Usted está aquí: lunes 10 de octubre de 2005 Política Norberto Rivera justifica intervención del Papa en los asuntos nacionales

Seguirá la "misión" de abordar problemas desde la perspectiva del Evangelio

Norberto Rivera justifica intervención del Papa en los asuntos nacionales

ALMA E. MUÑOZ

Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera Rivera durante la misa de ayer en la Catedral Metropolitana FOTO Notimex Foto: Notimex

Cuando al cardenal Norberto Rivera Carrera se le preguntó si los diputados tenían razón en molestarse por los mensajes del papa Benedicto XVI sobre los problemas de México, el prelado respondió: "Sí, tienen la razón, pero no la usan". Insistió, no obstante, en que la jerarquía católica continuará con su misión de abordar asuntos desde la perspectiva del Evangelio.

Al término de su homilía en la Catedral Metropolitana, el arzobispo celebró la firma del llamado pacto de Chapultepec, mismo que -según el editorial del periódico Desde la Fe- es una iniciativa oportuna en medio de la "polarización partidista y el divisionismo casi irracional" de los políticos.

Luego de rechazar las críticas de quienes consideraron una intervención en los asuntos internos del país las declaraciones que el Papa formuló a lo largo de septiembre, especialmente sobre "el afán de poder deterioró las sanas formas de convivencia y la gestión de la cosa pública", además de que, según expuso, se incrementaron los fenómenos de corrupción, impunidad, infiltración del narcotráfico y crimen organizado, el cardenal Rivera dijo que los mensajes tenían como destinatarios a los obispos mexicanos para "preocuparnos nosotros". Apuntó que las palabras del Papa "no son otra cosa más que la expresión del Evangelio", y que se produjeron una vez que el líder religioso recibió los informes de los obispos mexicanos -de 2 mil 500 páginas tan sólo el del cardenal Rivera-, con los cuales, añadió, "nos alienta a cumplir con nuestros deberes".

Una vez que el editorial Desde la Fe celebró el acuerdo celebrado a inicios de la semana anterior en el castillo de Chapultepec, en lugar de "continuar en esa desgastante y estéril controversia ideológica en que nos han involucrado algunos políticos, en su afán de conseguir a toda costa el poder para su beneficio y vanagloria, y no para el servicio de la sociedad", el purpurado se congratuló también porque un grupo de civiles -alentados por el empresario Carlos Slim- "se preocupen por el bien de México". El futuro del país, consideró, "no solamente depende de su próximo gobernante (presidencial), sino también de la sociedad civil, tanto de los medios de comunicación como de los empresarios, los intelectuales" y otros.

Finalmente, insistió en defender la vida humana desde la concepción hasta el fin natural, ante la pretensión de perredistas en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de legalizar la eutanasia.

"Por ningún motivo la Iglesia aceptará que el ser humano sea descontado o sea liquidado simplemente porque es débil, porque ya no puede contribuir porque está sufriendo. Yo creo que para el dolor hay otros remedios y no la muerte", advirtió el prelado.

 
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