Reconocen el compromiso del filósofo con México
Otorgan a Sánchez Vázquez el honoris causa de la UAEM
Cuernavaca, Mor., 9 de noviembre. El Consejo Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), en sesión realizada ayer, otorgó la máxima distinción académica a Adolfo Sánchez Vázquez por sus aportaciones en el campo de la filosofía política, además de su trayectoria intelectual, docente y su compromiso moral y político con México y el mundo.
Ante los integrantes de ese órgano colegiado, profesores y alumnos, Sánchez Vázquez agradeció a esa universidad y a México ''el reconocimiento al esfuerzo de toda una vida, una vida que no pudo haber sido sin la generosa hospitalidad del presidente Lázaro Cárdenas; apoyada por el pueblo de México y lo más representativo de la intelectualidad mexicana".
En su mensaje, René Santoveña Arredondo, rector de la institución, reconoció el ejemplo de honradez intelectual y personal, así como la congruencia de Adolfo Sánchez Vázquez. Cuando en sus textos habla de la posibilidad de que la filosofía se vuelva práctica, misma que aplica en su vida como universitario, como ciudadano y como ser humano.
''En aquellas épocas en que estaba de moda seguir una cierta interpretación dogmática y cerrada de las obras de Marx, Sánchez Vázquez fue uno de los primeros teóricos y filósofos que se opuso a ello, desarrollando una interpretación crítica, seria y rejuvenecedora del marxismo", destacó el rector.
Sánchez Vázquez ofreció la disertación Don Quijote como utopía en la que reflexionó sobre las aportaciones de la obra de Miguel de Cervantes para motivar una lectura o interpretación de ese texto.
''¿Qué puede aportar la lectura de Don Quijote?, la respuesta hay que buscarla y encontrarla, si es que se encuentra en el texto mismo. Para que la pregunta pueda ser contestada, tienen que darse en la obra los indicios y las respuestas que permiten leerla o interpretarla como una utopía", consideró.
Destacó la condenación al fracaso de la utopía quijotesca, lo cual no significa precisamente su fin, sino que es tan necesaria e insoslayable como la aspiración a una vida mejor que merece correr los riesgos para su realización, ''lo que será una locura si no se toma en cuenta la realidad que se pretende transformar", finalizó.
Forjador de generaciones
Adolfo Sánchez Vázquez nació el 17 de septiembre de 1915 en Cádiz, España; en Málaga cursó el bachillerato, entrando en contacto con una larga tradición de lucha política y social que lo indujo a militar en el Partido Comunista Español.
En 1935 llegó a Madrid para estudiar filosofía en la Universidad Central, publicando algunos artículos en órganos de difusión de su partido, además de editar los diarios Línea, en esa ciudad, y Sur, en Málaga. En vísperas de la Guerra Civil, comenzó a escribir su libro poemario El pulso ardiendo, editado posteriormente en México.
Al estallar el conflicto, participó como defensor de la República. Sin embargo, tras la derrota republicana se refugió en Francia. En 1939, el presidente Lázaro Cárdenas abrió las puertas de México a los refugiados y en mayo de ese año Sánchez Vázquez desembarcó en Veracruz, junto con miles de españoles.
En 1959 comenzó sus actividad como docente de tiempo completo en la Universidad Nacional Autónoma de México, dedicando su vida desde entonces a desarrollar su pensamiento crítico y transmitirlo a muchas generaciones de mexicanos. Su pensamiento es parte del patrimonio intelectual de los pueblos que buscan la emancipación de las ideas y la vida.