Usted está aquí: sábado 17 de septiembre de 2005 Política Ratzinger puede opinar: Abascal; que respete: Gálvez

El mensaje es pastoral, no político: Bertello; sobredimensionó el tema: Gómez Morín

Ratzinger puede opinar: Abascal; que respete: Gálvez

ROBERTO GARDUÑO Y FABIOLA MARTINEZ

La declaración de Benedicto XVI en torno al incremento en México de la corrupción, impunidad e infiltración del narcotráfico y del crimen organizado, produjo dos tipos de respuesta de funcionarios foxistas: lacónico y desenfadado. En el primer caso, el titular de la Secretaría de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, dio por válido el derecho de opinión del jerarca de la Iglesia católica, pero sostuvo que la administración federal está trabajando para resolver esos flagelos. Con desenfado, la encargada de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez, adujo que "tiene que haber respeto" y difundir las opiniones por otros conductos.

En tanto, Giussepe Bertello, nuncio apostólico, afirmó que las declaraciones del Papa no representan una ruptura con el gobierno mexicano, ya que las relaciones entre ambos estados "son respetuosas y cordiales".

El responsable de la política interna del país dijo que el gobierno federal recibe el diagnóstico de Benedicto XVI "como lo que es, una opinión. Qué bueno que el Papa se ocupa de México", expresó.

Si se lee el discurso -explicó-, él dice que en ciertos ambientes ha aumentado la corrupción. En fin. Nosotros estamos ciertos de que los esfuerzos que ha hecho este gobierno son muy importantes, que hay avances, pero que todavía es mucho más lo que nos falta por avanzar.

Como es costumbre de los integrantes del gabinete cuando analizan una problemática, se refirió al origen de esa situación: "muchos de los problemas que vive México se enraízan en causas históricas que el país tiene que pagar, particularmente a lo que menos tienen. Son deudas sociales históricas".

Al preguntársele si el Estado mexicano coincide con la visión del Papa, Abascal sólo respondió que "siempre es un reto construir la justicia social".

Xóchitl Gálvez expresó que "tiene que haber un respeto. Probablemente tanto los que estamos aquí como los que están allá no tengan conocimiento exacto de lo que está pasando, pero a mí me parece que todo mundo tiene derecho de manifestar lo que cree y lo que piensa, pero hay mecanismos por lo que se tiene que hacer".

Ambos funcionarios fueron entrevistados en el marco de la ceremonia conmemorativa por el 195 aniversario del inicio de la guerra de Independencia de México.

Por otra parte, Bertello expresó que el discurso del pontífice debe verse "como un mensaje pastoral sin tintes políticos, en el que se trataron temas relacionados con la pobreza y la migración, pues el Papa también abordó el tema de las otras religiones, y no se puede sacar una palabra o dos y armar un escándalo".

Bertello reiteró que temas como la violencia y el narcotráfico "no son nuevos, ya que los obispos mexicanos los han tratado durante años; son fenómenos que tienen raíces muy profundas que no nacieron ayer y que no se espera que sean resueltos de la noche a la mañana".

Por separado, diputados federales de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) consideraron que el pontífice "sobredimensionó el panorama social y político" de México en sus declaraciones la tarde del jueves.

Manuel Gómez Morín, vocero de la bancada panista en la Cámara de Diputados, indicó que si bien el Papa "sobredimensionó" sus señalamientos sobre México, reconoció que aún persisten problemas en los temas abordados por Benedicto XVI como inseguridad y corrupción, así como "una ambición desmedida por el poder de varios grupos".

Miguel Lucero Palma, de la bancada priísta en San Lázaro, afirmó que, a pesar de que persisten problemáticas asociadas a la corrupción y el narcotráfico, "no porque el Papa tenga el estatus de líder moral se le va a aceptar absolutamente todo lo que diga".

Por su parte, el PAN reiteró en un comunicado que las declaraciones del pontífice reflejan "el conocimiento y la cercanía con México", por lo que compartimos su inquietud y "asumimos el compromiso de luchar por transformar las estructuras que hasta hoy han impedido dar a los mexicanos la posibilidad de una vida más digna y un claro respecto a sus derechos humanos".

El PAN expresó que reconoce que las declaraciones del Papa, "quien es heredero del amor de su antecesor Juan Pablo II por nuestro país", reflejan el conocimiento y la cercanía con México, "de ahí su preocupación porque del territorio nacional sean erradicadas la corrupción, la impunidad, el narcotráfico y el crimen organizado".

Con información de Juan Balboa

 
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