Usted está aquí: sábado 17 de septiembre de 2005 Capital Miguel Concha: en 1985 fui partícipe de la sociedad civil

Recuerda su labor en la distribución de ayuda de EU

Miguel Concha: en 1985 fui partícipe de la sociedad civil

VICTOR BALLINAS

El padre Miguel Concha, director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, en el vigésimo aniversario de los sismos de 1985 que sacudieron al Distrito Federal, recuerda que le tocó ser actor de la sociedad civil en apoyo de los damnificados. "Distribuí la ayuda solidaria que enviaron religiosos estadunidenses y la comunidad hispana. Fueron 11 tráileres con alimentos, enseres, ropa, medicina, y además me entregaron dinero en efectivo para reconstruir viviendas".

La ayuda solidaria la recolectó el padre Marshall Gourley, de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, de Denver, Colorado, abunda Miguel Concha. "El había estado en México años atrás. Vino a aprender el español para atender a los hispanos que se encontraban en Denver. Estudio aquí, en la ciudad de México, en lo que era el Instituto Superior de Estudios Eclesiásticos; ahí realizó sus estudios teológicos.

"Gourley se enteró de la situación que se vivía en el Distrito Federal a causa de los sismos y solicitó ayuda a sus feligreses, pero también fue a estaciones de radio y de televisión y pidió apoyo para los hermanos en desgracia. Recolectó 11 tráileres con ropa, alimentos y medicamentos".

Y no hizo sólo eso, agrega el padre Concha, "Gourley juntó donativos y le pidió a otro religioso latino de origen español, de la arquidiócesis de Los Angeles, California, que recolectora ayuda". Cuando juntaron la ayuda que los feligreses les entregaron, "los religiosos estadunidenses decidieron que fuera yo la persona que recibiera la ayuda y la distribuyera entre los damnificados directamente, mediante sus organizaciones, que comenzaban a formarse, así como a grupos religiosos".

Relata el padre Concha: "me sorprendió que me hayan elegido a mí los sacerdotes estadunidenses, pero no querían que la ayuda la distribuyera el gobierno. Me pidieron que yo llevara la ayuda a las organizaciones vecinales que se formaban".

Aunque los tráileres "traían la dirección de la parroquia de los dominicos en Tacubaya, y ya me habían llegado los números de guía para recibirla, lo cierto es que fueron llevados a la Magdalena Mixiuhca. No se me avisó por parte de las autoridades. Fue el diputado por Uruapan, Michoacán, Manuel Bibriesca -padre del ex esposo de Martha Sahagún- quien me avisó que en la Magdalena Mixiuhca se encontraban 11 tráileres con ayuda para los damnificados, que traían en etiquetas mi nombre y dirección de la parroquia, pero habían abierto un tráiler y las etiquetas él las encontró en la basura".

El, continúa el padre Concha, "me pidió que le informara quién enviaba esa ayuda. Le expliqué que unos religiosos de Estados Unidos la recolectaron y habían decidido que yo la entregara, y yo era el responsable, técnicamente hablando, de distribuirla".

Bibriesca, entonces legislador panista, denunció en la Cámara de Diputados lo que había pasado. "Recuerdo que dijo que lo que estaba haciendo el gobierno no estaba bien, porque esa ayuda, que oficialmente ya estaban distribuyendo, no llegó al gobierno, me había sido enviada a mí para que yo la entregara a los afectados. Como en la Cámara se había integrado una comisión para verificar que la ayuda fuera entregada correctamente, los legisladores pidieron que me fuera entregada".

Fue así, añade, como se logró que el apoyo que llegó de Estados Unidos fuera entregado. "Entonces, le hablé a un ex alumno que trabajaba en un empresa mediana, La Central Abarrotera, propiedad de un español de apellido Migueles; como ahí tenían todo tipo de camiones: grandes, medianos, pequeños, consiguió que me prestaran vehículos para entregar la ayuda".

Semanas después, dice el padre, "vinieron de la televisión estadunidense a entrevistarme para saber si la ayuda se había repartido como me lo habían solicitado. También vino un religioso de Los Angeles, quien personalmente me trajo la ayuda económica recolectada en la parroquia. Lo que hice fue canalizar una parte de esos recursos para vivienda en la colonia Morelos; se los entregué a una parroquia que administraban jesuitas, y otra parte se utilizó en un proyecto de vivienda en la colonia Doctores. Era un proyecto de una iglesia episcopal cuyas autoridades me dijo que les faltaban recursos, y les dije: hagámoslo juntos. Ahí se construyeron 40 viviendas".

 
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