Usted está aquí: martes 27 de septiembre de 2005 Mundo Seis muertos en otro ataque contra la comunidad chiíta

Ultiman en Bagdad a tres militares estadunidenses

Seis muertos en otro ataque contra la comunidad chiíta

THE INDEPENDENT, AFP Y REUTERS

Bagdad, 26 de septiembre. Cinco maestros chiítas y el chofer de un autobús fueron asesinados hoy por una decena de hombres vestidos con uniformes policiales en Iskandariya, localidad mayoritariamente chiíta, lo que marca el inicio de la quinta semana continua de ataques sobre los miembros de esa comunidad musulmana en Irak.

La policía en la provincia de Babel rechazó que los asesinos hayan sido efectivos de la seguridad pública regional y señaló que los ejecutores del atentado en Iskandariya -60 kilómetros al sur de Bagdad- fueron "terroristas en uniformes policiales".

En reacción a esos homicidios, el ex primer ministro, Iyad Allawi -el primer político que recibió el gobierno iraquí tras la invasión estadunidense y británica-, advirtió que "el consenso nacional está siendo extremadamente desgastado", y señaló que "el gobierno debería revertir el curso y embarcarse en la reconciliación nacional y la reconstrucción de las instituciones sin milicias".

Las agresiones contra los chiítas comenzaron en los últimos días de agosto, luego de que la Asamblea Nacional (Parlamento), dominada por chiítas y kurdos, dio entrada a la nueva constitución iraquí para que sea sometida a referéndum el 15 de octubre próximo.

Los sunitas constituyen 20 por ciento de los 26 millones de habitantes de este país, mientras que los chiítas árabes representan 55 por ciento; el resto son kurdos y de otras minorías étnicas.

De acuerdo con The Indepedent, las hostilidades sectarias son alentadas por sunitas "radicales", conocidos como Salafi, para quienes los chiítas son "herejes" que merecen la muerte tanto como los soldados estadunidenses.

Pero del lado chiíta, los ataques han sido perpetrados por la Organización Badr, ala paramilitar del Partido Chiíta, a quien se le acusa de perseguir particularmente a miembros del antiguo partido gobernante, el Baaz. Las hostilidades sunitas, según The Independent, han incluido expulsiones de chiítas residentes en el sur y oeste de Bagdad.

Para analistas británicos del Grupo Internacional de Crisis, con sede en Londres, la continuación de las hostilidades armadas en Irak han sido provocadas el aceleramiento del proceso constitucional, que "parece alimentar la insurgencia en vez de disminuirla".

"Irak quedará dividido, una presa fácil para las tensiones insurgentes y sectarias", dijo hoy Robert Malley, director del programa de expertos para Medio Oriente y el norte de Africa del ICG.

En otro acto de guerra que no fue revindicado por ninguna organización, el Ministerio del Petróleo fue objeto de un atentado con explosivos que causó la muerte a 10 personas -incluidos siete policías- e hirió a 30 más.

En tanto, el ejército de ocupación reconoció hoy que tres de sus soldados perdieron la vida al estallar dos bombas en el oeste de la capital, con lo que la cifra total de muertos asciende a mil 910 militares desde la invasión en marzo de 2003, según los datos difundidos por el Departamento de Defensa estadunidense.

El ejército de ocupación anunció la liberación de 507 prisioneros de Abu Ghraib para que puedan asistir a las ceremonias del mes sagrado del Ramadán.

 
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