Usted está aquí: martes 30 de agosto de 2005 Deportes El corredor fallecido participó y terminó en 21 maratones de la ciudad de México

Entrenaba los fines de semana en la Alameda Oriente y en Chapultepec, informó su hermano

El corredor fallecido participó y terminó en 21 maratones de la ciudad de México

Obstrucción de vías respiratorias, el resultado de la necropsia; ayer entregaron el cuerpo

JORGE SEPULVEDA MARIN

Cuauhtémoc Larriba no era ningún corredor improvisado, ya que había participado en 21 de los 23 maratones de la ciudad de México y siempre presumía con orgullo las medallas obtenidas por haberlos terminado, refirió su hermano José Gustavo, quien la madrugada de este lunes recibió el cuerpo del Servicio Médico Forense, luego de la necropsia.

El competidor falleció a 700 metros de la salida del Maratón Internacional de la Ciudad de México el domingo anterior, y pese a la prontitud con la que acudieron los elementos del ERUM, no pudieron salvarle la vida.

El informe legista fue claro: "muerte por obstrucción de las vías respiratorias", recuerda con serenidad José Gustavo, quien comentó que el principal legado que Cuauhtémoc le dejó a sus familiares y amigos no sólo fueron las casi 30 medallas de los maratones y las competencias de 5 y 10 kilómetros en las que participó, sino el ejemplo de entrega al deporte.

En el barrio de San Juan Totoltepec, en Naucalpan, donde son velados los restos del infortunado corredor de 53 años de edad, sus familiares recordaron que Cuauhtémoc fue soltero porque se dedicaba a cuidar a su madre Herlinda, con quien vivía en la colonia Oriente, del Distrito Federal, además de ser empleado del fideicomiso del Fondo Nacional de Fomento Ejidal (Fonafe), de lo que dio cuenta su compañera de oficina, Josefina López.

"No le gustaba tomar (bebidas alcohólicas) ni fumar ni desvelarse y sé que no tenía ningún padecimiento crónico", además de entrenar varias horas por lo menos sábados y domingos en la Alameda Oriente, en Chapultepec o en los Viveros de Coyoacán", recordó su hermano, a quien le platicaba que cuando se retirara, para lo cual le faltaban pocos meses, se iría a vivir a Mérida, con su mamá.

"Yo me acuerdo que siempre llegaba a la oficina a enseñarnos sus medallas (del maratón) cada año, nos platicaba cómo le había ido. Apenas el jueves pasado me dijo que ya se había inscrito y cuando vimos el recorrido, me dijo: mira cuando llegue aquí (Insurgentes, kilómetro 32) me empezarán los calambres".

Los familiares del infortunado maratonista recibirá esta semana la póliza del seguro de vida.

 
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