Usted está aquí: jueves 13 de octubre de 2005 Deportes Iniciamos soñando que íbamos a ser una generación diferente

Entrevista a JESUS RAMIREZ, TECNICO DE LA SUB-17

Iniciamos soñando que íbamos a ser una generación diferente

Los chicos se convencieron de que estaban en alto rendimiento

Se les veia el deseo de ganar y yo estaba convencido de que se podian dar las cosas; por eso no dude en decirles que a peru acudiriamos por el titulo de campeones

MARLENE SANTOS A.

Ampliar la imagen A Jes�m�z le funcion� preparaci�ental con los juveniles mexicanos FOTO Notimex Foto: Notimex

Llegó en un vuelo procedente de Culiacán. El cansancio parece acumulado en la mirada, enmarcada en profundas ojeras a causa de las pocas horas de sueño e intenso ajetreo, pero Jesús Ramírez está lleno de ilusiones e irradia felicidad y éxito.

Respondió saludos, concedió autógrafos, posó para alguna foto entre los viajeros que en el aeropuerto capitalino lo reconocieron y lo felicitaron por el título mundial con la Sub-17. La charla con La Jornada se realizó en un restaurante de la propia terminal aérea.

No resulta descabellado decir que por las calles de la colonia Jardín Balbuena, los patios de la Preparatoria 7 y en las canchas de Ciudad Universitaria se gestaron los sueños de los hasta ahora máximos triunfadores del balompié nacional: Hugo Sánchez, como principal figura, y ahora Jesús Chucho Ramírez, artífice del campeonato de cadetes, logro que hizo estallar el júbilo en todo México.

"Lo conozco desde que teníamos nueve o 10 años. Eramos vecinos y siempre lo escuché hablar de sus sueños, sus metas: jugar en primera división, salir campeón, llegar a la selección, emigrar a Europa...

Hugo, tema recurrente

"Yo tuve un ejemplo de piel a piel con un amigo de toda la vida que logró sus objetivos. Hablábamos mucho y toda esa experiencia la transmití ahora a mis jugadores". Un tema recurrente hacia sus pupilos era Hugo Sánchez y su gran mentalidad.

"Cuando cuatro horas antes de la gran final ante Brasil me disponía a dar una charla al grupo, sonó el teléfono; era Hugo y de inmediato puse el altavoz. Le pedí que les expresara unas palabras.

"Fue un momento emotivo. Les dijo: 'Muchachos, háganlo por México, métanle todo... les deseo lo mejor, ¡Ganen!'. Ese telefonazo me cayó como anillo al dedo", señala.

Ramírez no sólo tuvo la suerte de crecer en este deporte cerca de Hugo, sino que tras su retiro -"fui un jugador estándar", define- se integró al grupo de Miguel Mejía Barón. "Estuve en la parte logística, pero Miguel nos daba la oportunidad de estar en la cancha, de hacer cosas y me gustaba observar todo. Viajé a la Copa América, Copa de Oro, Rey Fahad, Juegos Panamericanos, el Mundial grande y el infantil en Japón.

"Ese fue un grupo muy bueno. En 1995 salió Miguel y yo me quedé un tiempo más, hasta que Toño García me invitó al Atlante como director de fuerzas básicas.

"Precisamente hoy me habló Javier Aguirre, ya sabes, con su folclórico y depurado lenguaje (ríe): 'hijo de tu tal por cual... ¡qué alegría cabrón, qué chingón!'

"Me felicitó como Hugo, como Raúl Arias y mejor ahí le paro para no omitir nombres, porque tengo muchos amigos."

De 1997 a 99 Chucho fue a Argentina gracias a un convenio entre los equipos de Televisa y el Boca Juniors. "Jorge Griffa -experto en fuerzas básicas- me abrió las puertas, luego vino acá a dar asesoría a los clubes.

"Yo hice visorías de septiembre a diciembre de 2001, y de 2002 a 2003 trabajé con un grupo muy amplio de jugadores. En 2004 pasó a manos de Humberto Grondona y en febrero de este año, cuando él se fue, lo retomé con la libertad de poder elegir a mi cuerpo técnico."

-¿Qué mérito le das a Grondona por ese año que tuvo a los jugadores?

-A él no le puedo reconocer nada. A los que fueron mis auxiliares en 2002 sí: César Vega, Eduardo Quililuc y Claudio de Ambrosio. Con ellos trabajé bien. Luego entregué ese grupo, como de 60 jugadores, a Humberto y en ese momento no supe qué hizo.

-¿Y qué aprendiste de Griffa?

-A ser más rápido en la elección del jugador. No esperar tanto, porque el alto rendimiento no espera y se queda el que sea más fuerte de acá (señala su cabeza).

Con Eduardo Esponda (preparador físico), Víctor Medina (auxiliar técnico) y el médico Gonzalo Luna hizo un replanteamiento en febrero para intensificar el trabajo rumbo al Mundial de Perú.

"Esponda advirtió que el trabajo físico sería fuerte, muy intenso. La competencia estaba cerca y había que ganar fuerza, estaba considerado que 10 por ciento del plantel podía lesionarse y otros no iban a resistir.

"El médico revisó a los muchachos y encontró muelas picadas y bichos. Debió limpiar cuerpos antes de arrancar; curar dientes, desparasitar, enseñarlos a alimentarse bien.

La charla de Jesús es vivaz, intensa, pero hay un tema que lo hace desbordar: el de la preparación mental, los cursos a los que lo indujo su esposa Lourdes Deschamps. Sus ojos se agrandan e inclusive hace la señal de la cruz y la besa con exaltados "¡te lo juro, te lo juro!"

Primero fue lo futbolístico

Explica: "Primero nos unió a todos lo futbolístico, pero luego la pirámide se invirtió y empecé a trabajar con las personas. Hablamos del interés de cada uno y de los del grupo.

"Nosotros iniciamos soñando. En las primeras concentraciones hablamos de soñar, de pensar que íbamos a ser una generación de futbolistas diferente, de las que hacen cambios ¡te lo juro por Dios!"

-Ante jóvenes como los que conduces hay que ser coherente para que te crean. Tu discurso no debe ser sólo de dientes para afuera, sino congruente entre el decir y el hacer; ¿así lo proyectaste?

-Acabas de decir lo que sucedió aquí. Primero me observé cómo estaba, qué pensaba, para qué estaba capacitado, si me daba a entender, si me expresaba bien. Me conocí y cambié un montón de aspectos.

"Me rediseñé en esas clases a las que me llevó mi esposa, de aplicación mental. Después me sentí listo para proyectar algo y ellos me dieron esa oportunidad. No hablé de dientes para afuera.

"Les enseñé cómo funciona la mente para entregarse a un trabajo, a un objetivo. Puse el ejemplo del que está enamorado y es capaz de sortear toda clase de obstáculos; así pues, la dinámica fue enamorarnos de esto.

"Algunos no tuvieron ganas de abrir su mente y se fueron yendo aunque había grandes futbolistas, pero los que pusieron manos a la obra desecharon pretextos y lo hicieron con responsabilidad y compromiso."

Chucho reforzó esas pláticas con personajes. "Estábamos en Teotihuacán e invité a Ricardo Finito López para que hablara con ellos. Les llevó pósters y videos y habló muy bien. En Argentina, Omar Larrosa, campeón en 1978, les dio otra charla, y ya en Perú fue Teófilo Cubillas.

"Elegí gente exitosa y todos coincidieron en que hicieron un cambio en su vida para comenzar a trabajar y pensar diferente."

-¿Un indisciplinado como Cuauhtémoc Blanco en sus peores etapas no hubiera pasado la prueba contigo?

-No lo sé. Acá se establecieron las reglas desde el principio. Corrieron muchísimo, levantaron pesas como nunca, hicimos trabajo táctico y técnico. Se convencieron de que estaban dentro del alto rendimiento.

"Creo que Mario Carrillo le encontró la forma a Blanco. La verdad, mis respetos, yo veo al América muy bien. Seguramente él está haciendo algo importante para mantener el nivel.

"No es fácil sostener un equipo ganador. Se requiere replantear diario y decir: estamos satisfechos, pero queremos más."

-¿Cuándo tuviste que poner recursos de tu bolsillo?

-No, mira, fueron cosas mínimas. De pronto amigos me invitaban a Jalapa, por ejemplo, y me ofrecían hospedaje y alimento. Ellos querían generar una visoría, entonces yo ponía el pasaje e iba a ver jugadores.

-¿Cómo fue la preparación internacional?

-Hubo varios juegos contra equipos de primera A, Atlante, juveniles, reservas y terceras divisiones. Pero los importantes a nivel internacional fueron siete; me hubieran gustado otros más.

"Fuimos a Inglaterra contra el Glover Hampton, el Stroke City y el Crew ; ganamos dos y empatamos uno. En Estados Unidos vencimos 5-0 al Silver Blacks y a la Sub-17 en San Antonio, 2-1. Nos fuimos a Argentina y le ganamos 4-1 al Boca Juniors, 3-1 al River Plate y 3-0 al Vélez Sarsfield."

-Esos triunfos te dijeron mucho...

-Sí, ya veía un equipo sólido. No es fácil jugar en el extranjero y ganar con esa amplitud de marcadores, además eran categorías de más edad.

"Le ganamos a equipos cancheros, difíciles. La última etapa la cerramos en Aguascalientes para adaptarnos al pasto artificial."

Los trajes, las películas...

"En el equipo había riqueza en movimientos, podía ubicarlos, hacer cambios, bajar a Villaluz, poner a otro por derecha, hacer que Vela jugara más abierto, ensayé otra formación y ellos siempre jugaron fácil.

"Se les veía el deseo de ganar, por eso yo estaba tan cómodo, tan seguro de que podían darse las cosas y no dudé en decirles a ellos y a todos que a Perú íbamos por lo nuestro: el trofeo de campeones."

Alistó seis trajes para la misión: "el gris ante Uruguay, el café para Australia, esta combinación con Turquía... este me gusta para semifinal y otro para la final, los acomodé y así los fui sacando.

"No faltaron las películas con la fórmula mente-éxito, aunque la primera fue para reforzar lo que les había hablado sobre la motivación, pero en términos científicos, ¿Y tú qué sabes?, se llama", indica.

Los otros videos fueron: Con alma de héroe, Por amor al juego, Milagro, Rudy, Los titantes y El último samurai. Esta última la vieron previa a la final.

Sin embargo, Ramírez reconoce que pasó un mal rato en la derrota contra Turquía y sufrieron de más ante Costa Rica.

-Algunos papás hicieron el viaje desde el principio, supe que vacilaban a Giovani, "El niño" a causa de la inquietud de su padre, Zizinho...

-Con frecuencia iba a preguntar '¿Cómo está el niño?', y todos le aplicaban carrilla, 'Niño ahí te hablan', 'Buscan al niño' o 'A ver niño...'.

"Pero las reglas eran parejas, porque si dejábamos entrar a algún papá los otros igual iban a reclamar después. Lo mismo con las televisoras que pedían 'déjame grabar en los cuartos' o 'déjame grabar la charla'. Nada. Fuimos tajantes."

Igual indica respecto a los promotores que acosaban a sus pupilos: "les aconsejé responder 'sí me interesa, pero no es el momento. Aquí estoy para ganar una copa y si yo te intereso háblame en México y déjame ver si me conviene".

-Por todo el trabajo mental de que hablas, ¿crees que hoy son menores los riesgos de que se mareen a causa del éxito?

-Fue una herramienta importante. Yo los he visto con mucha mesura. Vengo de Culiacán y vi a Héctor Moreno muy tranquilo platicando con el gobernador. Ahora se va a ver eso, porque se van a topar con envidiosos y gente buena onda.

-Quién era el intelectual, el bromista, el serio...

-El Pato (Patricio) Araujo llegó con su máquina y sus libros. El tipo es transparente y vale oro. Con sus compañeros es solidario, abierto, refleja limpieza y gallardía -expresa sobre el capitán. "¿Bromistas?... ¡Todos! Están en la edad".

-Javier Aguirre dice que en México hay talento en jugadores, pero que los técnicos de fuerzas básicas están mal pagados.

-Eso es verdad. Creo que en la medida que se profesionalice el área habrá gente más preparada. Tengo el ejemplo clarísimo de Griffa. Tiene 30 años en fuerzas básicas, pero cobra como si fuera técnico de primera división y no le interesa ir al máximo circuito. Se especializó en esa área y gana muy bien.

"El otro día platicábamos acerca de lo que ha trabajado en Argentina, especialmente en Boca Juniors. Hizo un cálculo de la cantidad de dinero que han generado sus ocho años en el equipo y resultaron millones y millones de dólares por los jugadores exportados."

-¿Crees que en México cambien las cosas a partir de este logro?

-Aquí cada club es libre de manejarse como pueda. Son empresas privadas y varían los presupuestos. Todos los equipos en mayor o menor medida trabajan ese rubro, pero si hubiera un poquito más de paga habría más gente interesada y los resultados serían más importantes.

Como Griffa o Pekerman

-¿Te gustaría ser el Griffa mexicano?

-Lo estoy pensando junto con Guillermo Cantú y creo que tomaremos una buena decisión. Si no estoy en la Sub-20 puedo quedar otra vez con jugadores de 15 o 17, no importa.

"Empezaríamos con visorías y a armar todo de nuevo. Me decían lo de Pekerman que ascendió con sus selecciones y terminó en la selección mayor. ¡Me encantaría!"

-Acá contaste con material moldeable y fuiste escultor, pero el futbolista de primera división cree que todo lo sabe, tiene vicios en la cancha, busca engañar al árbitro, ¿te atrae dirigir en primera división?

-Sí quiero llegar. Imponerme al grupo sería mi trabajo. Me siento capaz de convencer a la gente de que mi forma de trabajo le va a beneficiar.

-En el futbol mexicano se dan muchos casos de nepotismo, pero muchos hijos o familiares de jugadores están en la banca, como el hijo de Hugo Sánchez, como lo estuvieron los hijos de Carlos Reinoso...

-Es una situación difícil. Yo no fui como Hugo, fui más estándar, y aún así mi hijo Diego (Atlante) debió esforzarse más para que no dijeran 'Ah, está aquí porque es hijo de'... a él le costó, pero muchos deben cargar primero con la presión de que el padre fue brillante y es inevitable la comparación.

"Es un tema complicado. Si eres el papá y el hijo te pide, te suplica una oportunidad ¿cómo se la vas a negar?... Al final las cosas se ubican en el lugar indicado, van a llegar hasta donde su capacidad alcance."

-¿No le quitan lugar al de verdadero talento?

-Al final el talentoso y perseverante siempre va a llegar.

-Respecto a este plantel campeón, ¿cómo hacer un plan para que no descuiden sus estudios académicos?

-Ahí no hay pretextos. Inclusive algunos los continuaron por Internet. Están en un momento importante y eso (estudiar) sería fundamental para, en efecto, ser la generación del cambio.

-Todos dicen que le dejaste el listón muy alto al Tri mayor, pero lo dejaste inclusive para ti, ahora todos van a esperar sólo cosas grandes de Chucho Ramírez.

-Eso es bonito. Para mí esto es el inicio de algo importante. Ya fuimos capaces de algo y ahora hay que tratar de mantenerlo, rearmar y mejorar todo para no ser flor de un día. Viene lo más complicado y yo voy a poner lo que sea necesario para lograrlo.

 
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