Usted está aquí: lunes 7 de noviembre de 2005 Mundo Israel se retira de Gaza pero mantiene el cerco económico sobre Palestina

Hasta 6 meses esperan productos en la frontera israelí, dice un comerciante palestino

Israel se retira de Gaza pero mantiene el cerco económico sobre Palestina

Desde 2000 las finanzas han colapsado por los cierres de frontera y la corrupción en la ANP

REUTERS

Ampliar la imagen En un hospital de Petah Tikva, Israel, Yusra Gabdan observa a su hermana Samah, de 12 a� a quien le transplantaron el coraz�el ni�alestino abatido por soldados israel� cuando jugaba con un rifle de madera. Otro joven israel�ecibi� h�do y otros cinco �nos fueron destinados a igual n� de enfermos. Familiares del adolescente ultimado dijeron que "ya se ha vertido suficiente sangre" y que s�desean tener paz FOTO Ap Foto: Ap

Gaza, 6 de noviembre. El magnate de la construcción palestino, Mahmoud Farah, desearía poder comprar el cemento directamente a Turquía ahora que las tropas israelíes se retiraron de la franja de Gaza.

Sin embargo, todas las importaciones y exportaciones aún tienen que pasar por Israel debido a su preocupación por que los militantes introduzcan armas a escondidas, una causa de continua frustración para los negocios de la franja de Gaza y una amenaza para los beneficios económicos desde la retirada israelí.

"A veces tenemos productos esperando en la frontera israelí por seis meses", se quejó Farah, al describir los retrasos a los que él y otros comerciantes de Gaza se han resignado.

Para Farah esta situación provoca que planear sea algo difícil. Para aquellos que hacen negocios con productos perecederos, tales dificultades pueden significar la ruina.

La esperanza que existía en la franja de Gaza y en el extranjero era que la retirada israelí trajera cierta recuperación económica y transformara el territorio en un ejemplo de Estado para los palestinos, como una forma de reforzar las perspectivas para alcanzar la paz.

Si bien Israel finalizó su dominio militar de 38 años el 12 de septiembre pasado, cruzar hacia y desde Gaza, al menos, se ha vuelto más difícil desde entonces.

Considerando que Tel Aviv debe ayudar más, el enviado internacional James Wolfensohn dijo que el número de camiones que transportan productos desde Gaza hacia Israel disminuyó de 35 por día, antes de la retirada, a sólo unos cuantos.

"Debemos garantizar seguridad a Israel, por supuesto, pero en este sentido lo mejor es brindar esperanza y trabajo a los palestinos", dijo Wolfensohn en una carta que, según se filtró, fue enviada al cuarteto de mediadores internacionales que respaldan el mapa de ruta (Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la Organización de Naciones Unidas).

De acuerdo con la Oficina Central de Estadística palestina, más de 65 por ciento de 1.4 millones de personas en la franja de Gaza viven con menos de dos dólares por día, y más de 35 por ciento están desempleadas.

La economía ha colapsado desde el comienzo del levantamiento palestino en 2000, paralizada por los cierres de frontera que Israel dice previenen ataques de militantes, y socavada por años de corrupción y malos manejos bajo la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Israel dice que le preocupa el posible contrabando de armas en la franja de Gaza y la posibilidad de que atacantes suicidas puedan infiltrarse al país.

"En el frente económico estaremos tan disponibles como podamos", dijo a su vez Mark Regev, del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel. "Entendemos que hay necesidades reales y haremos lo que se pueda, pero no podemos abrir las fronteras inmediatamente por razones de seguridad. Haremos todo progresivamente", agregó.

La situación se ha complicado por estallidos de violencia que han dificultado las conversaciones sobre el tema de los cruces de frontera desde la retirada de Israel.

"En cuanto al comercio, la retirada no significó nada", dijo el economista de la franja de Gaza Salah Abdul-Shafi.

Israel acordó un nuevo punto de cruce fronterizo para productos en Kerem Shalom, donde se juntan las fronteras de la franja de Gaza y Egipto, aunque abrirá hasta el próximo mes.

Cualquier punto de ingreso de productos a la franja de Gaza a través de Kerem Shalom será inspeccionado por los israelíes.

Los palestinos aceptaron un acuerdo de ese tipo en el corto plazo, pero al final quieren un acceso irrestricto a través de la frontera con Egipto, al igual que por su aeropuerto y su puerto fluvial, además del libre paso por Cisjordania.

El aeropuerto fue destruido durante el levantamiento. Ambas partes dialogan sobre la construcción de un nuevo puerto fluvial pero no se ponen de acuerdo en cómo será administrado.

El palestino medio apunta a reducir la dependencia que la franja de Gaza construyó de la mucho más próspera economía de Israel desde que el territorio fue ocupado en 1967.

Los almacenes de las polvorientas calles de la franja de Gaza tienen góndolas llenas de productos hechos en Israel. Las letras hebreas anuncian todo, desde un champú hasta productos lácteos.

En vez de tratar de importar productos de otra parte y preocuparse por guiarlos a través de los puestos fronterizos de Israel y después por los cruces hacia Gaza, muchos comerciantes locales le compran directamente a Israel.

Pero esto también priva a la ANP de ganancias por su acuerdo aduanero con Israel.

Más de 75 por ciento de las importaciones palestinas vienen de Israel y más de 95 por ciento de sus exportaciones son vendidas a éste, dice Mahmoud Samhouri, consultor económico del Ministerio de Asuntos Exteriores palestino.

"Quisiéramos que ese porcentaje cambie una vez que tengamos nuestros propios puntos de salida, tales como una terminal aérea o un puerto, o cuando tengamos más libertad de movimiento a través de la frontera", agregó.

Israel dijo que podría aceptar esos pasos en algún momento, pero el acuerdo parece lejano mientras la violencia continúe.

La preocupación inmediata para la franja de Gaza es la cosecha que se avecina, que este año aumentará por lo producido en los invernaderos abandonados por los colonos judíos evacuados, quienes construyeron un próspero negocio proveyendo fruta y vegetales a Europa.

Los donantes extranjeros les compraron los invernaderos a los colonos y fueron rápidamente replantados por los palestinos con tomates y chiles, que madurarían en las próximas semanas.

Los invernaderos han creado unos 3 mil puestos de trabajo extra y proveerán ganancias anuales adicionales por un estimado de 50 millones de dólares. Pero para llevarse las ganancias, unos 150 camiones deben sacar los cultivos de la franja de Gaza todos los días. De otro modo, es probable que la cosecha se arruine.

"El éxito comercial dependerá en gran medida de arreglos de exportación adecuados", afirmó Wolfensohn. "El tiempo es escaso y el optimismo es una mercancía frágil".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.