Usted está aquí: jueves 27 de octubre de 2005 Opinión Venezuela y los movimientos sociales

Angel Guerra Cabrera

Venezuela y los movimientos sociales

La semana pasada escribí que es en América Latina donde se libra la batalla decisiva contra el imperialismo y su cabecilla estadunidense. Mencioné los movimientos populares y los nuevos gobiernos con una orientación más independiente que, unidos a la joven revolución bolivariana y a la permanencia de la revolución cubana, han hecho cambiar la correlación de fuerzas en nuestra América. No existe una situación igual en ninguna otra región del planeta. En este cuadro es de singular trascendencia, por su enorme aportación a la lucha antimperialista, el ascenso al gobierno en Venezuela del movimiento popular liderado por Hugo Chávez.

Siempre me ha llamado la atención que en las aproximaciones teóricas sobre los llamados "nuevos movimientos sociales", surgidos frente a las políticas neoliberales de las décadas recientes, no es frecuente ver mencionado al único movimiento que ha conseguido acceder al poder, defenderlo de la contrarrevolución y el imperialismo e iniciar la construcción del "otro mundo posible". Ese que reclaman quienes luchan contra la globalización neoliberal, casi siempre solidarios con Venezuela. Y es que la experiencia bolivariana es un referente a estudiar por haber propiciado el acceso de las mayorías a la política, por sus logros sociales y por el impulso que ha dado a la unidad latinoamericana y al combate por la justicia y la paz en el mundo. En palabras de Chávez: "La protesta pasó a ser propuesta, la propuesta pasó a ser gobierno y el gobierno a ser revolución". La protesta y la propuesta, aunque tienen raíces históricas más remotas en la empresa inconclusa de Simón Bolívar, se refieren en el pasado reciente al caracazo de 1989, rebelión antineoliberal de masas, y a la insurrección cívico-militar patriota de 1992, encabezado por el entonces comandante de paracaidistas. Aunque derrotada militarmente, en lo político resultó una clarinada que congregó en torno al oficial encarcelado a una legión de simpatizantes. Entre ellos a aquellos que habían protagonizado la mencionada rebelión contra el paquete económico del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, reprimida ferozmente. Nueve años después del caracazo Chávez ganaba arrolladoramente la presidencia en la primera de nueve consultas electorales a que se ha enfrentado victoriosamente el movimiento bolivariano.

En Venezuela, que el 28 de octubre próximo se declara territorio libre de analfabetismo, el ingreso de la petrolera estatal y el aumento de la recaudación tributaria se han destinado principalmente a programas sociales y al desarrollo. Después de la derrota del paro petrolero de los gerentes proyanquis (2003) es la economía latinoamericana que más crece. Veinte mil médicos cubanos han llevado la atención sanitaria a los anteriormente marginados y la mitad de la población estudia en un sistema continuo de educación de adultos. Se ha reducido el desempleo considerablemente, abatido la inflación y creado una red de mercados que venden por debajo de los precios al menudeo. Pese a la tenaz oposición de la burguesía local y los latifundistas, la reforma agraria avanza y en tres años se han recuperado más de 3 millones de hectáreas y se han entregado tierras a más de 180 mil familias organizadas en empresas de producción social que reciben créditos blandos del Estado. El presupuesto de salud se ha triplicado y se construye una red de policlínicos comunitarios. Se destinan miles de millones de dólares para dotar los hospitales públicos con la más alta tecnología, para construir una gran siderúrgica estatal y a obras de infraestructura carretera y ferroviaria.

La Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), proyecto integracionista basado en la solidaridad y el aprovechamiento para beneficio mutuo de las fortalezas y debilidades de los países que participan, tiene expresiones muy concretas en acuerdos con países sudamericanos y del Caribe. Además del avanzado proceso integracionista entre Cuba y Venezuela, su paso más abarcador es Petrocaribe, que salvó a muchos estados de la zona de la bancarrota por las altas cotizaciones del crudo al proporcionarles precios y fletes preferenciales, grandes facilidades de pago y un esquema para dotarlos de capacidades de almacenamiento y para desarrollar programas sociales. Doscientos mil médicos latinoamericanos serán formados gratuitamente en un programa venezolano-cubano en los próximos 10 años. No es casual que el próximo Foro Social de las Américas tenga por sede Caracas.

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