ASTILLERO
Cachorros
Promociones patrioteras
Asir, hacer y ser
Mascotas tricolores
PRESIDENTE BUENO, canciller malo: el afable chiquituelo Vicente se ase (del verbo asir) a la letanía (mantra de ronda infantil) de que "a otra cosa, mariposa", para aparentar una magnanimidad que sólo le permitiría seguir sacrificándose por su pueblo y no continuar con peleas internacionales (aunque la tarde de ayer, en el CIDE, la querencia peleadora parecía volver a ganarle), mientras el secretario de agresiones exteriores coloca los brazos en jarra y se declara en espera de que las autoridades venezolanas le hagan el favor de explicarle qué quiso decir el señor Hugo (Chávez, no Sánchez) con eso de los cachorros y los arrodillamientos. Vicente se hace (del verbo encarnado; perdón, del verbo hacer) que la virgen le habla y, muy bien portado, va por el país recorriendo zonas damnificadas, donde le tunden por varias cosas, pero, sobre todo, por la danza de los millones perdidos en el Area de Libre Comercio de Bucareli (AlcaBuca: fideicomiso electoral, originalmente llamado Fonden, hecho para hombrecitos de un país desaparecido cuya capital se Cree que se llamó Santiago). Pero el muy machito Ludovico Peluche llama a cuentas al embajador venezolano en México para que vaya no con él, su máxima señoría diplomática, ni con algún subsecretario que no tuviera mejor cosa que hacer (del verbo cobrar por cobrar), sino con un directorcillo también de peluche, cuya evidente incapacidad ejecutiva y operativa permite al gran secretario Al Derbez decir que la visita del embajador andino no le convenció y, por tanto, queda en espera de una amable carta de respuesta: atentamente: Su Seguro Servidor, el canciller Manos de Tijera.
EL JALEO DIPLOMATICO fue desatado por la fiera descripción que el presidente de Venezuela hizo de los desfiguros de porrismo proyanqui que el de México hizo en Argentina. El punto teatral más preparado fue el del llamamiento al embajador para que explicara lo que no necesita explicaciones (¿qué parte de la frase "cachorro del imperio" no habrán entendido en Tlatelolco?). Con ese pase mágico, Los Pinos esperaba que se produjera una explosión de ánimos patrioteros que demandaran reacción extrema a las agresiones "contra México" que habría hecho el bocón, populista y rechoncho venezolano. La mañana de ayer fue un periodo de exploración que, por desgracia, no prendió, a pesar de los esfuerzos hechos en espacios mediáticos derechistas o pinoleramente manipulables (el anterior ejecutor de los proyectos gringos a nombre del gobierno mexicano, George W. Castañeda, también pidió ruptura de relaciones). Entonces fue que la casa de mascotas, mejor conocida como Los Cachorrinos -nada que ver con Vargas Llosa ni con castraciones-, decidió ampliar el periodo de prueba, apartando al buen Vicente del fuego directo y dejándolo como aspirante a mártir del silencio, y colocando al refunfuñón Luis Ernesto en la posición de aprendiz de verdugo: a otra cosa, mariposa, pero que Chávez se disculpe o abra el camino para ruptura, retiro de embajador o algún gesto de consolación parecido.
NO PARECIERA tener mu-cho futuro la ampliación del periodo de recepción de quejas que el foxismo ha instaurado, a pesar de que hay un evidente esfuerzo oficialista por exaltar un patrioterismo que se dijera ofendido por los señalamientos hechos por Hugo Chávez a Vicente Fox. Como parte de la farsa nacional, que sólo piensa en las elecciones y en los riesgos de perder votos, y que elude por sistema la toma de definiciones ideológicas, los partidos y muchos de sus principales personajes se acogieron a la frase de cajón que habla de que fallan los hombres, pero no las instituciones, así es que se declararon defensores de la institución presidencial, aunque el hombre que hoy la ocupa tuviera sus errores. Andrés Manuel López Obrador tampoco se arriesgó a elaborar alguna declaración que lo comprometiera y, aprovechando la oportunidad de deslindarse del presidente venezolano, a quien dicen sus opositores que se parece, se lanzó por las laderas del castillo del pragmatismo para anunciar que está dispuesto a defender al Presidente de México ante cualquier agresión extranjera, atenuando su posición masiosare con algunas apostillas respecto al protagonismo foxista y sus pifias constantes. El Pejército Defensor del Presidente no fue, en realidad, sino una forma oportunista de desmarcarse del chavismo.
OTRO CACHORRO sufría ayer. Everardo Moreno carece hasta de seguidores suficientes para representarlo en las mesas receptoras de abstencionismo que el PRI instalará este domingo. Los madracistas trabajan a marchas forzadas para habilitarle el personal suficiente y, además, para que los mapaches actúen nuevamente con generosidad de espíritu y grandeza de miras, acomodándole al ínfimo aspirante una cantidad decorosa de sufragios (se habla de 85 por ciento para la M madreadora y menos de 15 para la m morena, dejando un prudente fondo para los votantes en blanco o en protesta: ¡oh, la democracia priísta!). Hoy, por lo pronto, M&m dialogarán en público (las presiones para que el señor Moreno decline han sido siempre en privado). Un cachorro ya sin garras ni dientes, perdedor insólito del concurso realizado en 2000, se ha recostado con gusto en el primer descanso que el PRI marianista le ha ofrecido: el licenciado Labastida ha renunciado con rapidez a sus pretensiones de explorar una candidatura presidencial de relevo, pues el dirigente Palacios le ha ofrecido tomar en cuenta su experiencia para participar en comisiones de trabajo bien bonitas. Ya encarrerado, el sinaloense dijo que habían sido en el marco de la política ficción (¿también tú, Francisco?) las declaraciones relacionadas con la posible postulación de Juan Ramón de la Fuente.
Y, MIENTRAS SIGUEN apareciendo, como crías de mala raza, las evidencias del desbarajuste migratorio y policial que vive México (o de las complicidades en tareas oscuras con Estados Unidos) en relación con el viscoso expediente Fujimori, ¡feliz fin de semana, sin patrioterismos manipulados!
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