Usted está aquí: jueves 29 de septiembre de 2005 Opinión ¿Coincidencias?

Octavio Rodríguez Araujo

¿Coincidencias?

Primero la otra campaña y ahora la Coalición Ciudadana Nacional por la Transición Democrática con Justicia y Equidad (CCN, en adelante). De ambas sus dirigentes afirman que no son coyunturales, que no son para influir en la sucesión presidencial, que son transexenales, que sea quien sea el próximo presidente de México su interés es de largo plazo.

Puede ser que así sea, pero la apariencia nos dice otra cosa. La otra campaña comenzó con un golpe mediático calculado, que, obviamente, tenía que provocar debate: golpear a López Obrador. Si el lance hubiera sido contra Elba Esther Gordillo, Creel o Madrazo no hubiera sido noticia de primera plana ni mucho menos hubiera provocado debate. Esa fue la primera condición para llamar la atención. La segunda fue el momento, la oportunidad.

Si la otra campaña no tiene nada que ver con la sucesión presidencial ni para restarle votos a López Obrador, ¿por qué ha sido éste el más atacado de entre los posibles candidatos a la Presidencia y por qué es el único cuyo partido "nos la va a pagar"? Si no es para influir en el proceso electoral, ¿por qué comenzará el 1º de enero y terminará, en su primera fase, una semana antes de las elecciones para el cambio de poderes federales de 2006? ¿Por qué no empezarla después de las elecciones si, como dicen los zapatistas, nadie les impone tiempos ni tienen prisa alguna por llevarla a cabo? ¿Por qué ahora los más feroces críticos de AMLO en el interior del PRD, y que promueven la posible candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, son también los únicos defensores perredistas, sin críticas ni cuestionamientos, de la otra campaña? Quizá se trate de meras coincidencias, pero en política, conviene recordar, las coincidencias son siempre muy sospechosas.

Respecto de la Coalición Ciudadana Nacional (CCN), conformada hace unos días (el 26 de septiembre) con Cuauhté-moc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo a la cabeza, se pueden deducir varias interpretaciones. La primera es que tampoco parece casualidad que, a la vez que se promueve el Frente Amplio de Izquierda, a partir de una reunión de las direcciones del Partido del Trabajo de Convergencia con Cárdenas, este último haya fomentado la creación de la CCN. Lo importante, parece ser, es figurar en las boletas, y no en cualesquiera, sino en las de candidatos presidenciales. Si por el PRD (donde Cárdenas no tiene suficientes simpatías) no será candidato, entonces, por segunda vez, lo está intentando desde la plataforma electoral conocida como Partido del Trabajo (primero en 1999, ahora en 2005), otra vez mediante un frente electoral.

El argumento de que primero es el proyecto de nación y luego el candidato (que ciertamente sería lo correcto) se ha disuelto desde el momento en que se iniciaron las conversaciones entre el PT, Conver-gencia y Cárdenas, pues no hay certeza de que estos partidos no cambien de candidato si el PRD insiste en que sea AMLO y si éste, para octubre y noviembre sigue siendo el de mayores probabilidades de triunfo. Ya lo dijeron, quieren cuotas en las Cámaras de Senadores y de Diputados, y presentar ahora a Cárdenas como "su candidato" les permitirá negociar mejor con el PRD que si sólo se sumaran en un frente sin condiciones.

La CCN es otro artificio. Dice no ser partidaria, como el Grupo San Angel en 2000, ni coyuntural, pero es un expediente muy visto. Es una iniciativa de la sociedad civil, dijo Hernández Juárez en el Polyforum Siqueiros, como si él hubiera sido y fuera un símbolo de la iniciativa libre y democrática ya no digamos de la sociedad, sino de los trabajadores afiliados al sindicato que preside desde hace más de 25 años. Al igual que los zapatistas, la CCN ha dicho que su labor no terminará con las elecciones del año entrante, sino que continuará después de éstas. Esta película ya la vimos hace muchos años, curiosamente en el mismo lugar: el Polyforum Siqueiros. ¿Y qué salió de ahí? Las diferencias se hicieron notar en muy poco tiempo: los hermanos Sánchez Aguilar no estuvieron de acuerdo con Muñoz Ledo, Rosario Ibarra tampoco; los panistas de izquierda en ese momento no aceptaban a Abascal ni a Conchello, que no estaban entonces en el mismo cajón, y así podrían ponerse más ejemplos.

Demasiada pluralidad no conduce a nada, y menos una pluralidad con exclusiones obvias. La CCN es otro ejemplo más, otra tribuna, y aquí sí estaría de acuerdo con el EZLN: son las grillas de los de arriba, los de elite política, los que están en el poder, aunque no lo tengan formalmente. Remedos de democracia y afanes de protagonismo con fines electorales, pese a lo que dicen. Si tan plurales son, ¿por qué no estaban ahí López Obrador ni los zapatistas? ¿Fueron invitados, pero no aceptaron? No se ha dicho nada al respecto.

¿La CCN y la otra campaña son coincidencias en la coyuntura? ¿No tienen fines electorales en un sentido amplio? Yo lo creería si hubieran surgido en 2004 y no ahora. Quizá soy muy mal pensado.

 
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