Usted está aquí: sábado 27 de agosto de 2005 Política Los chinchones llegaron al ISSSTE

Gustavo Leal F.*

Los chinchones llegaron al ISSSTE

Entre chinchón y chinchón pareciera que, además de la memoria Acteal, Emilio Chuayffet -coordinador de los diputados del PRI- empezara a perder, también, el principio de realidad política.

Como si sus asesores no le hubieran informado suficientemente sobre la apocalíptica situación que -como Levy en el IMSS- han fabricado Benjamín González Roaro y la Secretaría de Hacienda para el ISSSTE, Chuayffet se lanzó sin capote al ruedo y ¿amenazó? con que "los asuntos pendientes, como la reforma a la ley del ISSSTE, se discutan en el próximo periodo ordinario de sesiones". ¿Será que ya está desesperado por integrarse al "equipo" del licenciado Madrazo?

Pero sus "confianzas" recibieron de inmediato un cubetazo de agua helada: el diputado elbista Miguel Alonso Raya -presidente de la Comisión de Seguridad Social- denunció que el acuerdo político en torno a esta reforma entre el foxismo y los grupos parlamentarios de PAN y PRI ya se concretó. A decir de este singular perredista, es preciso romper con ese discurso y hacer ajustes para distribuir las cargas entre el Estado, patrones y trabajadores. La negociación debe ser amplia. No podemos dejar esta responsabilidad en manos de agentes primarios, como las Afores.

Mientras tanto, José Antonio González Anaya -el ruidoso funcionario designado por Francisco Gil Díaz y Alonso García Tamés desde la Secretaría de Hacienda para seguir machacando la "inevitabilidad" de la reforma- seguía desgañitándose inútilmente. El 20 de julio declaró que sería una "reforma de Estado, porque la presente administración cargará con los costos presupuestales más altos para llevarla a cabo". ¿Será que los trabajadores del ISSSTE no pagarán un costo más alto?

¿Qué es lo que realmente busca la "reforma integral" de Hacienda? Busca consumar la aforización de 2.5 millones de trabajadores activos, cantidad nada despreciable dadas las comisiones y rendimientos de las Siefore. Y, ¿cómo lograrlo? Abriéndoles una cuenta individual en una Afore, en la que el Estado depositaría en forma de bono la cantidad de recursos a que tendrían derecho si cumplieran los requisitos para el retiro. ¿Cuáles? La actual edad mínima, 55 años, y 15 de cotización sería ya irrelevante, toda vez que con la "reforma hacendaria" podrían jubilarse cuando hayan ahorrado lo suficiente para tener acceso a una pensión por el doble de la mínima que garantiza el Estado a quienes cumplan 65 años de edad, además del monto de sus ahorros.

¡Genial!: en una economía estancada, tú, trabajador activo, empieza a correr: el negro futuro es tuyo. Ahora tú eliges la edad de retiro. Sólo que el tamaño de tu pensión dependerá, hoy, del "bonito" futuro, más lo que acumules a partir de la entrada en vigor de la reforma hacendaria y, seguro, los intereses de ambos montos.

Nosotros, como Estado, ya nos difuminamos. Pero claro, si en virtud de un milagro logras ahorrar tanto para completar una pensión del doble de la que te garantiza el Estado (salario mínimo) te puedes retirar independientemente de la edad que tengas. ¡A Cancún! Si no, tendrás que seguir laborando hasta los 65 años. Pero no te preocupes: en ese mismo momento el Estado se responsabilizará de completarte una ¡fabulosa! pensión de un salario mínimo mensual (mil 357 pesos). Efectivamente, ¡fuimos el gobierno del cambio!

¿Y para los de nuevo ingreso? La reforma hacendaria es igualmente ¡brillante! Empieza con las nuevas "reglas" y su fondo se integraría con la aportación de 3.5 por ciento del salario base, otro 3.5 por ciento a cargo de las dependencias, 2 por ciento del SAR y 5 por ciento del fondo de vivienda. Pero, a diferencia de los activos, González Roaro -asesorado por Hacienda- estima que los nuevos trabajadores tendrán garantizada la pensión con base en su ahorro, el cual, a su vez, variará dependiendo del nivel salarial individual.

Aunque el déficit del fondo médico del ISSSTE asciende a 8 mil millones de pesos, la reforma carece de propuesta alguna. Para médicos, enfermeras y profesiones afines, para mil 122 clínicas familiares y mil 778 camas hospitalarias de segundo y tercer nivel, la Scretaría de Hacienda todavía no define los contenidos que serán reformados. Como sostuvo Pedro Vázquez Colmenares, subdirector general de Finanzas del ISSSTE: hay que "crear un seguro de salud que asuma las obligaciones futuras y cuantifique los gastos a financiar". ¡Un auténtico genio!

A pesar de los sonados fraudes con la vivienda en el ISSSTE, la reforma hacendaria no dice una palabra, mientras el diputado perredista Marcos Carlos Cruz Ramírez se empeña en transformar al Fovissste en Infovite, porque con el estado que atraviesa el ISSSTE "se corre el peligro de que los recursos destinados a la construcción se destinen a otros fines" ¡Zas!

¿Por qué habrían de apoyar los trabajadores esta curiosa propuesta "integral"? Como advirtiera su secretario general, Ricardo Pontigo, el SNTISSSTE exigirá respeto absoluto a los derechos adquiridos, a elegir entre un sistema de pensiones solidario o de cuentas individuales, que la "reforma" sea realmente integral y que no sólo enfoque el régimen pensionario.

Los chinchones en el ISSSTE muestran que la reforma hacendaria no mejorará el futuro de sus pensiones, servicios médicos y vivienda. El nuevo gobierno deberá empezar funciones consultando a los trabajadores.


*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

 
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