CIUDAD PERDIDA
Nueva Orleáns, teatro de la mezquindad
Pobre respuesta en la ayuda
Las ganancias trasnacionales
EL CENTRO de acopio de la ciudad de México, donde se recibe la ayuda que los mexicanos quieren donar a las víctimas del huracán Katrina ha obtenido, hasta ahora, según versión oficial, una respuesta pobre, menor a la que se obtuvo a principios del año por el tsunami en Asia, situación que contrasta con la asistencia que ha enviado ya el gobierno federal a su homólogo de George Bush.
ESTO QUIERE decir, siempre apegados a la lista que proporciona el centro de acopio, que se están enviando artículos para la limpieza personal como pastas dentífricas, desodorantes, jabones, champús y otros; también se pide agua embotellada -de un litro cada botella-, pañales de caja y comida en lata.
SE PROHIBE, eso sí, que las donaciones, cualquiera de ellas, vaya empaquetada, no sea que se vaya a colar por ahí una bomba, es decir, solamente se reciben unidades separadas.
EL ASUNTO es que fuera de las cobijas y las sábanas, que deben ser nuevas, y de las camas plegables, que también se necesitan, todo, o casi todo lo que se pide, pertenece a las marcas comerciales que tienen como matriz, curiosamente, Estados Unidos.
EL ASUNTO llama la atención porque hasta hoy no sabemos que las grandes trasnacionales de la comida, como por ejemplo la subsidiaria de la Halliburton, esa empresa donde el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, tiene o tuvo sus intereses, y que vendía a precios más altos de lo normal el alimento que consumen los soldados que invadieron Irak, se hubiera tocado el corazón para enviar a Nueva Orleáns la ayuda alimentaria que tanto urge.
TAMPOCO ESTA en la línea de esa solidaridad la Coca-cola, que produce tanta agua embotellada que bien podría dejar de ganar algunos cientos o miles de dólares para calmar la sed de la gente de la región del jazz del Mississippi.
ME REFIERO a estas dos empresas, como podría haber hablado de cualquier otra de las muchas que dominan el mercado, que se construyeron en Estados Unidos y que deberían ser las primeras en acudir en ayuda a los ciudadanos en desgracia.
PERO ESTO no es posible en el mundo neoliberal, en el mundo globalizado. Si no se puede comprar no se debe existir. Así se podría resumir la actitud de las grandes empresas que seguramente ahora podrán vender más gracias a la solidaridad de muchos pueblos del mundo, que comprarán sus productos, los de las grandes firmas, para ayudar a los estadunidenses que ahora los necesitan.
TODO ESTO parecería pesar en el ánimo de muchos mexicanos que no han mostrado, hasta ahora, y pese a las campañas televisivas, la misma conmiseración que en muchos otros momentos de desgracia se han sentido en otras partes del mundo.
Y ES que da coraje asistir a este teatro de la mezquindad. ¿Cuántos helicópteros habrá en Estados Unidos? ¿Serán tan pocos que un país pobre y empobrecido, como México, tenga que enviar algunos de los suyos para los trabajos de asistencia? Si es así, qué bueno por nuestro país que sabe mostrarse generoso en los momentos de emergencia, si no, bueno, más vale no hacer más comentarios.
¿Palabras de precandidato?
LAS ENTREVISTAS que ayer publicó La Jornada con Armando Quintero Martínez y Marcelo Ebrard Casaubon descubren el interés de ambos políticos por disolver ciertas sombras que, de una u otra manera, oscurecían su trabajo proselitista. Desde luego, habría que preguntarse si no son palabras nada más de precandidato? Pronto lo sabremos.