Usted está aquí: viernes 19 de agosto de 2005 Economía MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

La corrupción vista por el CEESP

Resalta el corrupto y solapa al corruptor

¿Cuáles son los beneficios de ese flagelo?

EL CENTRO DE ESTUDIOS Económicos del Sector Privado (CEESP) recién divulgó los resultados de una sesgada "Encuesta sobre gobernabilidad y desarrollo empresarial 2005", cuyos resultados, en pocas palabras, avalan que en eso de la corrupción sólo tiene la culpa el corrupto, nunca el corruptor.

SUBRAYA TAL ENCUESTA, levantada entre 2 mil 650 empresas de distinto tamaño y de todo el país, que "las empresas mexicanas gastan alrededor de 120 mil millones de pesos al año en sobornos a las autoridades federales, estatales y municipales, así como a legisladores; las dependencias federales más corruptas son las policías federales (judicial y preventiva), Petróleos Mexicanos, la Administración General de Aduanas, la Procuraduría General de la República, el Instituto Mexicano del Seguro Social, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Energía. La Presidencia de la República figura en el último lugar en una lista de 17 entidades con una puntuación de cuatro en una escala donde uno es honesta y siete deshonesta" (La Jornada)

RESULTA ESPELUZNANTE EL dato que aporta el organismo a cargo de Mario Rodarte, dependiente del Consejo Coordinador Empresarial, en torno a cuánto dinero destinan las empresas privadas para sobornar a las autoridades de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal). Sin embargo, lo que el CEESP no investigó -o no quiso revelar- es cuánto obtienen a cambio las empresas corruptoras.

SUPONER QUE SOLO una de las partes es culpable en este jugoso negocio, que las empresas sobornan a la autoridad sin requerir nada a cambio en una suerte de corrupción caritativa, no es más que sesgar un problema que contribuye al estancamiento del país. Se sabe, por la encuesta de referencia, que los corruptos de los tres niveles de gobierno cuestan a las empresas privadas 120 mil millones de pesos anuales, pero ¿qué o cuánto obtienen los corruptores a cambio?

¿"RESCATES", EXENCIONES FISCALES, contratos de obra pública, adjudicaciones sin licitación, concesiones, permisos para acabar con el ecosistema de aquí y allá...? Eso y más, mucho más, pero este indicador elemental no fue considerado en la encuesta del CEESP, de tal suerte que la balanza no puede equilibrarse.

ENTRE LOS DATOS QUE aporta el trabajo realizado por el organismo del CCE se cuentan los siguientes: 20 por ciento de las empresas entrevistadas reconoció que realiza pagos extraoficiales para influir en el contenido de nuevas leyes, políticas y regulaciones, para favorecer sus intereses. En promedio, gastan anualmente 6 por ciento de sus ingresos; 13 por ciento reconoció que hace lo propio para influir a funcionarios públicos federales (6 por ciento de sus ingresos); 10 por ciento para influir a funcionarios públicos estatales (5 por ciento) y 11 por ciento para influir a funcionarios públicos municipales (6 por ciento).

EL DETALLE DE LOS corruptos es aterrador, pero falta la otra mitad: si las empresas corruptoras destinan entre 5 y 6 por ciento de sus ingresos al soborno de funcionarios públicos, ¿cuánto obtienen a cambio? Es de suponer que más, mucho más, de 5 o 6 por ciento, o lo que es lo mismo más, mucho más, de 120 mil millones de pesos anuales.

SE SABE EL DAÑO que causan los corruptos, se desconoce el provocado por los corruptores, pero en la encuesta del CEESP no se menciona, ni por aproximación, al gran perdedor del enorme aparato de corrupción (compuesto, insisto, por dos partes): el país y sus habitantes.

APUNTA LA ENCUESTA del CEESP que las empresas corruptoras ofrecen sobornos a las autoridades federales para obtener, entre otras muchas cosas: contratos gubernamentales no licitados, concesiones y créditos gubernamentales, reducciones o exenciones en comisiones cobradas por el gobierno, ignorar violaciones a regulaciones ambientales, obtener privilegios fiscales, agilizar la conexión de servicios públicos, ignorar violaciones a regulaciones de seguridad en el lugar de trabajo y omitir violaciones a regulaciones laborales.

EN EL PLANO ESTATAL, los sobornos contribuyen a que las empresas corruptoras agilicen trámites, ignoren violaciones a regulaciones ambientales, obtengan contratos gubernamentales, reducciones o exenciones en comisiones cobradas por el gobierno y la molestia de la policía de la entidad. A nivel municipal se repite la historia.

ESO Y MAS, MUCHO MAS, obtienen las empresas por el módico pago de 120 mil millones de pesos anuales, monto que recuperan con creces -vía consumidor de sus productos o servicios- una vez que las autoridades les"liberan" las trabas. Cerrado el círculo, ¿quiénes pagan los 120 mil millones en sobornos y los "excedentes" de las empresas corruptoras? El país y su desarrollo, los mexicanos y su bienestar, aunque para el CEESP estos no sean elementos de importancia a la hora de levantar una encuesta.

LOS CORRUPTOS, QUE NO los corruptores, representan una traba de primer nivel en lo que a desarrollo de las empresas se refiere, sostiene el CEESP, aunque otros elementos son identificados por los consorcios participantes en la encuesta: 83 por ciento de ellos considera como un "obstáculos de mercado" a los monopolios ejercidos y controlados por el gobierno, pero esa puntuación sube a 84 por ciento cuando se trata de monopolios privados.

LO ENTORPECEN, TAMBIÉN, el acceso al financiamiento (84 por ciento), transacciones ilegales entre las empresas (79 por ciento), disponibilidad de mano de obra calificada -en un país con creciente desempleo- (83 por ciento), nivel de desarrollo tecnológico (81 por ciento), rotación de personal (83 por ciento) y costo de la mano de obra -¡con salario mínimo de 45 pesos!-, entre otros.

COMO "OBSTACULOS DE gobernabilidad", la inseguridad se ubica en primerísimo lugar con 94 por ciento de las respuestas; le siguen piratería (84 por ciento), economía informal (87), sindicatos (79), política fiscal (88), y un largo registro de responsabilidades gubernamentales que, con todo y sus 120 mil millones de pesos anuales en sobornos, de plano no pueden modificar.

Las rebanadas del pastel:

EL INQUILINO DE LOS Pinos presume que "el principal fruto de la democracia en México es su sólida estabilidad económica" y, olvidó decir, sus 50 millones de pobres.

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