Usted está aquí: viernes 11 de noviembre de 2005 Cultura Aparece obra ''imprescindible'' para el buen uso del español

Presentaron en Madrid el Diccionario panhispánico de dudas

Aparece obra ''imprescindible'' para el buen uso del español

Propone 7 mil 250 respuestas a los problemas planteados por el habla cotidiana

El tiraje inicial es de 160 mil ejemplares y estuvo a cargo del sello Santillana

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 10 de noviembre. El idioma español y los más de 400 millones de hispanohablantes ya cuentan con un instrumento ''imprescindible'' para resolver las dudas más recurrentes que suscita el habla cotidiana, la escritura y la lectura: el Diccionario panhispánico de dudas, que fue presentado de manera oficial este jueves en la sede de la Real Academia Española (RAE).

Las 22 academias de la Lengua acordaron en la ciudad de Zacatecas, en 1999, dotar al idioma español de un libro en el que se uniformaran las normas lingüísticas desde el cono sur hasta la península ibérica.

Este laborioso trabajo reúne por primera vez en un solo volumen a los tres grandes códigos de la lengua: la ortografía, la gramática y el diccionario. El documento contiene 7 mil 250 entradas referidas a las dudas más importantes que plantea la escritura y el habla del castellano.

Por ejemplo: ¿se dice adecua o adecúa? ¿México o Méjico? ¿Se acentúan las mayúsculas? ¿Es correcta la forma previendo? ¿Impreso o imprimido? ¿Cuál es el plural de escáner? ¿Es correcto decir detrás mío? ¿Se puede decir jueza? ¿Cuál es el femenino de canciller?

Registro de consensos

El diccionario está redactado con vocación didáctica y con un lenguaje sencillo, para lo que se han valido de numerosos ejemplos prácticos extraídos de la literatura y de las páginas de los periódicos y revistas de América Latina y España.

Asimismo, este instrumento para el buen uso de la lengua española resuelve lo que los académicos consideraban como una ''ausencia incomprensible" del idioma español, una vez que el resto de las grandes lenguas del mundo cuentan desde hace décadas con un diccionario de estas características.

El Diccionario panhispánico de dudas nace con varias pretensiones: la de resolver dudas de tipo ortológico (sobre puntuación) y ortográfico (sobre grafías, acentuación y puntuación); además de las tribulaciones de carácter morfológico, al aclarar cuestiones que se refieren a los plurales, femeninos, formas derivadas y modos de conjugación, así como dudas de carácter sintáctico, al aclarar cuestiones sobre construcción y régimen, concordancia, forma y uso de locuciones; y, por último, de asuntos lexicosemánticos, ya que se examinan y corrigen numerosas impropiedades léxicas, a la vez que se ofrece orientación sobre el uso de neologismos y extranjerismos.

''Se echaba de menos una obra que permitiera resolver, con comodidad y prontitud, las miles de dudas concretas que asaltan a los hablantes en su manejo cotidiano del idioma y donde las academias pudiesen, al mismo tiempo, adelantarse a ofrecer recomendaciones sobre los procesos que experimenta el español, en especial en lo que atañe a la adopción de neologismos y extranjerismos, para que todo ello ocurra dentro de los moldes propios de nuestra lengua y, sobre todo, de forma unitaria en todo el ámbito hispánico", señalan en la presentación los representantes de las academias de la Lengua.

Para concretar esta empresa los académicos debatieron durante estos años los criterios a seguir para alcanzar un acuerdo en algo tan complejo como el idioma, máxime cuando la lengua está en constante movimiento y renovación. Precisamente por eso se decidió asumir una norma, que ''el diccionario académico define como conjunto de criterios lingüísticos que regulan el uso considerado recto", por lo que -explicaron los académicos- ''no es algo decidido y arbitrariamente impuesto desde arriba: las academias registran el consenso de la comunidad de hispanohablantes y declaran normas, en el sentido de reglas, lo que éstos han convertido en hábito de corrección, siguiendo los modelos de la escritura o del habla considerados cultos".

Renovación constante

Gonzalo Celorio, secretario de la Academia Mexicana de la Lengua, habló en la sede de la RAE Española, en Madrid, de la importancia de asumir la citada norma y, al mismo tiempo, reconocer que ese diccionario es un documento que lejos de haberse terminado, apenas nace y se renovará constantemente.

''El Diccionario panhispánico de dudas se propone aclarar la norma establecida y atender a lo que algunos lingüistas llaman norma en realización; de ahí que oriente también sobre lo no fijado y formule propuestas guiadas por la prudencia y el ideal de unidad lingüística. Ello lo convierte en una obra abierta, que nace con el propósito declarado de mantener una actualización continua."

Otro rubro importante del diccionario es fijar normas para el uso de los extranjerismos, que con las nuevas tecnologías y la globalización se han extendido en el uso cotidiano del idioma.

''Los extranjerismos no son, pues, rechazables. Sin embargo, su incorporación debe responder en lo posible a nuevas necesidades expresivas y, sobre todo, que se haga de forma ordenada y unitaria."

Entre las dudas que resuelve está la de la utilización del vocablo ''e-mail" para referirse al ''correo electrónico", la recomendada por los académicos.

El primer tiraje del diccionario, editado por Santillana, es de 160 mil ejemplares y costará unos 400 pesos.

Recoger la voz del pueblo

El director de la RAE, Víctor García de la Concha, quien tuvo a su cargo el discurso inaugural durante la presentación, destacó que con la redacción del nuevo diccionario se hizo realidad el ideal de una estrecha colaboración entre la RAE y las otras 22 academias, informó la agencia Dpa.

El académico expresó que la obra ''no pretende ser altanera", sino que recoge ''la voz del pueblo", ya que en su elaboración se tuvo en cuenta el uso vivo, diferenciado y regionalmente diferente de la lengua hablada en espacios geográficos tan distintos como España, América Latina o Filipinas.

Por su parte, el director de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matus, insistió en que el diccionario es fruto de un consenso entre todas las academias del mundo hispanohablante, y que su objetivo es contribuir a preservar la unidad del idioma español, que, según aseguró, ''no está amenazada por la globalización''.

Matus indicó que la realización del diccionario no se hizo ''a espaldas del hispanohablante"‚ sino que se consideraron además de las normas comunes del uso correcto del idioma, las variedades regionales, los neologismos y los extranjerismos.

El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, aludió al polémico tema de los extranjerismos, en especial a los de origen inglés, y explicó que el diccionario establece una distinción global entre dos categorías de locuciones extranjeras: las ''superfluas" y las ''necesarias".

 
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