Los contratos de protección, recurrentes en el ramo

Controlan 80 gremios a empleados de gasolineras

Centrales oficiales y organizaciones fantasmas impiden a los despachadores ejercer la libre asociación sindical

CAROLINA GOMEZ MENA

Los contratos de protección tutelados por centrales oficiales y organizaciones fantasmas constituyen el principal obstáculo para que los trabajadores de gasolineras se asocien sindicalmente para exigir respeto a sus derechos laborales, denunció Salvador Arellano Ayala, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Casas Comerciales, Oficinas, Expendios Similares y Conexos (Stracc), gremio que ha conseguido afiliar a casi 300 empleados de ese ramo en el Distrito Federal.

La mayoría de los también llamados despachadores de estaciones de servicio están afiliados, sin su conocimiento, a centrales como la Confederación de Trabajadores de México (CTM) o la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).

Entrevistado en el contexto de una protesta en la estación de servicio AJPA, SA de CV, donde "se despidió sin causa justificada a trabajadores que pugnaban por mejoras salariales", Arellano Ayala precisó que existen unos "80 gremios", la mayoría fantasmas, que controlan a los empleados de gasolineras, como "el Sindicato de Trabajadores de Expendios de Gasolina, perteneciente a la CTM, o el Sindicato Progresista Justo Sierra", del denominado zar de los contratos de protección, Ramón Gámez Martínez.

Detalló que estos gremios, que operan a espaldas de los trabajadores, cobran a los concesionarios 5 mil pesos mensuales, y 50 mil por revisiones salariales o contractuales simuladas.

Estas anomalías, advirtió, deben resolverse lo antes posible, porque "las cosas se pueden poner peor cuando, dentro de poco más de dos años, se abran las franquicias a las transnacionales".

De hecho, denunció el líder del Stracc, en el país ya están operando, "vía prestanombres", diversas empresas extranjeras, tales como Mobil Oil, Shell y British Petroleum. Esta última -precisó- "cuenta con 120 gasolineras que tienen prácticas laborales que violan los derechos de los trabajadores''.

De no hacerse algo para que los despachadores cuenten con mejores condiciones laborales, tales como salario fijo (la mayoría sólo percibe propinas de los usuarios), seguro social, aguinaldo, vacaciones y reparto de utilidades, la situación "se agravará y será demasiado tarde cuando se quieran componer las cosas", advirtió.

Arellano Ayala indicó que en estados como Aguascalientes, León y Durango gran parte de los despachadores perciben salario fijo y cuentan con seguro social y prestaciones. Por el contrario, en Querétaro, Cuernavaca, Toluca, estado de México y el Distrito Federal es "generalizada la práctica de no darles salario ni prestaciones, y obligarlos a vender productos, como aditivos, aceites y anticongelantes'', los cuales muchas veces son elaborados en las mismas estaciones de servicio, con la consecuente merma en la calidad.

Abundó que el Stracc se ha reunido con "gremios reales'' en Michoacán y el estado de México, a fin de mejorar las deplorables condiciones laborales de estos empleados, tarea que ha sido obstaculizada por "gente de la Confederación de Trabajadores Campesinos -otro de los gremios que maneja los contratos de varias gasolineras- y del Sindicato Progresista Justo Sierra, que durante los recuentos en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje han llevado golpeadores para amedrentar a los despachadores".

Arellano Ayala advirtió que la Unión Nacional de Trabajadores, central a la que pertenece el Stracc, y el Frente Auténtico del Trabajo seguirán "denunciando" la existencia y proliferación de los sindicatos blancos.