Usted está aquí: lunes 26 de septiembre de 2005 Economía La economía de México carece de rumbo, señala Ibarra Muñoz

El neoliberalismo no ha generado prosperidad, dice

La economía de México carece de rumbo, señala Ibarra Muñoz

ANTONIO CASTELLANOS

David Ibarra Muñoz, ex secretario de Hacienda, señaló que la economía de México no ha encontrado su rumbo; agregó que el gobierno foxista no tuvo habilidad para incrementar el producto interno bruto (PIB) y señaló que la concepción neoliberal encara la tarea incumplida de legitimarse en los hechos con una ola general de prosperidad.

Hacen falta muchas cosas: una política industrial y otra de fomento a la exportación realmente vinculada y efectiva, abundó. También es necesario articular al sector exportador con el resto de la economía, así como inversión pública y privada.

El actual sexenio ya está terminando y durante él no existió habilidad de cambiar las políticas para reactivar el desarrollo económico. Se logró ciertamente estabilidad, pero fuera de eso no se alcanzó un crecimiento respetable.

Como vamos, advirtió, es difícil que el crecimiento macroeconómico se refleje en las clases de menores ingresos. El PIB debe crecer alrededor de 5 o 6 por ciento para que beneficie a los pobres.

El ex secretario de Hacienda fue brevemente entrevistado por La Jornada poco antes de participar en el homenaje y la presentación del libro que contiene trabajos inéditos de Pedro Vuskovic, quien fue ministro de Economía de Salvador Allende, en el auditorio Ricardo Torres Gaitán del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

En su exposición explicó que, en promedio, las economías latinoamericanas alcanzan un ingreso por habitante de 20 o 22 por ciento de las cifras del primer mundo. Por consiguiente, la copia de los patrones de consumo de los países desarrollados sólo es posible para una minoría. Eso es precisamente lo que ocurre cuando 10 por ciento de la población de mayores ingresos absorbe 43 por ciento del producto de México, 46 en Brasil o 47 en Chile.

Manifestó que la batalla entre el interés nacional y los intereses globalizados, parece inclinarse hasta ahora por los segundos. Los gobiernos de buen grado o por influencia de las circunstancias transfieren funciones y poder a los mercados, aunque hacerlo les complique dar respuesta a los reclamos ciudadanos.

En ese escenario emerge y se difunde la ideología neoliberal y se transmuta por entero la escala de valores: hoy vale menos la justicia social y más la libertad económica; más la calidad de vida de pocos que el bienestar de muchos; más los equilibrios estabilizadores que el desarrollo, subrayó.

Advirtió que sin verdaderos acuerdos abiertos y democráticos que conduzcan a combinar con acierto los objetivos sociales, a formar consensos dentro de cada nación y entre países, será inasequible erradicar los problemas que carcomen a la civilización contemporánea.

 
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