Los adolescentes problemáticos pueden tener dificultad en detectar "signos sutiles"
La rebeldía juvenil, originada por cambios cerebrales durante la pubertad
El trastorno se presenta más en hombres, pero desaparece cerca de los 16 años: estudio
Dublin, 8 de septiembre. La angustia adolescente y las disputas con la autoridad podrían ser ocasionadas por cambios que tienen lugar en el cerebro durante la pubertad, pero, para suerte de los acosados padres, los problemas pasan.
La habilidad de los jóvenes para decodificar las reglas sociales y reconocer las emociones, particularmente la rabia y la tristeza, se desarrolla entre los 12 y los 14 años, según descubrimiento de investigadores de la Universidad College de Londres y el Instituto de Salud Infantil.
"Parece que ésta es una función cerebral que se desarrolla en ese momento", dijo el profesor David Skuse, miembro del grupo de investigadores, en una rueda de prensa.
"Es un fenómeno con base biológica del que, afortunadamente, ellos se recuperan", agregó.
Entonces, más que los adolescentes sean rebeldes, deliberadamente obstinados o difíciles, es posible que a su cerebro le resulte imposible detectar signos sutiles de padres, maestros y otros adultos, o decodificarlos correctamente.
Los mismos circuitos cerebrales implicados en el reconocimiento de expresiones faciales se asocian también a la decodificación de tonos de voz, según Skuse.
"La habilidad de interpretar un tono de voz irritado o una expresión facial de enojo puede deteriorarse durante ese periodo de adolescencia temprana", agregó el experto.
Pero el problema parece desaparecer a los 16 o 17 años.
Skuse, quien presentó su descubrimiento en la conferencia de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia en la capital de Irlanda, llegó a estas conclusiones tras estudiar a 6 mil niños como parte de una investigación sobre el autismo, condición que afecta a muchos más varones que niñas.
A todos los que participaron del estudio, de entre 6 y 16 años, se les pidió que desarrollaran ciertas tareas como recordar rostros, establecer contacto visual y distinguir emociones mirando fotografías de caras expresando felicidad, tristeza, rabia, miedo, sorpresa y disgusto.
"Todas ésas son habilidades relacionadas con nuestra capacidad de interactuar apropiadamente con otros en sociedad y supuestamente son deficientes en personas autistas", dijo Skuse.
Según el investigador y su equipo, a los seis años las niñas eran mejores que los varones en interpretar emociones y reglas sociales. Pero durante la pubertad, cuando el cuerpo pasa por cambios hormonales, los niños de ambos sexos pierden la habilidad de desarrollar esas tareas.