Usted está aquí: martes 30 de agosto de 2005 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

El Elbino

Berrinche anunciado

Desafuero partidista

Cornúpetas políticos

ELBA ESTHER GORDILLO no tiene justificación jurídica alguna para incumplir la obligación estatutaria de cubrir, así sea momentáneamente, la ausencia del presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. El alegato hecho ayer en rueda de prensa por la secretaria general de ese comité, para anunciar que no asistirá a la sesión del Consejo Político Nacional del tricolor este miércoles, descansa en consideraciones personales y subjetivas, manifestadas con mayor o menor vehemencia, cursilería y tino, pero que no le dan una excusa válida para alejarse de los procesos de sustitución de la presidencia partidista.

EL PRAGMATISMO MADRACISTA no permitirá que se produzca una apariencia de vacío de poder, así es que de inmediato entrará Manlio Fabio Beltrones a ocupar el cargo abandonado por la cacique magisterial, pero, llevado a un extremo aberrante el caso de la sucesión priísta, podría haberse producido el hilarante extremo de que Madrazo dejara su oficina y el priísmo se quedara oficialmente en el limbo, en espera de que acudiera Gordillo a realizar un relevo al que ayer renunció.

EN EL FONDO LO QUE sucedió es que Elba Esther no supo o no pudo resistir la presión de un juego sucio armado contra una jugadora sucia. Y así, mediante un discurso demagógico y cursi, parece haber cometido un error grave. Sabido como era por todos que su propósito real era provocar la mayor división posible dentro del PRI, para así erosionar la imparable candidatura presidencial de Roberto Madrazo y tratar de darle legitimidad a su creación partidista alterna, el famoso Panal, la profesora Gordillo no llegó al final de un vía crucis necesario y, temerosa de ser llevada a juicio sumario este miércoles en un Consejo Político Nacional que le es mayoritariamente adverso (controlado por la claque madracista, concepto éste que no necesariamente es redundante: hasta en ese grupo robertino hay ciertas divisiones de clase), prefirió romper ella (cuando lo ideal para sus propósitos hubiera sido ser echada, maltratada, expulsada: abeja mártir de la democracia) y pasar de inmediato a la treta del suspenso judicial prolongado, expectante (¡oh, este tecleador medio médium sufre en estos momentos un ataque de sospechosismo y se pregunta si no estarán algunas mentes brillantes tramando una versión salobre del desafuero, convirtiendo ahora a Robertico en la víctima de la persecución judicial, programando esa telenovela en los medios de comunicación amigos para llegar a un desenlace feliz más delante, cuando haya necesidad de cerrar campañas y filas! ¡Oh, oh y más oh, el pueblo -tricolor- defendiendo a Ma-drazo El Toro es Inocente: de El Encino a El Elbino!).

POR LO PRONTO, RAUL SALINAS de Gortari podrá celebrar de inmediato que su gran amigo Beltrones vaya sin problemas rumbo a la cúspide del tricolor. Carlos, el reaparecido, que ayer comió en un lugar público de la ciudad de México, insiste en que es un hombre dedicado a luchar en el campo de las ideas, mientras corre el rumor de que quiere ser candidato a senador. La Familia Feliz posa para la fotografía: Carlos, Raúl, Roberto, Manlio y, fuera de foco por tener que moverse, Elba.

ASTILLAS: Los lectores de las puntillosas crónicas taurinas de Leonardo Páez en La Jornada se habrán preguntado en la entrega de ayer si la relatoría hecha de una novillada dominical en la Plaza de Toros México correspondía únicamente al terreno de la tauromaquia. Resulta que los nombres de los seis astados en lidia correspondían a nombres de precandidatos presidenciales, en un guiño hacia la política que, supone Páez, podría haber sido motivado por el reciente destape del Presidente de la República como taurino "de clóset", al haber mostrado días atrás alguna gráfica de juventud en la que aparecía corriendo el paño frente a una "minúscula vaquilla". Lo cierto es que con nombres con sabor a boleta electoral aparecieron los novillos de la ganadería Los Ebanos, oficialmente a cargo de herederos de Manolo Martínez (encabezados por la viuda, Bertha Ibargüengoytia), pero de la cual el empresario de la México, Rafael Herrerías, reconoció en 2003 que era propiedad suya y que "por asunto de distancias" encomendaba a la familia del desaparecido maestro regiomontano (Los Ebanos es un rancho situado en Abasolo, Tamaulipas). Y resulta que, según extractos de la pluma de Leonardo Páez que han sido seleccionados arbitrariamente por este tecleador astado, Santiago resultó "largo, discreto de cara y no obstante ser listón, tardó en enterarse", además de ser "clarote y repetidor pero solo, lo que se dice sin transmisión". Andrés Manuel, por su parte, apareció "mejor armado y de mejores hechuras" que Santiago, pero con "un defecto en la vista", burriciego, pues, al grado de pegar una peligrosa cornada al novillero Rodrigo Muñoz, que le estaba ligando una sabrosa faena. Cuauhtémoc fue "entrepelado y medio bragado, con más edad pero discreto de cabeza", a quien un López (Pepe) le hizo buen trabajo, aunque fallando a la hora de matarlo, logrando sin embargo ese cornúpeta un "arrastre lento" que a algunos pareció injusto. Roberto tenía clara tendencia a la trampa: "corniapretado y tan cornivuelto que más bien parecía de cuerno retorcido; descompuesto en las embestidas y que, en vez de recargar en varas, tiró cornadas al peto"; y Arturo, "cárdeno salpicado y tardo, que a la postre resultó bravucón". Del sexto participante, Felipe, en El Universal señaló Raúl Luna que "fue el peor del encierro, pues fue incierto y se dolió en banderillas, amén de recular". Dos cornudos quedaron en toriles, mera reserva en espera de "mejor ocasión", Bernardo y Jorge, pertenecientes a otras ganaderías. Diga el lector con su mejor criterio si la política no parece más bien asunto bovino... Y, mientras hoy comienza a circular el diario Acento de Coahuila, impreso en Saltillo y dirigido por Arnulfo Favila (con Astillero como una de sus columnas), ¡hasta mañana, con el deseo de mucho éxito para los acentuados norteños!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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