Usted está aquí: lunes 29 de agosto de 2005 Capital Imposibilitados para vivir una vejez digna, 60% de los ancianos en el DF

Su situación es de pobreza o extrema pobreza: datos de la asociación civil Trasfondo

Imposibilitados para vivir una vejez digna, 60% de los ancianos en el DF

Enfrentan una imagen social negativa y desfavorable que propicia desigualdad, discriminación y marginación

Las mujeres de este sector, el grupo más vulnerable, señala José Ernesto Padilla

MIRNA SERVIN VEGA

Ampliar la imagen A la par de acciones como la del GDF se requiere desarrollar un programa que vincule a la comunidad y a las familias que conviven con ancianos, que los capacite y les proporcione elementos para que brinden una mayor calidad de atenci�apoyo emocional, servicios materiales e informaci�obre sus derechos, se� Jos�rnesto Padilla FOTO Carlos Ramos Mamahua Foto: Carlos Ramos Mamahua

De los 740 mil adultos mayores que habitan en el Distrito Federal, 60 por ciento viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema, lo que no les permite contar con satisfactores básicos para vivir su vejez con dignidad, aseguró José Ernesto Padilla Nieto, de la asociación civil Transfondo, que es apoyada por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) para realizar un proyecto sobre la defensa de los derechos humanos de esta población y que investiga sobre su problemática.

Padilla Nieto aseguró que de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), tres de cada 10 mujeres de más de 60 años son víctimas de alguna forma de violencia o abuso en sus hogares.

Esto se deriva de la imagen social negativa y desfavorable hacia los ancianos, que propicia relaciones de desigualdad, exclusión, discriminación y marginación hacia los adultos mayores, agregó.

El representante legal de la asociación civil advirtió que la situación actual de los adultos mayores propicia escenarios cada vez más peligrosos, como el de los homicidios de ancianas en la ciudad de México: "en parte porque viven solas y no cuentan con suficientes redes de apoyo que eviten esos ilícitos, además de que no se ha desarrollado un programa que permita interesar, sensibilizar más a la sociedad en términos de cuidar, proteger a sus ancianos, entre otras razones".

Aunque reconoció la labor de las autoridades para advertir a la población adulta mayor sobre estos casos, dijo que esto no tendría por qué suceder si se desarrollara un programa articulado entre los distintos agentes institucionales de la ciudad de México, con redes de apoyo emocional, material y de información para las personas mayores.

No obstante, afirmó que a la par de acciones como la de las tarjetas Sí vale del Gobierno del Distrito Federal, se requiere desarrollar un programa que vincule a la comunidad y a las familias que conviven con ancianos, que los capacite y les proporcione elementos para que acerquen una mayor calidad de atención, apoyo emocional, servicios materiales e información sobre sus derechos.

"Los ancianos seguirán resolviendo algunas necesidades de alimentación y salud, pero eso no les garantiza una mejor calidad de vida", apuntó.

Padilla Nieto aseveró que debe existir un programa educativo para que las personas mayores fortalezcan su autoestima, manejen su independencia, su autonomía, incluyendo el desarrollo de acciones de socialización con quienes están cerca de ellos, que les lleve a incorporarse a grupos o a asociarse con otros para proporcionarse ayuda mutua y autoprotegerse.

Señaló que, según estimaciones del INEGI, aproximadamente en 36.2 por ciento de los hogares en que habita una mujer mayor de 60 años, ésta es víctima o ha padecido alguna forma de violencia o abuso, ya sea físico, psicológico, sexual, económico, abandono o despojo financiero. "La cifra es probablemente más alta, pero las instituciones responsables de saber de esos casos no tienen el personal especializado ni un sistema de registro sobre el abuso y la violencia contra las personas mayores; además la gente no se queja, le da vergüenza denunciar que es objeto de maltrato por sus hijos, cónyuges o parientes, lo cual limita la posibilidad de conocer el número de casos en la ciudad de México", señaló.

Violación de los derechos

Uno de los primeros puntos que coloca en desventaja a esta población es el de la edad, ya que todas las personas que rebasan los 60 años son objeto de discriminación en el sector laboral, afirmó Padilla Nieto.

Alrededor de 60 por ciento de los ancianos en la ciudad de México tampoco tienen protegido su derecho a la salud, porque no son derechohabientes de las instituciones de seguridad social (algunos son beneficiarios por parte de sus hijos o cónyuges), se les niega atención médica y en instituciones del sector público reciben atención de baja calidad y malos tratos al realizar alguna gestión.

Además, agregó, la atención y asesoría que reciben no es de personal especializado en geriatría ni hay suficientes medicamentos para sus padecimientos más comunes.

En cuanto al derecho a la educación, mencionó que tres de cada 10 personas adultas mayores no saben leer ni escribir y cinco de cada 10 no completaron su educación básica. La alfabetización por parte del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) no responde a necesidades de la población adulta mayor, ni posibilita que vivan la vejez en forma gratificadora, digna, activa y saludable, como tampoco existe un programa de educación con contenidos de interés y de utilidad para las y los ancianos de la ciudad de México.

Otro derecho insuficientemente protegido es el de la recreación y la cultura, agregó, pues aunque el GDF organiza con cierta frecuencia eventos para que los adultos mayores asistan y se distraigan, no se fomenta la recuperación de experiencias de ellos.

En cuanto al derecho a vivir con seguridad económica durante la vejez, más de 60 por ciento de los adultos mayores en la capital viven con menos de un salario mínimo y no tienen acceso a un ingreso fijo, lo que lacera seriamente sus condiciones de vida, finalizó.

 
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