Usted está aquí: jueves 13 de octubre de 2005 Política Influyentismo y complicidades, sistema para adquirir propiedades

Paraíso, en Acapulco; tierras de cultivo en el Edomex

Influyentismo y complicidades, sistema para adquirir propiedades

MISAEL HABANA E ISRAEL DAVILA CORRESPONSALES

La lujosa residencia Cuatro Vientos, en el fraccionamiento Marina Las Brisas, de Acapulco, que domina la bahía de Santa Lucía, es visitada con frecuencia desde enero anterior por Arturo Montiel Rojas y su esposa, Maude Versini.

En el Registro Público de Acapulco no aparece ninguna propiedad a nombre del ex mandatario mexiquense ni de sus hijos, Juan Pablo y Arturo Montiel Yañez; tampoco el de su cónyuge. El inmueble tampoco está registrado a nombre del ex gobernador de Guerrero René Juárez Cisneros quien, según los vecinos, ordenó su construcción.

Pero los millonarios habitantes de Marina Las Brisas comentan que el inmueble pertenece o perteneció a Juárez Cisneros, quien lo prestó o regaló a Arturo Montiel. Se dice que la hermana de Maude Versini es esposa del ex gobernador guerrerense.

Acostumbrados a tener vecinos ricos y famosos, así como a ver "fortunas sospechosas", los entrevistados indicaron que "los Montiel comenzaron a venir aquí a principios de año; incluso, una revista sacó fotos del interior de su mansión".

El vocero de Juárez Cisneros, Juan Manuel Armenta, negó en entrevista telefónica que la casa Cuatro Vientos "fuera, sea o haya sido" propiedad de su jefe.

San Antonio la Isla

En julio de 2004, vecinos del municipio de San Antonio la Isla, estado de México, vieron sorprendidos la llegada de maquinaria pesada que limpió más de 100 hectáreas de cultivo, hasta entonces parte de las tierras agrícolas de la localidad. Pronto se enteraron de que en esos terrenos se construirían miles de casas, ya que "gente muy importante" los adquirió a un precio irrisorio.

Al paso de los días se supo en todo el pueblo que Arturo Montiel Yáñez, hijo del entonces gobernador Montiel Rojas, era dueño de esos predios, y que en conjunto con grandes inmobiliarias edificaría dos desarrollos habitacionales: Ex Rancho San Dimas y Las Ventanillas.

Con ayuda y asesoría de Montiel Yáñez, las empresas Proyectos Inmobiliarios de Culiacán y La Casa Espacio Inmobiliario solicitaron a autoridades municipales y estatales autorizaciones para el cambio de uso de suelo, pues los terrenos tenían una actividad agrícola. El alcalde Gerardo Miguel Camacho Sánchez -un priísta que accedió al poder bajo las siglas del PRD, y que mantiene en sus oficinas una foto de Montiel- se encargó de promover los permisos.

Algunos vecinos revelaron que gracias a "apoyos" que las empresas dieron a funcionarios municipales, éstos aceleraron los trámites y en menos de un mes, el 25 de agosto de 2004, el cabildo sesionó para dictaminar a favor el plan de congruencia para integrar ambos conjuntos a la zona urbana.

Treinta días después, la Secretaría de Desarrollo Urbano del estado aprobó el cambio de uso de suelo, y se publicó en la Gaceta de Gobierno mexiquense. Las obras se iniciaron aun antes de que se tuvieran todos los permisos. Se introdujo drenaje y fueron construidos los cimientos de las cientos de casas que triplicarán en cuatro años la población de San Antonio la Isla, que actualmente cuenta con 15 mil habitantes.

En julio de 2005, a dos meses de dejar la gubernatura, Arturo Montiel publicó en la Gaceta de Gobierno las autorizaciones para construir los dos conjuntos habitacionales. A Ex Rancho San Dimas le otorgó permiso para desarrollar 5 mil 620 viviendas, y permitió edificar 633 hogares en Las Ventanillas. El 24 de agosto, el ayuntamiento liberó las licencias de construcción por mayoría del cabildo, pero varios regidores de PAN, PRD y PRI se opusieron a emitir estos documentos, al considerar que el municipio sufriría crecimiento desproporcionado.

Hubo manifestaciones de pobladores ante el palacio municipal. Por ello las empresas accedieron a realizar diversas obras para la comunidad y se comprometieron a invertir 30 millones de pesos en vialidades, escuelas, jardines y equipamiento.

La promesa era parte de la obligación que por ley tienen todas las inmobiliarias que desarrollan conjuntos habitacionales.

"Es un negocio redondo. Compra tierras agrícolas muy baratas, han de andar en 30 pesos el metro cuadrado, y con el cambio de uso de suelo a habitacional el precio se eleva a unos 400 pesos", dijo Genaro, quien accedió a dialogar con La Jornada bajo promesa de anonimato.

"Aquí todo mundo sabe que el hijo del gobernador está metido", dijo. "A muchos los convencieron con las obras que van a realizar para el municipio, pero imagínese el impacto que va a tener. Aquí se acaba la tranquilidad de San Antonio."

Ambos conjuntos estarán a orillas de un arroyo que suele desbordarse en época de lluvias. Esto se reconoce en el Plan de Incorporación Territorial de Las Ventanillas, publicado en Gaceta de Gobierno el 24 de septiembre del año pasado. Pero a pesar de las irregularidades ya se inició la comercialización de estos desarrollos habitacionales.

 
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