Usted está aquí: martes 16 de agosto de 2005 Economía El alto precio del petróleo pone en riesgo la economía mexicana: SHCP

La IP exige un manejo transparente y cauto de los recursos excedentes

El alto precio del petróleo pone en riesgo la economía mexicana: SHCP

Proponen crear reserva para ser utilizada cuando baje la cotización del energético

ANTONIO CASTELLANOS

Ampliar la imagen En Manila, Filipinas, decenas de personas protestaron por el constante incremento en el precio del petr�. Los manifestantes acusaron a las petroleras Shell, Caltex y Petron de obstaculizar el desarrollo del pa�FOTO Ap Foto: Ap

Los altos precios internacionales del petróleo, que alcanzaron la cifra récord de 66 dólares por barril la semana pasada, son un signo preocupante por el impacto que pueden tener en la actividad económica mundial. No obstante, la Secretaría de Hacienda reconoció que ese fenómeno ha beneficiado las finanzas públicas con mayores ingresos, que al primer semestre de 2005 acumulan más 26 mil millones de pesos adicionales a lo programado, pero advirtió que podría afectar el desempeño de la actividad económica debido al grado de integración que México tienen en la economía global.

Por su parte, el sector privado propuso manejar con transparencia los recursos excedentes provenientes de la venta de petróleo. Esto podría permitir la creación de un fondo que ofrezca la suavización del gasto público en periodos en que los precios del energético mantengan un menor nivel. Sin embargo, los expertos del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado indicaron que por el momento no hay indicios de que en el corto plazo el precio de los hidrocarburos vaya a bajar.

Las autoridades hacendarias informaron que los ingresos presupuestarios del sector público ascendieron a 951 mil 702 millones de pesos en el primer semestre de 2005. Esto significó un crecimiento de 3.7 por ciento en términos reales en comparación con los obtenidos en los primeros seis meses de 2004.

De esta forma, los ingresos superaron 42 mil 171 millones de pesos el monto previsto en enero pasado, de los cuales 26 mil 53 millones de pesos provinieron de los ingresos petroleros, 15 mil 781 millones de ingresos propios de las entidades de control directo distintas a Pemex y 3 mil 422 millones de ingresos tributarios no petroleros.

Indicó que los ingresos petroleros crecieron 7 por ciento en términos reales impulsados por el incremento del precio del petróleo. Los ingresos tributarios no petroleros reportaron un crecimiento real anual de 4.2 por ciento, destacando la recaudación del IVA, que aumentó 6.2 por ciento en relación con el primer semestre de 2004.

Por su parte, los ingresos no tributarios del gobierno federal mostraron una reducción real de 45.7 por ciento, porque en este año no se obtuvieron los recursos no recurrentes provenientes de la cancelación de Bonos Brady y por el remanente de operación del Banco de México que se registraron en el primer semestre de 2004 y que ascendieron a 13 mil 865 y 15 mil millones de pesos, respectivamente.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) precisó que las tensiones geopolíticas internacionales, así como la fuerte demanda del hidrocarburo debida al crecimiento económico mundial, no permiten prever en el corto plazo un cambio en la tendencia seguida por los precios del energético. Esto podría generar efectos negativos en el desarrollo de la economía mundial, a pesar de la resistencia que hasta ahora se ha mostrado frente a este fenómeno debido al dinamismo del consumo.

Los analistas del sector empresarial precisaron que en México, el efecto directo y más visible del encarecimiento del petróleo es el incremento de los recursos públicos. Los responsables de decidir el uso de este excedente son la Cámara de Diputados y la Secretaría de Hacienda.

En este escenario, agregaron, es importante que dichos recursos se manejen con transparencia y eficiencia. El uso correcto de los excedentes petroleros podría permitir la creación de un fondo que dé lugar a una suavización del gasto público en caso de que los precios operen a la baja. El gasto de tales recursos, recomendaron, debe ser prudente y destinarse a una inversión que incremente la productividad y competitividad para evitar presiones inflacionarias.

Otro elemento negativo es la baja en la actividad industrial que no presenta un panorama alentador. La pérdida de dinamismo en ese sector fue reflejo de la menor producción en ramas específicas de la industria de transformación, como son la fabricación de vehículos, maquinaria y aparatos eléctricos, entre otros.

Por otra parte, consideró lamentable que para los aspirantes a gobernar el país en el próximo sexenio no sea importante proponer políticas económicas viables que permitan promover un verdadero desarrollo. En la víspera de los tiempos electorales, subrayó el CEESP, resulta imprescindible recordar los desequilibrios estructurales que urge reparar.

El potencial de crecimiento de México se encuentra limitado debido a la deficiente protección de los derechos de propiedad, a las limitaciones a la inversión privada en algunos sectores, al rígido mercado laboral y a la ineficiente legislación fiscal, entre algunos otros factores.

Todo lo anterior provoca mayor costo de los factores de producción y mayor riesgo a la inversión, que se traducen en producción poco competitiva, menor generación de empleos y bajas posibilidades de consumo para el grueso de la población. Por lo tanto, concluyeron, una propuesta económica que apoye la mejora regulatoria, así como la reforma judicial, laboral, energética y fiscal, es un buen principio para demostrarse en favor del bienestar de México y no de intereses personales o de grupo.

 
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