Usted está aquí: viernes 11 de noviembre de 2005 Opinión Izquierda y frontera norte (apuntes para un programa)

Jaime Martínez Veloz

Izquierda y frontera norte (apuntes para un programa)

Estoy convencido de que en Baja California y en la frontera norte podemos derrotar a los partidos de la derecha mediante una estrategia de movilización social, rompiendo los paradigmas de los aparatos clientelares y corporativos, movilizados con dinero público, privado o turbio. La organización del pueblo, la información precisa y la elevación de los niveles de conciencia política constituyen nuestras mejores armas contra las limosnas electorales. Encabecemos un auténtico proyecto democrático con el cual se garantice la permanente y masiva participación comunitaria en el proceso de toma de decisiones en asuntos de gobierno. Este proyecto debe incluir los siguientes apartados, además de los ya mencionados en colaboración anterior (La Jornada, 14/10/05):

6. Evitar y cancelar tanto los proyectos para la instalación de plantas trasnacionales regasificadoras de gas natural licuado en Baja California, cuyo propósito es abastecer el sur de Estados Unidos, como las plantas de generación de energía eléctrica de exportación, también en manos de corporativos extranjeros.

7. Impulsar el Programa Nacional de Seguridad Fronteriza (Pronasef), como parte de una estrategia general del Estado mexicano, que utilice tecnología de punta, sistemas de inteligencia y un solo esquema de coordinación de los cuerpos policiacos fronterizos, bajo la responsabilidad de un mando nacional.

8. Mejoramiento del manejo binacional del agua en la frontera México-Estados Unidos, que permita cumplir y hacer cumplir los compromisos internacionales, sobre la base de una política planificada que beneficie a los habitantes de la frontera norte.

9. Establecimiento del Mercado Común Mexicano, que fortalezca la economía de las regiones y facilite el intercambio de mercancías entre los estados del norte, del centro y del sur, mediante un sistema tributario ágil, desburocratizado y eficiente.

10. Implementación de un Programa Nacional de Prevención contra las Adicciones y Rehabilitación de Adictos, con énfasis en la frontera norte.

11. Acuerdos de cooperación entre los estados de la frontera norte y los del sur en materia de atención social, jurídica y administrativa a los migrantes de cada uno de las entidades expulsoras.

12. Pleno respeto a los derechos laborales de las y los trabajadores de las maquiladoras instaladas en la frontera norte y los jornaleros agrícolas en Sinaloa y en San Quintín, Baja California.

Estas acciones, como muchas otras, deben ir acompañadas de una estrategia de coordinación interinstitucional entre las dependencias y organismos de los tres órdenes de un gobierno, arropada en un proceso electoral legal y legítimo, que permita llegar al gobierno mexicano a sentarse junto a su similar estadunidense con la autoridad moral que todo proceso de negociación requiere y reclama de cada una de las partes.

En ello la izquierda, hoy más que nunca, tiene la obligación y la necesidad de contribuir a generar las condiciones que permitan la consolidación de un proyecto democrático y progresista en el norte del país. Desechar viejas prácticas descalificatorias y un tratamiento adecuado de las contradicciones pueden facilitar la acción colectiva de los organismos civiles, políticos y sociales de la frontera norte.

En esta franja del país la izquierda sólo ha sido un referente testimonial, lo cual la obliga a reformular su estrategia y sus coordenadas de acción política, si es que quiere tener una presencia de verdad para atender la problemática fronteriza e incidir en su transformación.

Debemos desechar el cortoplacismo, el arribismo, los acuerdos cupulares, los cargos y candidaturas como resultados de cuotas y componendas; es un imperativo para avanzar en la construcción de un nuevo modelo de país. Sistematizar nuestros propósitos, articular nuestras demandas y planificar la acción colectiva es un camino más seguro para avanzar como alternativa de nación.

Es la oportunidad de construir una alternativa para la población fronteriza. La frontera norte necesita nuevos derroteros. El PAN y el PRI ya se probaron incapaces; hoy la izquierda y los sectores progresistas tenemos la oportunidad de ganar para hacer avanzar un nuevo proyecto de nación. Sería imperdonable desaprovecharla.

Desde abajo podemos construir una fuerza electoral movilizada que compita cuerpo a cuerpo, abanderando un proyecto democrático que garantice a la sociedad la posibilidad de tomar en sus manos su destino y el de sus seres queridos.

La apuesta es crear e impulsar un amplio movimiento social en esta frontera del país a favor de un proyecto democrático de gobierno, que responda a las expectativas de los habitantes fronterizos. Aquí donde empieza la patria, empieza la esperanza de un México justo, digno, democrático, libre y soberano.

 
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