La política cultural de la ciudad a debate Foros alternativos bajo amenaza Jesús Ramírez Cuevas Fuera de los circuitos comerciales y oficiales de la cultura, florecen proyectos independientes que difunden el trabajo artístico de quienes no tiene otros espacios de expresión. La ley no los reconoce y enfrentan muchos problemas económicos, fiscales y legales. Cumplen una función cultural como parte de la escena subterránea y circuitos alternativos. Hace tiempo surgió RECIA, un frente cultural que agrupa a 11 foros artísticos autogestivos que defienden su derecho a existir y proponen cambios legales para ser reconocidos como espacios culturales
En la ciudad de México los espacios culturales independientes son pequeños lunares en el mar del consumo cultural. Son locales autogestivos y autofinanciados que, en su mayoría, no cuentan con apoyo gubernamental. La Ley de Establecimientos Mercantiles no contempla su existencia y los trata igual que las cantinas. En 2004 surgió RECIA, la Red de Espacios Culturales Independientes Alternativos, para defender su existencia y reformar la ley creando una nueva figura que dé a esos foros un trato fiscal y jurídico que les permita sobrevivir. "No queremos privilegios, sólo que nos dejen trabajar. Somos espacios culturales autónomos. Queremos cumplir los reglamentos pero que las autoridades nos den facilidades. Promovemos artistas fuera de la industria del espectáculo y los programas oficiales. Queremos que reconozcan nuestro trabajo", afirma Javier Gámiz, vocero de los colectivos que integran la red. A pesar de que RECIA ha entablado diálogos con las delegaciones y el gobierno del Distrito Federal, este año han sido cerrados dos foros y hay amenazas de clausura sobre cinco más. Iniciaron negociaciones con la Secretaría de Cultura del DF para reformar la ley y la política cultural hacia los jóvenes, pero éstas se suspendieron hace tiempo. En entrevista, los representantes de RECIA cuentan las dificultades de sostenerse al margen de los circuitos oficiales y comerciales. "Hay miles de grupos de música, teatro, danza, artistas y promotores culturales que sólo tienen posibilidad de expresarse en los espacios independientes", declaran. "El problema es que las autoridades nos tratan como antros o salones de baile, nos exigen pagos y requisitos como si fuéramos grandes negocios. El 70% de nuestros ingresos se destina a los mismos artistas, el resto sólo permite pagar rentas y gastos mínimos para mantenerse", explica Gámiz del Centro Cultural La Alberka, cerrado en marzo pasado. Representan lugares como el Café La Danza, Alicia, Dada X, Sauce, Circo Volador, La Pirámide, La Biblioteca Social Reconstruir, El Galerón y Casa Tomada. Son lugares donde se presentan conciertos, obras de teatro, danza, poesía, performance, cineclubs, libros, discos, mesas redondas, debates, talleres, cursos. Colectivos culturales luchan por abrir espacios "Las autoridades parecen que dejan todo en manos de las empresas del espectáculo y se desentienden de los jóvenes. Nosotros trabajamos de manera propositiva y seria, pero el vacío jurídico provoca clausuras frecuentes", asegura Ignacio Pineda del Multiforo Cultural Alicia. Gracias a sus presiones, en noviembre de 2004 los asambleístas exhortaron a la Secretaría de Cultura del DF a considerar "los espacios autollamados alternativos en su agenda de desarrollo". RECIA realizó un foro para discutir el tema. "Defendemos la importancia de estos espacios en la vida cultural de la ciudad", precisa Jorge Jurado de La Pirámide. RECIA propone una iniciativa de ley que reconozca a los espacios culturales independientes; idear una simplificación administrativa acorde con sus necesidades; recuperar edificios públicos bajo resguardo del gobierno del DF para desarrollar proyectos culturales comunitarios autogestivos y la creación de un consejo consultivo, conformado por autoridades y sociedad civil, que evalúe los proyectos. Gracias a su propuesta la red se ha extendido a Puebla, Veracruz, Texcoco, Saltillo y Chiapas. Discriminación oficial En agosto pasado fue clausurado el único foro cultural independiente de la delegación Alvaro Obregón, el Café Cultural La Danza, ubicado en San Bartolo Ameyalco. La delegación alegó que había una denuncia ciudadana en su contra (presentada por Joel Reséndiz, un agente policiaco) y aplicó la Ley de Establecimientos Mercantiles. José Luis Velázquez, director de La Danza explica que su labor "está enfocada a los jóvenes de bajos recursos, a las expresiones de una cultura juvenil de los pueblos de la zona que apoyan nuestro trabajo. Hacemos eventos para un público que de otra manera no podría asistir a ninguna actividad cultural". En el foro también se imparten cursos de formación artística y literaria, idiomas, artesanías y exposiciones. El colectivo que lo administra edita la gaceta cultural "Sierra de las Cruces", premiada recientemente por el Programa Vecinal de Cultura de la Secretaría de Cultura del DF. "La decisión de la delegación es discriminatoria pues argumenta que los jóvenes son 'vándalos' y 'gente no grata para la comunidad', sólo por su apariencia y forma de vestir", dice Velázquez, quien lleva siete años al frente del lugar y solicita la intervención de la delegación para reabrir el centro cultural. Ignacio Pineda informa que además de los dos lugares clausurados, están amenazados el Dada X, el Alicia, La Pirámide, la Biblioteca Social Reconstruir y El Galerón. Por esa razón, RECIA propone un debate público con las autoridades sobre el proyecto cultural de la izquierda en la ciudad: "No queremos que sólo se apueste por el neoliberalismo cultural". |