Usted está aquí: jueves 3 de noviembre de 2005 Sociedad y Justicia Anuncia EU más despliegue de agentes en sus fronteras

Respuesta de Bush a críticas sobre falta de seguridad

Anuncia EU más despliegue de agentes en sus fronteras

La iniciativa oficial, para detener el flujo migratorio

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Washington, 2 de noviembre. En Día de Muertos, el gobierno de George W. Bush proclama que habrá más agentes armados, bardas y centros de detención en la frontera con México (y Canadá), para detener el flujo migratorio en nombre de la seguridad nacional, y con ello obligar a los indocumentados a tomar rutas aún más arriesgadas y posiblemente mortales.

En la dinámica estadunidense, el tema de la "pérdida de control" de las fronteras y la ausencia de una política nacional sobre migración continúa provocando un intenso debate tanto a escala federal como en las comunidades locales afectadas a lo largo y ancho del país. Al parecer, ahora la estrategia del gobierno de Bush es responder primero a las críticas sobre la falta de control de las fronteras antes de proceder con cualquier propuesta sobre los más de 11 millones de indocumentados que viven ya en este país. Es decir, complacer a quienes demandan "seguridad" antes de cualquier intento sobre reforma migratoria.

El liderazgo republicano del Senado ya anunció que el tema será abordado en la Cámara alta al inicio del próximo año, en un acuerdo entre patrocinadores de dos proyectos de ley y el líder de la mayoría, el senador Bill Frist, pero Bush continúa sin ofrecer mayores detalles, sólo haciendo referencias al tema, que incluye su propuesta de algún tipo de programa de trabajador huésped, y anteponiendo la "seguridad".

Hoy, el Departamento de Seguridad Interna anunció la Iniciativa de Fronteras Seguras, con el objetivo de obtener "el control operacional" en las zonas limítrofes con México y Canadá en los próximos cinco años, lo que significa "preservar las fronteras estadunidenses y reducir la migración ilegal".

El secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff, dijo que "se abordará todo aspecto de nuestro problema de seguridad fronteriza... la disuasión, detección, respuesta, detención y remoción". Esto se logrará, afirmó, al aplicar una serie de esfuerzos integrados.

Chertoff ya había enunciado en días recientes los puntos del programa, entre los cuales destaca el aumento de agentes de la Patrulla Fronteriza (otros mil el próximo año), mayor capacidad de detención y expulsión, más empleo de tecnología para vigilar la frontera, incremento en la aplicación de las leyes al interior de este país y mejor infraestructura para reducir los "cruces ilegales" de la frontera.

El Departamento de Seguridad Interna prometió hoy que esta iniciativa (Secure Border Initiative, o SBI, por sus siglas en inglés) se aplicará mediante "un diálogo apropiado con los gobiernos de México y Canadá". Sin embargo, sólo menciona esto en el contexto de la violencia en las zonas limítrofes. "La violencia en las fronteras y la criminalidad relacionada con ésta ponen en peligro tanto a los estadunidenses como a los mexicanos, por lo que es crucial lograr un enfoque bilateral para desmantelar grupos criminales y salvar vidas".

Pero junto con las medidas para facilitar la deportación y repatriación de detenidos, así como la expulsión de criminales, son los únicos rubros donde se menciona la cooperación o negociación bilateral.

Chertoff señaló que a pesar de los 11 mil agentes de la Patrulla Fronteriza desplegados a lo largo de las fronteras norte y sur, y 26 mil en puertos de entrada y en actividades de buscar, detener y expulsar a migrantes indocumentados a lo largo del país, "aún enfrentamos un problema sustancial: la habilidad de los individuos de ingresar a Estados Unidos fuera de los canales legales es una amenaza a la seguridad de la patria".

Después de explicar la iniciativa, Chertoff señaló que será "complemento" al Programa de Empleo Temporal propuesto por Bush desde el año pasado, el cual, según el Departamento de Seguridad Interna, permitirá que los migrantes logren encontrar trabajo por medio de canales "legales y regulados", y también incrementará la seguridad al "ofrecernos mejor idea de quién está ingresando al país y por qué razón".

Así, mientras los sectores empresarial y sindical, grupos de derechos humanos, la Iglesia católica, políticos influyentes de ambos partidos y editorialistas de los principales periódicos, entre otros actores de gran poder en Estados Unidos, continúan promoviendo e insistiendo en la idea de una reforma migratoria comprensiva, aún no hay nada concreto para los indocumentados.

Existen proyectos de ley y propuestas de todo tipo, y se repite una y otra vez que un enfoque exclusivo sobre la "seguridad fronteriza" no es una solución viable si no considera qué hacer con los "indocumentados" que no sólo ya están aquí, sino que sostienen gran parte de esta economía y sociedad (incluyendo la reconstrucción de Nueva Orléans, entre otras cosas). Hay promesas de que la reforma "se impulsará, ahora sí, el año entrante".

Pero mientras se aplican más medidas de seguridad, hay calaveras que se están muriendo de risa (o más bien, de desesperación y tristeza) a lo largo de la frontera. Ojalá que para el próximo Día de Muertos no se tengan que poner aún más ofrendas por los que no lograron cruzar con vida.

 
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