Usted está aquí: lunes 12 de septiembre de 2005 Política Creel se derrumba; Calderón gana con holgura la primera etapa

El abstencionismo llegó a 72 por ciento; Alberto Cárdenas quedó en tercer lugar

Creel se derrumba; Calderón gana con holgura la primera etapa

El michoacano ganó con 45 mil 602 votos, contra 33 mil 124 del ex secretario de Gobernación

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Ampliar la imagen Festejo en la casa de campa�e felipe Calder�inojosa, ubicada en la colonia Del Valle FOTO Roberto Garc�Ortiz Foto: Roberto Garc�Ortiz

Santiago Creel se derrumbó y Felipe Calderón, el precandidato que iba a contracorriente en la primera votación interna del PAN por la candidatura presidencial, lo venció con holgado margen de 10 puntos. Alberto Cárdenas, el autodenominado caballo negro, obtuvo 18.8 por ciento de la votación.

Contra los pronósticos, el michoacano ganó la primera de las tres etapas de votación (quedan por definir 22 estados en las elecciones del 2 y el 23 de octubre). Pero las estimaciones de escasa participación panista se confirmaron: el índice de abstencionismo fue de 72 por ciento, apenas 94 mil de los 325 mil panistas salieron a dar su sufragio.

Calderón Hinojosa triunfó con 45.6 por ciento de los sufragios (45 mil 602); Creel Miranda quedó en segundo lugar con 35.5 (33 mil 124) y Cárdenas Jiménez se colocó en tercer sitio con 18.7 por ciento (17 mil 510), de acuerdo con los resultados de 98.1 por ciento de los votos computados en el programa de resultados del PAN.

Al ex titular de Gobernación le falló el voto duro

Creel, el precandidato que fue blanco de críticas por haber autorizado casas de apuestas a Televisa y por sus cuantiosos gastos en espots por televisión, no fue favorecido por el voto duro blanquiazul. Perdió en tres de las cuatro entidades gobernadas por ese partido, y en Guanajuato, tierra del presidente Vicente Fox, obtuvo su peor resultado, al ubicarse en tercer lugar, por debajo del llamado caballo negro, que obtuvo 30 puntos.

A Santiago Creel no le valieron los apoyos recibidos por gobernadores panistas, como Marcelo de los Santos, en San Luis Potosí, y Héctor Ortiz, en Tlaxcala. En la primera entidad fue derrotado por Calderón y en la segunda el margen entre los dos fue estrecho, de apenas tres puntos. Sólo logró números positivos en Durango, Hidalgo, Tamaulipas -estados priístas- y en Zacatecas, bastión perredista.

La fuerza de Felipe Calderón se centró en cinco entidades, sobre todo en el estado de México, donde duplicó el número de sufragios obtenidos por el ex titular de Gobernación. Las otras entidades donde alcanzó la mayoría fueron las panistas Guanajuato, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí. Y en los estados dominados por Creel, la diferencia entre ambos fue mínima.

En corto, algunos panistas interpretaron el holgado triunfo de Calderón como cobro de facturas al foxismo, que desplazó a la militancia doctrinaria representada por el michoacano. Para los calderonistas, esta elección representa más que la candidatura presidencial: es la revancha después de haber sido desplazados con el ascenso de Manuel Espino a la dirigencia del PAN.

Ni la concesión de permisos a Televisa, ni los cuantiosos gastos que hizo en espots televisivos (25 millones de pesos en un mes), ni sus apuestas de triunfar dos a uno le valieron a Creel para ganarse a los panistas. Tampoco logró movilizar a 270 mil adherentes -su apuesta inicial-, pues sólo 20 por ciento de ellos participaron en el proceso.

Aunque Cárdenas Jiménez perdió, se presentó como ganador, porque arañó 20 por ciento de las preferencias electorales. No obstante que fue el último en incorporarse a la campaña interna y gastó menos en espots, el ahijado político del empresario Lorenzo Servitje alcanzó votaciones superiores a 20 por ciento en las plazas panistas de Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, así como en Zacatecas, esta última gobernada por el PRD.

La derrota creelista se perfiló desde temprana hora. A las cinco y media de la tarde, con la mitad de los votos computados, el ex secretario de Energía le llevaba ventaja de 10 puntos. Humberto Aguilar Coronado, representante de Santiago Creel en la comisión de elecciones, apareció con el rostro desencajado, pero todavía confiaba en que las cifras se iban a enderezar en favor del ex titular de Gobernación.

Pero la hora marcada se cumplió y los números, en vez de acortarse, fueron ampliándose. Primero había un empate entre los dos, luego cinco puntos de diferencia, hasta que Calderón llevaba una ventaja irreversible.

Por su parte, el dirigente nacional del PAN, Manuel Espino -quien tenía abiertas diferencias con Calderón-, nunca apareció. La presidenta de la comisión de elecciones, María Elena Alvarez de Vicencio, justificó su ausencia al señalar que no tiene injerencia alguna en el proceso, tal como sucede en una elección constitucional, en la que el Presidente de la República y los gobernadores se abstienen de participar.

Poco antes de las ocho de la noche, Espino se comunicó vía telefónica con los contendientes para agradecerles este esfuerzo, porque -según versión de Alvarez de Vicencio- el triunfador de este proceso fue el pueblo de México. El líder blanquiazul siguió la jornada electoral a distancia, desde Ciudad Juárez, y por la noche abordó un avión para trasladarse a la ciudad de México.

La comisión de elecciones hizo el último corte y reconoció que la participación de los adherentes fue escasa. ''El padrón fue muy inexacto y estuvo mal levantado'', admitió después el neoleonés Humberto Treviño, y señaló que deberán hacer una depuración a fondo para sacar a los adherentes que no votaron.

El senador Héctor Larios, integrante de la comisión, descartó que se acortara el proceso, como había propuesto Creel, que apenas dos días antes se mostraba seguro de obtener el triunfo con margen superior a 10 o 15 puntos. ''Legalmente no hay ninguna posibilidad ni un centímetro de margen para modificar las disposiciones de la contienda. Lo demás son especulaciones.''

Aguilar Coronado, del equipo creelista, trató de ocultar su decepción, pero fue imposible. Buscó animarse diciendo que estos números demostraron que Creel no era el candidato oficial, no gozaba del aparato gubernamental, ni los dados estuvieron cargados en su favor. Atribuyó los números rojos a un ''asunto multifactorial'' y descartó que el ex secretario de Gobernación vaya a dejar la contienda. Intentó aclarar la propuesta de Creel y dijo que él planteó acotar el proceso cuando el ganador tuviera una ventaja de entre ''10 y 15 por ciento)''. Como consuelo afirmó: ''Sólo está derrotado el que ha dejado de luchar''.

El representante de Calderón, el diputado Juan Molinar Horcasitas, se mostró cauto y dijo que los resultados representan un acicate para redoblar esfuerzos en las siguientes dos etapas, mientras Joaquín Fortún, operador de Cárdenas Jiménez, se declaró satisfecho, porque rompieron las encuestas.

La jornada comenzó con un fuerte mensaje de la presidenta de la comisión de elecciones, María Elena Alvarez de Vicencio, que pareció delinear las causas de la derrota de Creel.

Frente a los representantes de Calderón, Cárdenas y Creel, señaló que un gobernante no se elige inspirado en la mercadotecnia que promueve el voto por interés de un beneficio individual, ni por la cooptación que se ejerza sobre él o por la entrega de regalos con escaso valor.

Pero tampoco, les dijo, se elige a un gobernante por la expectativa de cargos futuros, de privilegios, de facilidades para los intereses económicos, sociales y políticos de los votantes.

Aun cuando la comisión de elecciones anunció que tendría sesiones públicas y que cualquier militante podía asistir, las reuniones fueron a puerta cerrada y sólo hicieron algunas pausas para dar cortes informativos.

A lo largo de la jornada, la comisión informó de incidentes menores ''que no afectan los resultados''.

 
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