Usted está aquí: jueves 27 de octubre de 2005 Gastronomía A partir de mañana, primera Feria Latinoamericana del Tamal

En Alvaro Obregón; termina el 2 de noviembre

A partir de mañana, primera Feria Latinoamericana del Tamal

ERIKA DUARTE

Con el fin de promover la gastronomía nacional y latinoamericana, e impulsar su comercialización, la delegación Alvaro Obregón realizará del 28 de octubre y hasta el 2 de noviembre la primera Feria Latinoamericana del Tamal, en la cual participarán los estados del sureste mexicano que conforman el corredor maya, además de países latinoamericanos, como Guatemala, Honduras, Belice, Nicaragua, Cuba, Venezuela y Argentina, además de España.

Con la feria del tamal se pretende impulsar el desarrollo económico de las comunidades que resguardan la gastronomía regional y dar a conocer las distintas variedades del platillo tradicional, por cuya importancia cultural en Latinoamérica, la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) propuso que sea considerado como Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO.

La Feria Latinoamericana del Tamal forma parte del Festival Cultural de Otoño, que comenzó desde la semana pasada en la delegación Alvaro Obregón, y en el cual se presentarán diversas exposiciones en el Centro Cultural San Angel y la Casa Jaime Sabines, desde este mes y hasta diciembre.

Para la primera feria del tamala se tiene prevista la apertura de cinco espacios ubicados en la delegación de Alvaro Obregón, entre ellos los parques de la Bombilla, Jalapa 2000, Ecológica La Loma y el teatro de la Juventud, así como en los pueblos de San Bartolo Ameyalco y Santa Rosa Xochiac.

Un poco de historia

Como alimento de origen prehispánico, tamal viene del náhuatl tamalli, y es un alimento hecho con base en la masa de maíz, relleno de uno o diversos ingredientes, envuelto en hojas vegetales, para posteriormente ser cocido.

Desde los tiempos prehispánicos, los tamales tenían un carácter ritual, que iban desde las celebraciones funerarias hasta las festivas, tradiciones que perduran en la actualidad. No pueden faltar en ofrendas de Día de Muertos, a los patronos de pueblos, reuniones fúnebres, bodas, fiestas infantiles, graduaciones escolares, celebraciones nacionales y en fiestas navideñas, por mencionar sólo algunas de las ocasiones en las que este platillo se hace presente.

Aunque los tamales más frecuentes en México están envueltos en hoja de la mazorca del maíz o en hoja de plátano, en las zonas costeras y tropicales, también se utilizan las hojas de otras plantas, como carrizo, chilac o papatla.

Desde el norte y hasta el sur de México existe una de las más amplias variedades de tamales, que van de acuerdo a los alimentos originarios de las regiones, así como de sus costumbres. Los tamales en hoja de mazorca más generalizados son los verdes (con salsa de tomate y carne de puerco), de mole poblano con carne de guajolote, los de rajas de chile poblano o jalapeños con queso, además de los tamales dulces color rosa con pasitas y los de elote tierno -también conocidos en los estados de Guanajuato, Michoacán y Guerrero como huchepos.

En el género de los envueltos en hoja de plátano destacan los oaxaqueños de mole negro y los costeños con salsa de jitomate. En diversos estados del altiplano se acostumbran los tamales neutros de manteca para acompañar algún guiso, y en las comunidades campesinas son frecuentes los tamales de frijol. Estos alimentos suelen cocerse al vapor, pero también se cocinan en hornos de tierra, como la barbacoa.

En Coahuila y otros estados del norte acostumbran tamales muy pequeños en hoja de mazorca, que suelen rellenarse con carne deshebrada y salsa de chiles secos; hacia la Comarca Lagunera hacen tamales de espinacas; en Baja California hay unos tamales de Güemes, con carne de puerco y pollo, aceitunas, pasas y aceite de oliva.

 
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