Usted está aquí: viernes 9 de septiembre de 2005 Espectáculos Angá Díaz convoca a los dioses yorubas con su disco Echu Mingua

Hoy acompañará a Omar Sosa y el sábado dará concierto gratuito en Plaza Loreto

Angá Díaz convoca a los dioses yorubas con su disco Echu Mingua

Acompañarán al percusionista Cachaíto López y otros cuatro músicos que participaron en la producción

Quería hacer un disco que se convirtiera en una misa espiritual, afirma el cubano

JUAN JOSE OLIVARES

El cubano Miguel Angá Díaz es un grande de las tumbadoras. Es conocido por su años en la agrupación de jazz latino Irakere, por sus trabajos con los jazzistas estadunidenses Roy Hardgrove y Steve Coleman, así como por su participación con los artistas del Buena Vista Social Club. Ahora, Angá expresa todo su amor por la religión yoruba en su primera producción como solista, Echu Mingua (Eleggua, dios yoruba de las encrucijadas), que es una ceremonia con un inicio y un fin, y la unión de las culturas africana, cubana y de los diyéis. El disco lo presentará el artista el próximo sábado a las 12 horas en Plaza Loreto, con un concierto gratuito en el que se acompañará por cinco de los músicos que participan en la producción: Orlando Cachaíto López (bajista del Buena Vista Social Club e hijo y nieto de los bajistas Orestes López y Cachao López, respectivamente), Baba Sissoko (intérprete del ngoni y percusionista de Malí, quien ha trabajado con Sting) el dj Dee Nasty (icono del hip hop francés), Magic Malik (flautista galo que ha participado en discos del músico electrónico Saint Germain y la africana Oumou Sangare) y el cantante El Indio.

Dice Angá que quiso dar ese título a este álbum porque es la realización de todas las ideas que ha reunido a lo largo de los años y en el intermedio de sus participaciones como músico invitado. "Lo tenía en la cabeza, lo preparaba desde hace muchos años; hacía anotaciones en papel y lo guardaba todo, trabajando diariamente con diversas personas las ideas se te agrandan más y más hasta que dije: ya, lo grabo."

Equipara el disco con un servicio religioso, "que usa sonidos para resonar e invocar a los espíritus para que vengan a reunirse con nosotros en la tierra. Esta música, que reúne toda su experimentación con diversos géneros, es algo que tenía dentro de mí".

En Echu Mingua, que distribuye en México Discos Corason, participa un elenco de "amigos" de diferentes continentes, desde los mencionados antes hasta pianistas de renombre como Rubén González y Chucho Valdés. Angá ha llevado sus percusiones a un nivel de virtuosismo. "Veo mis tumbadoras como un piano, a la hora de pensar siempre pienso en armonías", dice.

Canal de espiritualidad y tranquilidad

Miguel Díaz afirma que en el disco ha querido transmitir lo que quería: espiritualidad y tranquilidad. Echu Mingua es mi cabeza y mi vida. Al mismo tiempo quería hacer algo que se convirtiera en una misa espiritual hecha música. Es una ceremonia en la que imploro a los espíritus que bajen a la tierra; es una misa en la que las almas de las personas bajan y dicen lo bueno o lo malo, las cosas que pueden pasar dentro de la familia. Esa es la fórmula del disco, empiezo con el canto que ruega que vuelvan y termino con el santo que implora a que vayan a su lugar".

Angá, egresado de la Escuela Nacional de Arte de Pinar del Río, donde nació, grabó también con Juan de Marcos y los Afro Cuban All Stars, comenta que por mucho tiempo se consideró a las tumbadoras como instrumento de acompañamiento: "Ha sido discriminado, pero siempre existió gente que las llevaron a otro punto como Patato (Carlos Valdez), Cándido (Camero), y creo que fueron caminando por el mismo sendero y llegaron a un límite. Yo seguí el camino de esos percusionistas. Los que estudiamos el pasado nos preguntamos por qué, si es un instrumento clave. Nos dimos a la labor de llevar a las tumbadoras a la máxima dimensión. Y la percusión está donde debe estar, se hacen mezclas en todo el mundo, se tocan melodías con ellas."

-¿Qué diferencia siente entre un toque (reunión ceremonial yoruba con tambores batá y baile) y un concierto?

-Las sensaciones son diferentes cuando estás en una fiesta de santo y en un concierto; en éste siento una necesidad de transmitir algo, mientras en una fiesta se tiene que tocar lo que es; es distinto tocar los tambores batá a tocar las tumbadoras, es otro tipo de fórmula y de ceremonia. Es más instintivo cuando toco batá; es totalmente espiritual y le tocas a tu santo.

Laboratorio de música

En el álbum se pueden encontrar piezas extraordinarias como A love supreme (con exuberantes arreglos de cuerdas y tambores batá), "que resume el álbum entero. Quería que fuera un himno, es la pista central del disco y un homenaje a John Coltrane, quien pensaba hacer un disco dedicado a Africa que no llegó a hacerlo, por eso se la dedico. En realidad el material es un laboratorio que salió adelante con la ayuda de los músicos, un trabajo colectivo completo".

Angá Díaz, quien recientemente grabó en La Habana un disco con Aguaje Ramos, el trombón de Buena Vista, ofrecerá además una clínica de percusiones el domingo a las 14 horas en la Casa del Lago (en Chapultepec, donde mostrará, su forma de solear el ritmo con tumbadora, timbales y bongóes). Y también acompañará a su paisano, el pianista Omar Sosa, el viernes por la noche en el Teatro de la Ciudad a las 20:30 horas, en lo que será un ritual afro jazzístico yoruba.

 
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