Usted está aquí: martes 11 de octubre de 2005 Cultura El Cuarteto T'ang se adueñó de la capacidad de asombro del público

Audaz propuesta de los músicos de Singapur en el Templo de la Valenciana

El Cuarteto T'ang se adueñó de la capacidad de asombro del público

Introspección, vivacidad y alto voltaje caracterizaron su ejecución del programa

Una pila de su cd The art of war se agotó entre algunos afortunados asistentes

PABLO ESPINOSA ENVIADO

Ampliar la imagen El core�fo y bailar�Akira Kasai, durante el ensayo de la obra Pollen revolution, cuya primera de dos funciones se present�er en el teatro Cervantes; hoy a las 18 horas, en el mismo escenario, se efectuar�a segunda presentaci�e esa pieza de danza butoh FOTO Roberto Garc�Ortiz Foto: Roberto Garc�Ortiz

Guanajuato, Gto., 10 de octubre. La presentación del Cuarteto T'ang de Singapur se erigió como lo más trascendente de la primera jornada dominical del Cervantino 33 por su calidad artística, la audacia de su propuesta estética y la importancia de sus aportaciones al desarrollo de la cultura musical contemporánea.

Ng Yu-Ying y Ang Chek Meng, en los violines; Lionel Tan, en viola, y su hermano Leslie Tan, en violonchelo, presentaron en el Templo de la Valenciana un programa de gran atractivo, notable en su enérgica ejecución y lleno de significantes.

Ataviados con camisas de colores vivos, afeites juveniles hipermodernos (a rape el violista, dreadlocks rastas el chelista, hirsutos neopunk el resto) y un estilo heterodoxo en sus arqueos, digitaciones y su manera de frasear y respirar las notas, estos cuatro jóvenes de Singapur dotan de aire fresco al de por sí en pleno periodo de resurgimiento vasto panorama de la música para cuarteto de cuerdas.

Encantamiento y ritual

Eligieron dos partituras checas y dos chinas para poner en órbita al público. Iniciaron con el Cuarteto número 1 de Edwin Schulhoff (1894-1942) y de inmediato se adueñaron de la capacidad de asombro y fascinación del público con ataques, arcadas y gestualidad muy en el estilo del Kronos Quartet, esos cuatro fantásticos que han abierto el ámbito de la música de cámara hacia los públicos del rock: los jóvenes.

El final de esta primera obra del programa completó la atmósfera de intensa introspección, vivacidad y alto voltaje en el que transcurrió el resto del concierto. La partitura del checo Schulhoff hace un guiño de homenaje al compositor checo (luego reubicado como austriaco) Gustav Mahler (1860-1911) al reproducir el umbral de La Canción de la Tierra mahleriana con el sonido original del arpa transpolado al violonchelo en medio de un pianissimo sublime.

En ese estado de intimidad del alma sonó la siguiente partitura: el Cuarteto de Cuerdas número 3 del chino Bright Sheng (1955), que inicia con la misma fragancia sublime y tersa de un poema de Li Po y encadena enseguida una danza tibetana. Encantamiento y ritual. Una bella partitura escrita en memoración de una persona recientemente fallecida. Una hermosa ceremonia tibetana en música.

El intermedio fue propicio para que circulara entre las butacas un representante del Cuarteto T'ang sosteniendo entre las manos una pila de discos compactos: The art of war, primera grabación (obras de Schulhoff y el también checo Pavel Haas) de estos muchachos, cuya existencia se agotó enseguida entre los afortunados asistentes.

En la segunda parte del programa sonó otra partitura mayor: el Cuarteto de Cuerdas número 2 de Bohuslav Martinu (1890-1959), uno de los cuatro grandes, junto a Dvorak, Smetana y Janacek, de la música checa.

Encore con título en chino

Fue tal el éxito del Cuarteto T'ang con esta obra que obsequiaron una partitura como encore: una simpática obrita china que sonó en su esplendoroso hibridismo entre la cultura sonora oriental y los pasajes más gustados de Chopin, Strauss y Brahms.

Como el título de la obra y el nombre del autor lo pronunciaron en chino los muchachos del Cuarteto T'ang, cuando terminaron de tocar nos acercamos al atril para indagar el título, pero también estaba en chino. Así que ahí les va lo que sonó, en opción múltiple: a) Una danza húngala de Blams, b) Un noctulno de Fedelico Chopán, c) La Polka apócrifa de Richard Strauss padre titulada Ahí fue donde la polca tolció el labo, y d) Una lapsodia húngala de Blams.

Tan tán.

 
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