución, o bien tienen ideas delirantes de corte religioso (creen ser Dios) o se piensan la figura central de su entorno (ideas de referencia).

Otra es la hebefrénica, que afecta emociones y voluntad, por lo que se presenta una afectividad inapropiada, trastornos formales del pensamiento y fragmentación mental.

También está la catatónica, que afecta la actividad motora y la voluntad; se caracteriza porque los pacientes adquieren posturas extrañas, hay negativismo, estupor y agitación. El otro subtipo es la simple, que afecta la voluntad y la personalidad; en ella hay retraimiento social, pobreza de ideas y disminución de impulsos y de motivación.

Por lo anterior hay proclividad de los esquizofrénicos al suicidio, refirió el siquiatra Robert Lasser, uno de los expertos más reconocidos en el mundo por su experiencia en el tratamiento de la esquizofrenia. En entrevista, el experto precisó que "uno de cada dos esquizofrénicos van a tratar de suicidarse en algún momento y uno de cada 10 lo va a lograr".

Lasser, integrante de la Asociación Estadunidense de Siquiatría y ganador del premio Hannah Cashman del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, refirió que la esquizofrenia es una de las enfermedades mentales "más devastadoras", no sólo por la sintomatología, sino también porque suele presentarse en el inicio de la edad más productiva, al comienzo de la vida adulta; en los hombres se presenta entre los 15 y 25 años y en las mujeres entre los 25 y 35 años.

De acuerdo con Lasser, la incidencia es similar entre los sexos y en su desarrollo intervienen factores genéticos y ambientales. En realidad no se sabe la causa exacta, pero sí que es una enfermedad "crónica" (no se cura, pero sí se trata) que está relacionada con un "desequilibrio en los neurotransmisores", y es sobre éstos que actúan los fármacos diseñados para tratar este mal.

Chorros de agua, única terapia antes de los años 70

Sobre esto, Lasser, quien también ha colaborado con la Sociedad Clínica Siquiátrica en la Universidad Harvard, de Cambridge, Massachussets, detalló que en la década de los 70 salieron al mercado medicamentos que ayudaban a disminuir alucinaciones y delirios. Antes la única terapia era lanzar a los enfermos chorros de agua, lo que "sólo servía para calmarlos", pero tenían muy poco efecto sobre los síntomas de retraimiento y además generaban temblores o rigidez.

A finales de los 80 -narró- hubo nuevos medicamentos que no provocaban efectos secundarios y ayudaban a combatir los denominados "síntomas negativos" de la esquizofrenia; es decir, el retraimiento social, la falta de energía y motivación, los trastornos emocionales y la depresión. Estaba uno cuya sustancia activa es la risperidona (agente antisicótico que actúa como un antagonista monoaminérgico selectivo y posee gran afinidad por los receptores serotoninérgicos y dopaminérgicos).

Actualmente el mismo laboratorio que la produce lanzó una nueva versión, el RisperdalConsta, fármaco inyectable (dos veces por mes) de microesferas de liberación controlada. Con este tipo de fármacos de acción prolongada se supera uno de los principales problemas, el apego al tratamiento. Estudios han revelado que más de "90 por ciento de los pacientes pierden algunas dosis durante el tratamiento", porque olvidan tomar sus pastillas.

Este medicamento se expide en México desde hace un año y aún su costo es elevado, pero directivos del laboratorio que lo produce aseguran que se está en pláticas con las autoridades sanitarias para sumarlo al cuadro básico. En México se estima que cerca de un millón de personas padecen esquizofrenia, y que 32 por ciento de los pacientes con algún padecimiento mental hospitalizados están diagnosticados como esquizofrénicos.

La OMS refiere que en el mundo más de 52 millones de personas son esquizofrénicas y cada año se diagnostican entre 15 y 30 nuevos casos por cada 100 mil habitantes. Asimismo considera que esta enfermedad afecta la calidad de vida de poco más de 5 por ciento de la población mundial, pues la convivencia con una persona con este mal reduce automáticamente la productividad y las expectativas financieras de las familias.

Actividad en dos áreas del cerebro

Estudios del Instituto de Siquiatría de Londres y los hospitales Bethlem y Maudsley demostraron que algunos de los denominados "síntomas positivos" (no porque sean benéficos), como las alucinaciones auditivas y los delirios, se presentan cuando hay actividad aumentada en dos áreas del cerebro.

Cuando un esquizofrénico escucha voces la actividad se incrementa en el área de Broca, que es la parte del cerebro que normalmente usamos para generar una conversación interna, lo que quiere decir que éste oye voces que son generadas por él mismo, pero no se da cuenta porque también activa la parte del cerebro que procesa la conversación externa (cuando alguien nos habla); es decir, activa el cortex auditivo.

No se sabe con certeza cuál es el origen de la enfermedad, pero se tiene conocimiento que factores importantes para desarrollarla son las lesiones cerebrales, el estrés excesivo y la herencia.

 
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