Usted está aquí: lunes 10 de octubre de 2005 Política El colapso del viejo sistema electoral dio pauta al surgimiento del IFE

En tres lustros ha sido clave de la estabilidad política y garante de la alternancia

El colapso del viejo sistema electoral dio pauta al surgimiento del IFE

No ha hecho lo suficiente: Jaime Cárdenas

Descarado derroche entre partidos, dice Mauricio Merino

ALONSO URRUTIA

Ampliar la imagen Sesi�e trabajo del Consejo General del IFE. Imagen de archivo FOTO Carlos Ramos Mamahua Foto: Carlos Ramos Mamahua

Surgido del colapso del viejo sistema electoral en 1988, el Instituto Federal Electoral (IFE) llega este martes a 15 años de vida y ya acumula mucha historia: factor clave de la estabilidad política en 1994; organizador de las elecciones donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el Congreso y el gobierno de la capital en 1997; garante de la equidad que permitió la alternancia en el poder y su polémica secuela muchos meses después, cuando se conocieron los malos manejos financieros del actual presidente Vicente Fox y del PRI durante la campaña.

Esa es la historia; de cara a la organización de su sexto proceso el ex consejero electoral Jaime Cárdenas advierte: ''El IFE no ha hecho lo suficiente ni ha ejercido plenamente sus facultades para controlar desde ahora lo que se perfila como unas elecciones complejas, donde el poder del dinero será creciente y puede convertirse en factor fundamental que decida la contienda. Se corre el riesgo de tener una autoridad rebasada por las circunstancias'', como ya ha ocurrido en toda esta fase previa de las precampañas.

Histórica sanción

Otra es la perspectiva que tiene Mauricio Merino, quien también formó parte del consejo anterior, cuando se logró -subraya- una histórica sanción a un presidente de la República en funciones.

''En efecto, ya desde ahora hay un absoluto y descarado abuso del dinero entre partidos; no sé cómo pueden plantarse en la prensa ni se ruborizan; hay un derroche que la gente rechaza, pero el IFE va exactamente con las mismas armas que en 2000, y lo que se puede esperar es un equivalente a lo que ya sucedió en esa época.''

A su juicio, hay otros puntos que pueden resultar un nuevo desafío para la consolidación de la credibilidad del instituto y esto es, señaladamente, el voto de los mexicanos en el extranjero. ''Si bien no podemos cargarle al IFE el peso de una reforma votada al cuarto para las doce, es claro que hay muchas zonas de incertidumbre para garantizar, por ejemplo, el secreto del voto.

SG: "Ojalá no tengamos que volver..."

La historia del Instituto Federal Electoral en estos 15 años no ha sido fácil, resume Cárdenas, actual miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. La lucha por lograr la autonomía real, más allá de lo que estuviera escrito en la ley, conllevó un conflicto intenso que culminó con la salida, tras las elecciones de 1997, de Felipe Solís Acero, identificado por algunos como parte de la vieja estructura de la Secretaría de Gobernación incrustada en el instituto.

Más allá de que fue un proceso difícil desde su origen, afirma Merino -académico del Centro de Investigación y Docencia Económica-, ''estoy convencido de que el IFE fue factor clave para garantizar la estabilidad del país en 1994''; posteriormente hubo sucesos que mostraban desconfianza en la institución. ''Recuerdo una frase de (Emilio) Chuayffet, aún como secretario de Gobernación, cuando se consumó la salida de la dependencia del IFE: 'ojalá no tengamos que volver'; ahora esa frase es anacrónica y se ubica casi en el pasado remoto.''

El IFE se dice convencido de la solidez de la institución, que ha dado incluso resultados colaterales que no estaban concebidos: el padrón electoral se convirtió virtualmente, a base de golpes de eficacia, en el registro nacional de los ciudadanos; las exigencias de eficacia en la organización electoral obligaron a crear un servicio profesional electoral que, ''estoy convencido'', fue la base para trasladar el esquema a la administración pública federal.

Una constante en el desarrollo del instituto en los primeros años fueron las reformas electorales que siguieron prácticamente a cada elección -incluso dos en 1994-, proceso que se truncó con la reforma de 1996. Así, a pesar de los escándalos por los manejos financieros registrados en los comicios de 2000, no se realizaron modificaciones para mejorar la fiscalización del organismo al manejo de las finanzas de los partidos y evitar excesos en gastos.

Es muy paradójico -subraya Cárdenas- que el primer gobierno emanado de la alternancia del poder y, propiamente, fruto de esta transición democrática, no haya sido capaz de asegurar una reforma electoral para evitar, por ejemplo, los excesos en las precampañas o la influencia del poder del dinero en la contienda. ''Creo que Fox pudo haber hecho más para concretar esa reforma, pero parece que ni él ni los partidos la quisieron y ahora vamos a una elección con grandes riesgos de que eso sea lo que decida el resultado.''

A ello habrá que añadir, subraya, la pasividad del IFE para hacer frente, con los elementos de que lo dota la ley, a excesos en las fases preliminares de los procesos internos del PRI y el PAN. Ya desde ahora el instituto debería instrumentar acciones que realmente aseguraran la equidad de la contienda en materia de acceso a medios de comunicación y prohibir las bonificaciones de los medios a los partidos, porque eso, se mostró en 2000, es un factor de desigualdad en la contienda.

Apegarse al Cofipe

El IFE podría obligar a los partidos a destinar 50 por ciento de su promoción en medios -como dispone el Cofipe- a la difusión de su plataforma electoral, con lo que se inhibiría en gran medida que las campañas fueran reducidas a espots publicitarios y se favorecería el nivel del debate. ''Pero el instituto no actúa'', deplora Cárdenas.

Merino vislumbra los riesgos en otro aspecto: el voto de los mexicanos en el extranjero, donde la legislación no confiere garantías plenas y abre espacios de riesgo importantes. Más allá de eso, subraya, el IFE tiene una fortaleza indudable: el servicio profesional electoral. Mientras ése no sea desmontado, se puede estar tranquilo de que habrá una elección confiable, independientemente de que pueda haber remociones y renuncias en la junta ejecutiva.

En cuanto al uso del dinero, no tengo duda -dice- de que la sociedad va a castigar los excesos de los partidos. ''Creo que los partidos políticos que arrancan la contienda arrojando millones y millones de pesos resentirán una reacción social. Por lo demás -concluye- si con el IFE se ha logrado superar los problemas que se han presentado, no veo por qué esto no pueda corregirse con el ejercicio de la autoridad electoral aunque, claro, los consejeros requerirán de grandes dosis de prudencia.''

 
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