Usted está aquí: jueves 8 de septiembre de 2005 Sociedad y Justicia El próximo gran sismo provendrá de la costa grande de Guerrero

Urge fomentar la cultura de la prevención: expertos

El próximo gran sismo provendrá de la costa grande de Guerrero

JOSE GALAN

Ampliar la imagen Demostraci� reporteros y fot�fos de sismos ocurridos en Jap�EU y ciudad de M�co, ayer en la Mesa Vibradora del Instituto de Ingenier�de la UNAM FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros

A 20 años de los terremotos de 1985 que provocaron un desastre en la ciudad de México y otras zonas del país, en cualquier momento puede ocurrir un sismo similar o más grave, por lo que no únicamente es necesario fortalecer y afinar las redes de estaciones sísmicas que sólo existen en las costas de Guerrero, sino también fomentar una cultura de prevención y acción de la sociedad, que debe estar preparada al igual que los cuerpos de seguridad para prevenir y enfrentar contingencias telúricas que constituyen, según expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una cuestión de seguridad nacional.

Sergio Alcocer Martínez de Castro y José Francisco Valdés Galicia, directores de los institutos de Ingeniería (II) y de Geofísica (IG), respectivamente, y Eduardo Reynoso, investigador del II, consideraron necesaria la homologación y creación de reglamentos de construcción en las zonas sísmicas del país, particularmente en el Valle de México, incluyendo el área connurbada del estado de México -particularmente las zonas de Chalco-, y Xochimilco, que comparten suelos arcillosos similares a las áreas de la ciudad de México más afectadas por los terremotos de 1985.

Para los expertos, en la zona metropolitana ha temblado, tiembla y temblará todos los días, aunque de manera imperceptible, pero advirtieron que es necesario prepararse sin sensacionalismos ni histerias para un terremoto que deberá provenir de la costa grande de Guerrero, en la llamada Brecha de Guerrero, donde el último de gran intensidad ocurrió en 1911.

Los expertos hicieron una demostración de los movimientos telúricos -"todos son diferentes, no hay uno igual"- en el Laboratorio de la Mesa Vibradora del II, única en su tipo no sólo en México sino en Latinoamérica, capaz de reproducir con exactitud, mediante mecanismos neumáticos y a través de computadoras para su control, los diferentes terremotos que han asolado a México, Estados Unidos y Japón.

Alcocer Martínez de Castro señaló que México gasta al año 700 millones de dólares en respuesta a desastres, como inundaciones, sismos o problemas volcánicos, es decir, la misma suma que el gobierno federal destina en el mismo lapso al llamado programa Oportunidades. Y reveló que a principios de 2005, en Japón varios países, incluyendo México, acordaron destinar 10 por ciento de su gasto para desastres, es decir, en nuestro caso 70 millones de dólares, para labores de tipo preventivo: investigación, desarrollo tecnológico, sistemas de alerta y mantenimiento.

En México ocurren sismos con magnitud mayor a siete grados en la escala de Richter cada dos años, y los expertos afirmaron que son fenómenos con los que la población mexicana "tiene que aprender a vivir". Pero México cuenta con sólo 30 estaciones sísmicas, sobre todo en el estado de Guerrero, mientras que Japón, un país con una alta actividad sismológica, tiene unas mil 800 estaciones de ese tipo.

En el marco de las Jornadas Mexicanas sobre Sismos, organizadas por la UNAM en conmemoración del vigésimo aniversario de los terremotos de 1985, los investigadores consideraron prioritario establecer y fortalecer una red de monitoreo sismológico en las zonas de mayor incidencia de estos fenómenos telúricos; un sistema de alertas que abarque no sólo 29 estaciones de radio como ahora sino todo el sistema de comunicación de radio y televisión así como de escuelas y hospitales.

Pero considerando que la alerta sísmica sólo advierte un minuto antes de que ocurra el fenómeno, consideraron más urgente capacitar y promover la cultura de la prevención entre la población: qué hacer, cómo responder y actuar ante las señales de alerta.

 
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