Usted está aquí: jueves 29 de septiembre de 2005 Espectáculos Chingo Bling: de vendedor de tamales a figura del hiphop

Con Taco Shop, el cantante de origen mexicano es el freestylero número uno

Chingo Bling: de vendedor de tamales a figura del hiphop

Su look, entre narcovaquero dorado y rapero de los 80 atrapa la atención de Nueva York

Proclama su independencia de las firmas disqueras y aprovecha su página web para promoverse

ELIZABETH COLL ESPECIAL PARA LA JORNADA

Ampliar la imagen Chingo Bling con el s�olo de su forma de vestir: sus botas rancheras de avestruz que est�generando sensaci�n Nueva York FOTO Ellizabeth Coll Foto: Ellizabeth Coll

Nueva York, 28 de septiembre. Ya llegó el freestylero número uno a Nueva York, declara Chingo Bling, rapero chicano de Houston, en su show en Joe's Pub. Qué valor tiene ese joven de padres mexicanos para venir a la ciudad natal del hiphop a cantar Taco Shop, su parodia del megahit Candyshop del temido rapero 50 Cent. Pero ese valor -conocido en el hiphop de todos los idiomas como huevos- es la moneda del género, y como su burla está bien lograda, y se ve que le echa ganas, el público no puede evitar darle a Chingo Bling el lugar que él solito se ha ganado. Además, el vato sabe bailar.

Su look, entre narcovaquero dorado y rapero ochentero, es original, especialmente para un público neoyorquino que se siente muy lejos de la frontera. Sus botas rancheras de avestruz con etiqueta de Nike, su logotipo no oficial, han recibido elogios en las revistas de moda de esta ciudad. Como los otros raperos, Chingo Bling tiene la boca llena de joyas, pero en su caso la dentadura está hecha de esmeraldas, rubíes y diamantes que forma la bandera mexicana. Chingo Bling ha descifrado la fórmula del hiphop y ya lo sabe hacer en su casa. Y como algunos piratas de Tepito, ha elaborado un producto tan creativo que puede llegar a ser más cotizado que lo que se maquilla en las multinacionales.

El rey de los tamales

Nacido Pedro Herrera III, Chingo Bling se dio a conocer en su primer disco oficial como El rey de los tamales. Mientras muchos otros raperos aprendieron a ser capitalistas moviendo droga, Chingo Bling aprendió a ser hustler vendiendo tamales hechos por su familia. (Según la definición foxista, hustler sería algo así como "microempresario", o sea alguien que tiene que vender lo que sea para sobrevivir.)

Con ese concepto en mente, aplicó la misma técnica a su sueño y empezó a vender casetes con sus propias mezclas musicales y luego sus discos desde la cajuela de su carro. Fortalecido por la experiencia de los inmigrantes mexicanos que no piden permiso para ganarse la vida aquí, Chingo Bling afinó el arte de la autopromoción, una estrategia esencial para cualquier joven que quiere ser famoso.

"Todavía soy independiente", grita al público con orgullo, agregando que las disqueras grandes ya quieren comprar lo que vende. En su cartel promocional afuera del club, la bota famosa aparece entre los nombres de las disqueras que ahora lo llaman -Universal, Badboy Latino, Atlantic, Capitol, Asylum e Interscope Records- con el reto "todos lo quieren, pero ¿quién va a tener suficiente dinero para él?" El artista está más que consciente de la fuerza del mercado que atrae, y la está aprovechando al máximo. La página web de su empresa, Big Chile Entertaiment (chingobling.com), se dedica a vender no sólo sus discos, sino también muñecos con su imagen, tatuajes temporales, ropa para toda la familia y hasta tangas.

Su esfuerzo le ha dado frutos; en el sureste y California ya se oyen sus canciones en la radio comercial y ha sido presenta- do varias veces en MTV. Cuenta al público que hasta ahora no se ha permitido que los mexicanos salgan en MTV, y agrega que la empresa corrió al empleado que le consiguió sus primeros momentos de transmisión. "Pero ahora vamos a cambiar a MTV, y en vez de llamarlo Music Television le vamos a decir Mexican Television."

Chinglish

Lo más interesante de Chingo Bling, quien dice inspirarse tanto en el legendario rapero Slick Rick como en Los Tigres del Norte, es su manejo del lenguaje. Se mueve entre el inglés y el español con fluidez, incorporando caló mexicano y el vocabulario hiphop en combinaciones que quizá nunca se habían oído. Al bautizarse Chingo Bling, combina la palabra más popular del habla mexicana, con el concepto del Bling-Bling, que refiere a los excesos de la moda rapera, marcado por el oro, los diamantes, la ropa cara y los coches extravagantes. Chingo Bling insiste en crear su propio idioma, chinglish, en que los videos son bideos, los diyéis son biejas, y las T-shirts con T-churts. En Joe's Pub explica al público que "dale güey" quiere decir "keep it going, man".

¿Y cómo es ser mexicano en el mundo del hiphop? Después del show, Chingo Bling asegura que lo tratan bien. "En Texas, los mexicanos y los negros estamos unidos. Nos llevamos bien, nos influimos. Tratamos de no dividirnos. Además, soy hustler, y cuando te das cuenta que puedes ganar dinero con alguien, puedes olvidar el color de su piel."

 
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