Entre todos los
Juan García Ponce que han sido y son, uno de los más memorables
es el fascinado y a la vez puntual crítico de arte, que lo mismo
esclareció las rutas por donde cabía entender mejor los movimientos
plásticos locales, que compartió su pasión ilustrada
por autores como Balthus, poco más que una referencia vaga u objetos
de un culto basado en la carencia de estudios hechos desde acá.
A este García Ponce, más que al narrador, al traductor o
al hombre de teatro, el Museo de Bellas Artes le ha hecho un reconocimiento
al que La Jornada Semanal se suma con el presente número.
|