Usted está aquí: sábado 24 de septiembre de 2005 Política ¿A quién le cumple el Seguro Popular?

Gustavo Leal F.*

¿A quién le cumple el Seguro Popular?

Instalando el Consejo Nacional de Prevención y Tratamiento del Cáncer en la Infancia y la Adolescencia (6 de enero), flanqueado por Marta Sahagún y Julio Frenk, Fox ofreció que el Seguro Popular atenderá y brindará medicamentos a niños de entre cinco y 14 años que padezcan algún tipo de neoplasia. Sólo dos meses después anunció, también, que todas las mujeres sin seguridad social tendrán acceso al diagnóstico y tratamiento de cáncer cérvico-uterino sin costo. ¿Es esto posible?

Trabajadores del Instituto Nacional de Cancerología denuncian que cumplir la "oferta" va más allá de las palabras, además de que ese fraudulento Seguro Popular sólo acarrea jornadas duplicadas, sin mejora en las condiciones laborales. Saturado y sin posibilidades de crecimiento, el instituto apenas puede con la demanda de enfermos. Su propio director, Alejandro Mohar, considera que "sólo con una nueva sede" se podrá responder al reto que ofreció Fox.

Las cosas tampoco son azules en el Instituto Nacional de Pediatría (INP). Como Cancerología, también está completamente saturado. Según su director, Guillermo Solomon, la infraestructura y equipos no han sido renovados desde hace mucho; los elevadores tienen 35 años de servicio; las mesas de operación datan de hace 20; la red de agua y gas está deteriorada, con el perjuicio sobre mil niños que diariamente solicitan consulta, y a los cuales se sumarán, ahora, los afiliados al Seguro Popular.

Pero Pediatría tampoco dispone de abasto oportuno, guías clínicas, expediente electrónico, telemedicina y vinculación de las líneas de investigación.

Además, necesita 250 millones de pesos para concluir obras de remodelación (áreas de hospitalización: neurología, neurocirugía, hemodiálisis, consulta externa, dermatología, urgencias); reparaciones y actualización de equipo (imagenología, laboratorio y cámara gama); millones que tendrán que llegarle como donativos, porque presupuesto federal no hay.

Aunque, según el actuario Fernández Ortiz -comisionado de Protección Social en Salud-, el Seguro Popular dispuso durante 2005 de ¡13 mil millones de pesos!, los recursos del INP ascienden apenas a 787 millones de pesos: 500 para salarios y 121 para medicamentos. Del resto, 30 millones son para obra pública.

Las carencias en la atención médico-pediátrica a la población abierta son patentes. La falta de un adecuado sistema de referencia-contrarreferencia ocasiona que los hospitales pediátricos del Gobierno del Distrito Federal rechacen a los niños enfermos que son enviados desde el INP, o que éste no reciba a los que canaliza el GDF. La necedad de Fox y Frenk para imponer el Seguro Popular en el DF ha agudizado la situación.

Solomon reconoce que el INP debería "ofrecer enseñanza a médicos de hospitales infantiles en todo el país; tener intercambio de residentes y contribuir a resolver problemas para que los niños no tengan que venir necesariamente hasta acá". Como se carece de personal capacitado y unidades especializadas en atención infantil, más de la mitad de los pacientes atendidos provienen de Puebla, Hidalgo y el estado de México.

El otro gran reto es el Seguro Popular. Como la oferta nacional de servicios médicos de tercer nivel se reduce a seis hospitales, todos ellos están "obligados" a brindar atención integral a mil 700 niños con leucemia linfoblástica aguda -incluidos los medicamentos- inscritos en ese fantástico "seguro".

"Necesitamos -acota Solomon- 60 hospitales pediátricos para que no se saturen los de aquí". Aunque, de inmediato, remarca un "detalle" no considerado en la popular "oferta" de Fox: "¿dónde comen y viven los enfermos y padres que vienen al INP y tienen que regresar cada mes? ¿Quién paga eso?"

¿Cómo pueden Fox, Marta Sahagún y Frenk exigir a los equipos de salud que laboren en esas condiciones? ¿Por qué ofrecen lo que no se puede cumplir? ¿Cómo atender sus bonitas "ofertas"?

Por algo hasta el salinista Jaime Sepúlveda Amor, coordinador general de los Institutos Nacionales de Salud desde la Ssa, demandó a la Cámara de Diputados incrementar el presupuesto para la atención de enfermos de cáncer y VIH-sida, infraestructura hospitalaria e investigación; presupuesto que se ha "relegado" durante el foxismo. Sepúlveda reprochó al que alguna vez soñó ser gobierno del "cambio" que "desde 1999 y hasta la fecha no se haya creado una sola plaza para atender la demanda de atención que se duplicó". El Ejecutivo, agregó, "tiene congeladas las plazas con un argumento espurio: el de la descentralización". ¡Curioso priísta "crítico" del foxismo que -escupiendo sobre su obra previa- hoy cobra alegremente en su nómina!

¿Por qué no solicitó esos recursos -de la cuantiosa bolsa del Seguro Popular- a Julio Frenk, su jefe directo y quien lo nombró en el cargo que, por cierto, disfruta presumiendo que esos mismos institutos "se constituirán como el cuarto nivel de atención, dedicados específicamente a la investigación y a la preparación de recursos humanos de alta especialidad"?

A nadie pueden extrañar los paros sanitarios (Chiapas, Tlaxcala, Guerrero) que sacuden casi cotidianamente a la Secretaría de Salud. Pero desde el mismo corazón de Foxilandia, Frenk declara alborozado que su engendro popular "superará en número a la población afiliada al ISSSTE" y "ha hecho en 18 meses lo que al IMSS le tomó 19 años". De paso, reclama 17 mil millones de pesos para "operarlo" (¿electoralmente?) en 2006.

La penalización de ese electorado ya está tocando a la puerta.

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

 
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