Jornada Semanal, domingo 18 de septiembre  de 2005        núm. 550
LA JORNADA VIRTUAL
Naief Yehya
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 EL FIN DEL MUNDO COMIENZA
EN NUEVA ORLEÁNS (I DE III)

KATRINA/CATRINA

La Organización Meteorológica Mundial (http://www.wmo.ch) utiliza para los huracanes del océano Atlántico seis listas ordenadas alfabéticamente de nombres en francés, español e inglés (idiomas que se hablan en las orillas de ese mar). Las listas se repiten cíclicamente cada seis años y los nombres sólo son reemplazados cuando las tormentas resultan particularmente destructivas o costosas. De ninguna manera pretendo tener poderes de anticipación o ser un visionario, pero desde que me enteré que el huracán que se formaba en el Golfo se llamaría Katrina, no pude sacarme de la cabeza la célebre imagen de la muerte engalanada que pasea por la Alameda de la mano de un Diego Rivera de nueve años. La imagen de la Catrina de los grabados de Posada sumada al tamaño de la tormenta y los reportes alarmantes de los servicios meteorológicos permitían imaginar que este huracán daría lugar a una tragedia.

DESASTRE NATURAL-CATÁSTROFE DE RELACIONES PÚBLICAS

El lunes 29 de agosto Katrina tocó tierra en Plaquemines Parish, Louisiana, alrededor de las 7:10 am. Los primeros reportes, aunque graves, parecían anunciar que se trataba de una catástrofe de proporciones manejables. Sin embargo, varios de los diques del lago Pontchatrain se rompieron y la ciudad de Nueva Orleáns quedó hundida bajo seis metros de agua. Durante cuatro días el presidente Bush ignoró la tragedia y sólo se refirió a ella superficialmente. Pero cuando el equipo Bush se percató de que se avecinaba un desastre de relaciones públicas decidió intervenir, distribuir provisiones, movilizar a lo que queda de la guardia nacional (los que aún no han sido enviados a Irak), comenzar los trabajos de rescate y, lo más grave de todo, interrumpir las vacaciones del presidente. Los servicios de emergencia y protección civil federales relevaron a los atribulados y rebasados socorristas, policías, bomberos y civiles locales y estatales. El 30 de agosto, mientras decenas de miles perdían sus casas y cientos perdían la vida, Bush dio un discurso en el que comparó la segunda guerra mundial con la invasión de Irak.

LA PENA DE FEMA

Katrina fue un fenómeno natural pero el desastre del Golfo de México fue manufacturado por la administración Bush la cual puso a cargo de fema (Agencia Federal de Administración de Emergencias, por sus siglas en inglés) a Michael Brown, un hombre sin experiencia ni preparación en emergencias que fue despedido de su último empleo: en la Asociación Internacional de Caballos Árabes. Brownie (como lo llamó Bush en su breve visita a Alabama al felicitarlo frente a las cámaras por su "excelente" trabajo) fue recomendado por su amigo, el director saliente de fema , Joe M. Allbaugh, uno de los asesores más cercanos a Bush que dirige The Allbaugh Company, LLC, una empresa dedicada a estrategias y asesoría corporativa que tiene jugosos contratos con fema . Por si a Allbaugh no le bastara explotar las tragedias y emergencias en casa, también tiene interés y conexiones para sacar provecho de la guerra ya que dirige New Bridge Strategies, LLC, "una empresa creada específicamente con el objetivo de ayudar a sus clientes a evaluar y aprovechar oportunidades comerciales en el Oriente próximo tras la conclusión de la guerra liderada por EU en Irak. Sus actividades buscan acelerar la creación de mercados libres y justos y un nuevo crecimiento económico en Irak consistentes con las políticas de la administración Bush", como señala en su página: http://www.newbridgestrategies.com/index.asp

VULNERABLES

fema fue objeto de dramáticos recortes tras la creación del Departamento de Seguridad de la Patria. Y los presupuestos de Nueva Orleáns para este tipo de emergencias han sido reducidos a pesar de que un cataclismo como éste había sido considerado entre los riesgos más graves que amenazaban al país. Nadie puede regocijarse con la miseria humana provocada por Katrina, nadie puede alegrarse de que semejante catástrofe haya puesto en evidencia la ineptitud, corrupción, insensibilidad y mala voluntad del equipo Bush. ¿De qué sirve que esta tormenta demuestre que hoy, a cuatro años de los ataques del 11 de septiembre, Estados Unidos es más vulnerables que nunca? Cualquiera podía anticipar que la bravuconería mercenaria y dispendiosa de Washington tendría un altísimo costo. En lo personal, no puedo sacarme de la mente la imagen de la Catrina caminando por Bourbon Street de la mano de un Bush de nueve años.